La cantante y compositora lanzó junto a Las Folkies "Malamba", un disco que renueva su compromiso de ampliar las fronteras de la música de raíz. El difícil momento de la Argentina y la lucha por un futuro mejor.
«Es distinto a otros discos, hubo mucho de espontáneo. Empezó siendo una colección de simples, de singles, que fuimos grabando. El primero salió en octubre del 2022. Y por circunstancias geográficas, porque ahora no vivimos todas en la misma ciudad, nuestros encuentros para ensayar y componer pasaron de ser semanales a vernos una vez al mes. Entonces todo se redujo y se tuvo que sintetizar. Nuestros encuentros y la forma de trabajo. Yo venía componiendo muchas canciones sola, por mi cuenta. Entonces, cada vez que venían las chicas hacíamos una maqueta en mi casa, o en mi estudio, y por ahí luego íbamos y grabamos todo el día un tema entero. Todas cosas que nunca habíamos hecho. Así fue como empezó a gestarse este disco», comenta Mavi Díaz a Tiempo.
Junto a Silvana Albano en piano, coros y dirección musical, Pampi Torre en guitarra y coros, y Martina Ulrich en percusión y coros, desde 2010 vienen tocando en los más importantes festivales de la Argentina, llevando también su mirada de nuestro folklore a salas de todo el mundo, como La Casa de América en Madrid, Joe’s Pub The Public Theatre en Nueva York y el Miller Symphoy Hall de Allentown en Pennsylvania, entre muchas otras plazas de renombre. De hecho representaron a la Argentina en la Expo Mundial de Corea 2012 (su show fue seleccionado como el mejor espectáculo en vivo por los organizadores) y en la Expo Mundial de Milán 2015.
«Ya teníamos un recorrido, necesitábamos hacer algo diferente y este es el resultado», comenta Mavi, que dejó de ser la directora de Radio Nacional Folklórica desde el cambio de gobierno. «Quiero aprovechar para potenciar mi carrera en la música», afirma la cantante y compositora.
–¿Sintieron que necesitaban renovarse después de cuatro discos de estudio y uno en vivo?
–Para mí es un trabajo bien distinto a todos los que veníamos haciendo anteriormente. No sólo por las circunstancias en las que nos juntábamos, sino porque necesitábamos romper prejuicios propios. Siempre fuimos de tener los temas súper arreglados, haberlos rodado antes de grabar, pero acá no estaba eso. Pasó todo lo contrario. Nos entregamos a lo que surgía, nos desestructuramos un poco. Íbamos armando todo en el momento, nos dejamos fluir, íbamos viendo qué sentíamos y qué daba agregar o sacar. Fue un trabajo distinto en la manera de laburar interna del grupo y eso le dio una frescura y una impronta muy interesante en cada tema.
–¿Fue algo planeado?
–No. Al principio eso me gustaba, a mí más que a las chicas, pero se fueron entregando a esta posibilidad, algo que nos dio también otra libertad creativa. Una forma de encarar las canciones con más frescura, con chances para improvisar o para que cada una aporte un arreglo. Fue bastante más democrático, porque entre todas íbamos sumando en todas las canciones, cuando siempre era más que la que la traía siempre un poco terminaba decidiendo cuál o qué toque quedaba. Es un disco con una horizontalidad que nos llenó de energía, nos renovó. Todas particularidades que lo vuelven distinto a otros discos de las Folkies.
–¿No tuvieron el temor de perder su estilo tan característico de Las Folkies?
–No, para nada. La potencia de nuestras canciones es la misma. Es nuestro sello, nuestra forma de encarar la música, de vivirla por así decirlo, pero siempre una aprende algo nuevo. En este caso así fue. Las circunstancias van cambiando y en 13 años que llevamos juntas aprendimos a adaptarnos a las circunstancias que se nos presentan para poder seguir adelante. Son temas distintos entre sí, pero que de alguna manera combinan. Estamos muy contentas con el resultado.
–¿Las canciones como estas sirven en momentos complejos como el que atraviesa el país?
–Por supuesto. Nosotras creemos que nuestra misión como músicas o compositoras, o como autoras, decile como quieras, es llevar un poco de alegría en momentos difíciles como este. También me parece que podemos ayudar a pensar, a sentir algo, desde el lugar humilde en el que una está ubicada. La música y el arte son nuestras herramientas, nuestra forma de vida. Intentamos con nuestras
canciones que la gente esté un poco menos triste en un contexto tan difícil. Los argentinos estamos viviendo en un festival de la crueldad y la deshumanización. Sacar un disco te da la fantasía de que ayudás, quizás alguien arranca el día escuchando tus temas y quizás una canción le colabora a ponerle onda a lo que le toque. Que se le dibuje una sonrisa o una buena onda le haga tener más fuerza para lucharla. Es en parte la razón por la cual hacemos lo que hacemos, me parece.
