La unificación del tipo de cambio es un de los reclamos que el organismo hace al gobierno para negociar un nuevo programa que incluya mayor endeudamiento. Los tironeos por la devaluación.
La misión viajó a la Argentina horas después de que el presidente Javier Milei y su equipo económico mantuvieran una reunión con la directora gerente del FMI Kristalina Georgieva. La misma funcionaria se encargó de calificar al cónclave de “excelente”, destacar el “gran progreso de la Argentina para bajar la inflación y estabilizar la economía” y adelantar el envío de un equipo técnico para discutir “sobre el futuro de nuestra cooperación” y “trabajar con un nuevo programa”. El nuevo escenario hizo que el ministro Luis Caputo modificara su agenda y decidiera no acompañar a la delegación argentina a Davos para retornar al país a encarar los primeros intercambios.
El equipo del FMI liderado por el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, Luis Cubeddu, mantiene reuniones con los representantes argentinos desde el miércoles por la mañana en las oficinas del Banco Central. Si bien los funcionarios no dejaron trascender el curso de las negociaciones que continuarán durante todo el fin de semana, las declaraciones del primer mandatario dan a entender que el gobierno accederá a una de las principales directivas del organismo.
En concreto, Milei adelantó que «la convergencia del tipo de cambio paralelo con el tipo de cambio oficial nos acerca cada día un poco más a la salida definitiva del cepo cambiario, un mamarracho que nunca debería haber existido y que este año se termina de una vez por todas».
Para eso, señaló que “estamos trabajando en diferentes alternativas para darle una solución definitiva a los problemas de los stocks del Banco Central. En ese sentido, han sido muy positivas las reuniones con el FMI que hemos tenido en Washington”.
Es que para avanzar en la eliminación de las restricciones cambiarias el gobierno necesita fortalecer las reservas del Banco Central. Para eso negocia un nuevo desembolso (deuda) del organismo que aspira que sea de entre U$S 10 mil millones y U$S 12 mil millones.
El último documento sobre la Argentina elaborado por el organismo se conoció el pasado 10 de enero cuando el directorio del FMI se reunió para analizar la Evaluación Ex Post (EEP) que la comisión correspondiente les presentó analizando la evolución de segundo programa reformulado en 2022.
Allí los técnicos se muestran críticos con el cumplimiento del programa, pero destacan el cambio de rumbo impuesto por el gobierno de Javier Milei en particular en su política de ajuste fiscal. A la vez, ratifican el reclamo de una devaluación de la moneda con el propósito de acumular reservas, pero, sutilmente, reconocen que el gobierno fue capaz de anclar la inflación con políticas que, para ellos, resultaron efectivas “incluso si estas no estaban completamente alineadas con las del FMI”.
Esa sola línea deja entrever la posibilidad de una tolerancia del organismo con relación a su reclamo de una devaluación abrupta. Al menos hasta octubre cuando en las elecciones de medio término el gobierno busque reforzar su capital político. No es otra cosa que lo que el staff del organismo acordó con Sergio Massa en agosto de 2023 cuando, el lunes posterior a las PASO, el entonces ministro de Economía anunció una devaluación del 25%.
Con todo, la salida del cepo cambiario conlleva una devaluación implícita en tanto los tipos de cambio oficial y paralelo, en una flotación libre, confluirán en un valor más cercano al segundo que, en este momento, se ubica un 14% por encima del valor oficial.
Esa depreciación de la moneda local supera la devaluación anual pautada en el nuevo esquema de crawling peg del 1% mensual anunciada días atrás por el gobierno.
Medios periodísticos aseguraron que, en paralelo, la negociación avanza en el sentido de un nuevo esquema cambiario con bandas de flotación administrada en un rango de entre los $ 1200 y $ 1300 a cambio de un primer desembolso de alrededor de U$S 5 mil millones. Esto implicaría una devaluación pautada de entre el 10% y el 20%.
Ante la pregunta de la corresponsal de El Cronista Comercial en Davos sobre plazos y términos de la negociación, Kristalina Georgieva respondió: “dejemos que hagan su trabajo”. «
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