Tenía 81 años. El gobierno decretó tres días de duelo. Fue sobreseído por la muerte de 39 personas durante la represión que desató su gobierno el 19 y 20 de diciembre de 2001.
La noticia fue dada a conocer a través de redes sociales por el presidente Mauricio Macri, quien luego decretó tres días de duelo nacional. Sus restos serán velados en el Congreso Nacional desde las 14 y hasta las 20.
https://twitter.com/mauriciomacri/status/1148544373015142401?ref_src=twsrc%5Etfw
De la Rúa será recordado por haber dejado un tendal de 39 muertos tras la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 desatada por su gobierno para sofocar el estallido social que produjo la crisis económica que concluyó con la confiscación de ahorros bancarios del corralito. Su gobierno, que duró apenas dos años y diez días, responsable del endeudamiento, bautizado bajo los marketineros nombres de Megacanje y Blindaje, terminó con su huida en helicóptero desde el techo de la Casa Rosada.
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De la Rúa nació en Córdoba el 15 de septiembre de 1937, se recibió de abogado, se sumó a la Unión Cívica Radical (UCR) y llegó a la presidencia el 10 de diciembre de 1999. Antes de llegar a la Casa Rosada con la Alianza, fue el primer jefe de Gobierno elector de la Ciudad de Buenos Aires. También fue tres veces senador nacional, una vez diputado nacional.
El ex presidente llegó al poder con el triunfo de la Alianza, que se formó en agosto de 1997, entre la UCR y el Frente País Solidario (Frepaso) acompañado por el peronista Carlos “Chacho” Álvarez. Obtuvo el 48,5% de los votos, contra el 38,09% de la fórmula del PJ de Eduardo Duhalde-Ramón Ortega. En el tercer lugar se ubicó el ex ministro de economía y ex presidente del Banco Central de la dictadura cívico militar, Domingo Cavallo con el 10,09% de los votos. “Dicen que soy aburrido”, fue el hit de su campaña electoral, diseñada por el publicista Ramiro Agulla, que tuvo el objetivo de diferenciarse de la “fiesta para pocos” que representaba el menemismo.
Agulla era amigo de Antonio De la Rúa, hijo del presidente; quien conformó el llamado Grupo Sushi, una especie de núcleo generador de ideas para el flamante gobierno, armado por fuera de la estructura partidaria. También lo integraron el ahora secretario de Gobierno del Sistema Federal de Medios Hernán Lombardi; el ex ministro de Cultura del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta Darío Lopérfido; el ex banquero y ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes, su segundo en aquella estructura y actual integrante de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Darío Richarte.
La impronta represiva del gobierno de De la Rúa se puso de manifiesto apenas asumió cuando intervino la provincia de Corrientes, que quedó en manos de Ramón Mestre. Por decisión del entonces ministro del interior Federico Storani, la Gendarmería reprimió las protestas de los correntinos y asesinó a los jóvenes Francisco Escobar de 25 años y Mauro Ojeda de 29, además de dejar 38 heridos.
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El primer ajuste y el Blindaje
El gobierno de De la Rúa pidió ayuda al FMI y al Banco Interamerciano de Desarrollo (BID). En diciembre de 2000, Machinea negoció un paquete de salvataje de cerca de 40.000 millones de dólares, conocido como Blindaje, que tenía el objetivo de ganar confianza y credibilidad en el exterior y bajar los intereses para renovar más los vencimientos.
También se aprobó la Ley de Reforma Tributaria, que preveía aumentar el impuesto a las ganancias, realizar quitas a las jubilaciones altas, generalizar el IVA, y aumentar casi todos los impuestos internos. Luego anunció una reducción de salarios del personal estatal, de entre el 12% y el 15%, además de la reestructuración o supresión de diversos organismos públicos. El llamado «Blindaje» no funcionó y en marzo de 2001 Machinea dejó su cargo.
La Banelco y la renuncia de Chacho
Con el objetivo de lograr la aprobación de la reforma laboral pedida por el FMI, el gobierno sobornó con dinero de la SIDE a los senadores peronistas en abril del 2000. Hugo Moyano reveló que el entonces ministro de Trabajo, Alberto Flamarique había afirmado: “Para los senadores tengo la Banelco”, como una forma de destrabar en el Senado la votación de la ley, que finalmente se sancionó. En noviembre de 2011 la causa llegó a juicio. Fueron juzgados por cohecho y malversación de fondos públicos el secretario parlamentario, arrepentido en la causa, Mario Pontaquarto, Flamarique, el ex jefe de la SIDE Fernando De Santibañes, y los ex senadores Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo y Ricardo Branda. La investigación en la justicia concluyó con la absolución de los acusados.
El escándalo provocó una crisis política en la alianza gobernante y terminó con la renuncia a la vicepresidencia de Carlos Álvarez. El grupo sushi brindó con champagne.