–¿Cómo ves el panorama de los medios públicos, dado que estuviste al frente de uno de ellos?
–Mirá, yo personalmente creo que quieren hacer tantas cosas, es tan heavy y complicado, tan a contrapelo de lo que como democracia hemos construido que creo que la radio, que es lo que más conozco, va estar en el último lugar de sus prioridades. Perder una radio nacional, perder un medio público, una red de comunicación única y tan amplia es una locura. No es tan complicado entender que no todo es un negocio. No todo son números fríos. Hay lugares que no llega la señal de celular y un mensaje al poblador le llega por la radio. Todavía hoy, en 2024 esto pasa, y no podés negarlo. Si ves el mapa de lo que significan las 49 emisoras de Radio Nacional y querés entender ese sistema circulatorio de la comunicación que es único en el mundo, nunca dirías que hay que rematarlo, cerrarlo o prenderlo fuego. No creo que puedan hacerlo fácilmente. Pero si lo intentan creo que es una estupidez. Me parece que hay mucha ignorancia, esperemos que no logren destruir todo lo que quieren destruir solo por oponerse.
–¿Cómo ves el futuro?
–No se sabe bien qué es lo que va a pasar. Yo creo que es momento de luchar, de afrontar el presente con la responsabilidad de saber que todo lo que se hace ahora afecta ese futuro que nos va a tocar. «
Malamba cuenta con la participación de artistas invitados, músicos cercanos a las Folkies que las ayudaron a llevar la instrumentación tradicional a su expresión más potente, en la que, sin perder la raíz, juegan con más sonoridades. Entre los nombres más reconocidos están los de Lito Vitale, Milagros Caliva, Micaela Chauque, Agustín Ronconi, Tweety González y Almendra Marilao. También se incluye, como bonus track, una versión en vivo de «Zambita de allá» junto a Marián Farías Gómez.
-¿Cómo fueron convocando a los y las invitados?
–Cada uno llegó a su manera. Todos son amigos y amigas, que se coparon. Por ejemplo, con Lito tocamos y nos hemos cruzado en su camino infinidad de veces. En la vida, girando, tocando… Nos invitó muchas veces a su programa así que había confianza. Cuando compuse «Chanchita», le dije a Silvana: «esta tiene que ser una chacarera a dos pianos». Me pude dar el gusto de que mis dos pianistas favoritos estén en una canción mía. Entonces le mandé la canción a Lito y le dijimos que tocara lo que quiera, no le dimos ninguna indicación. Con esa sabiduría que tiene, la verdad que le dio al tema una fuerza única. Fue espectacular que pudiera participar del disco.
–¿Y los demás?
–A Milagros le tengo una tremenda admiración como música, es una número uno. Cuando compuse el tema en el que participa también lo hice pensando en ella. Así que le hablamos, le dijimos que tenía que estar y se sumó al toque. Vino a ensayar y estuvo muy bueno, todo muy natural y orgánico. Ella es una genia absoluta, así que fue un hermoso regalo que nos hizo sumándose. Agustin Ronconi es una especie de primo para nosotras, siempre lo llamamos para colaborar en nuestros discos y en nuestros shows. Y Mica también estaba en Buenos Aires justo, veníamos hablando desde Cosquín y bueno, aprovechamos y se dio. La otra canción es un rescate de un show en vivo de como hace diez años, un temazo: «Zambita de allá», donde Marián Farías Gómez cantó conmigo y me pareció hermosa. La remezclamos y la pusimos en el disco porque creíamos que era perfecta para este grupo de canciones.
Mavi Díaz es hija del armoniquista Hugo Díaz y de la folklorista Victoria Díaz, y sobrina del percusionista Domingo Cura. Dio sus primeros pasos en los escenarios de la mano de sus padres, acompañándolos en sus giras por todo el mundo, cantando y tocando folklore.
Luego formó la banda Viuda e hijas de Roque Enroll, que entre los años 1983 y 1987 conquistó el mercado vendiendo casi medio millón de discos en la Argentina y Latinoamérica. Eso le dio un lugar en la industria y llegó a colaborar en álbums de Fito Páez, Soda Stereo, Charly García y Andrés Calamaro.
A fines del año pasado completó un pendiente que tenía en su vida: presentó el álbum Hugo Díaz-Antología. Vol. 3 -1953-1966: «Estoy muy orgullosa por supuesto, fue un gran y hermoso trabajo que ya está disponible en plataformas y en CD», cuenta Mavi. Incluye 31 obras hasta ahora desconocidas, perdidas durante más de 50 años, que completan la trilogía de los volúmenes 1 y 2, publicados en 2009, y 4 y 5, lanzados en 2012.
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