La vuelta de Cavallo y el segundo ajuste
Después de un efímero paso de Ricardo López Murphy por la cartera de Economía, el sillón estaba destinado para el “superministro”. Si bien la Alianza llegó al gobierno con el marketing político que lo diferenciaba de Menem, en medio de la crisis económico financiera, De la Rúa convocó al padre de la criatura. El ex ministro Domingo Cavallo volvía a ocupar la cartera de Economía. El objetivo de máxima era mantener la paridad cambiaria, promesa de campaña del candidato radical.
Cavallo junto a Patricia Bullrich, entonces Ministra de Trabajo, anunciaron más ajustes. Se aprobó el impuesto a las operaciones bancarias y se llevó a cabo el recorte del 13% en haberes previsionales que afectaron a 533.401 jubilados y empleados estatales, y se emitió deuda por 3000 millones. La recesión crecía y el empleo caía. El desempleo pasó de 14,7% en el año 2000 a 25% a comienzos del 2001, niveles que marcaron un récord histórico en el país.
El Megacanje y el Corralito
En noviembre, el gobierno de De la Rúa inició una reestructuración de los compromisos de la deuda externa, denominada «Megacanje». Los retiros bancarios aumentaban y para frenarlos, el ministro de Economía impuso restricciones que implicaban el congelamiento de los fondos depositados en los bancos, medida conocida como el «corralito».
La medida fue promulgada el 1 de diciembre y originalmente permitía sólo un retiro de 250 pesos en efectivo semanales, la prohibición de enviar dinero al exterior del país y la obligación de realizar la mayor parte de las operaciones comerciales mediante cheques, tarjetas de crédito o de débito, y tenía prevista una duración por 90 días. La restricción del dinero en efectivo produjo la paralización virtual de la economía.
Estallido social y el helicóptero
Hacia el 19 de diciembre, la situación social se volvió incontrolable, con saqueos en el conurbano bonaerense y en las ciudades más importantes del país. De la Rúa decretó el estado de sitio en todo el país, que lo único que provocó fue el aumento de las protestas y una masiva movilización a Plaza de Mayo y al Congreso. A la medianoche renunció Cavallo y el resto del gabinete puso sus renuncias a disposición del Presidente.
El 20 de diciembre las protestas continuaron en la Plaza de Mayo, acompañada de cacerolazos y marchas de miles de personas autoconvocadas que reclamaban la renuncia del gobierno. La Policía Federal, a cargo del comisario Rubén Santos, desataba una feroz represión que terminó con la muerte de 38 argentinos en todo el país.
De la Rúa perdió el respaldo de la mayoría de su propio partido, y aferrado al escaso sector radical que aún le respondía intentó convocar al justicialismo a un acuerdo de gobernabilidad. El rechazo del PJ decidió a De la Rúa a presentar su renuncia al Parlamento a las 19.45 horas del 20 de diciembre de 2001, cuando no había la mitad de su mandato constitucional. De la Rúa se escapó de la Casa Rosada por el techo, con un helicóptero.
De la Rúa se retiró totalmente de la vida política y evitó apariciones públicas o formular declaraciones, incluso respecto de las causas judiciales llevadas adelante en su contra. Enrique Mathov, el ex secretario de seguridad, acusó a De la Rúa de haber ordenado la represión. La causa fue llevada adelante por el juez Claudio Bonadío. En su defensa, De la Rúa alegó que su propia incapacidad. “Recién tuve la información sobre la última hora de la tarde, cuando ya estaba en Olivos sobre que había fallecidos. Yo renuncié antes de saberlo”. El juez, en cambio, desestimó la defensa de De la Rúa, y declaró: “Es imposible creer que ninguno de los funcionarios, asesores, correligionarios, amigos o familiares accediera a su presencia de manera personal o por cualquier otro medio. Podría haber encendido un televisor o una radio o más no sea asomarse a una ventana y ver el panorama que acontecía en el jardín de su propia casa”. El 29 de abril de 2008 la Cámara Federal dictó la falta de mérito.
El 13 de mayo de 2015 la Corte Suprema ratificó el sobreseimiento del ex presidente por la causa que investiga las 39 muertes ocurridas durante la represión de las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, al rechazar un recurso presentado por el Ministerio Público Fiscal y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que actuaban como querellantes en la causa.
De la Rúa ya había sido sobreseído por el juez federal Claudio Bonadío y en segunda instancia por la Sala II de la Cámara de Apelaciones. La resolución del máximo organismo lleva la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco y declara “inadmisibles los recursos de apelación a la instancia de origen”. Por su parte, el juez Carlos Fayt estuvo ausente.
La causa que investiga la responsabilidad en torno a la represión de las históricas jornadas del 2001 tuvo 17 acusados entre autores materiales e intelectuales. Sólo en el centro porteño, en esos días hubo cinco muertes, 227 heridos y más de 300 detenidos.
Además del procesamiento y sobreseimiento en la causa de la ley Banelco, en 2006 el juez Jorge Ballestero procesó a De la Rúa, Cavallo y varios miembros de su equipo por el Megacanje, pero también fue sobreseído.
La última aparición pública fue junto a su mujer, Inés Pertiné, en la gala del Colón de G20, donde se encontró con sus ex compañeros de gobierno, Patricia Bullrich y Hernán Lombardi.
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