Marcha marchita frente al Congreso Nacional

Por: Nicolás G. Recoaro

Pese a la convocatoria bien coordinada en las redes sociales y al amplio despliegue informativo desde los medios hegemónicos, la manifestación contra la reforma judicial fue muy escasa. Solo unos centenares de personas, la inmensa mayoría porteñas, ensayaron un dificultoso "abrazo" al parlamento.

Pocas banderitas y globos. Es lo primero que se nota en la tarde del jueves frente al Congreso Nacional. La convocatoria contra la reforma judicial –que se debate en la Cámara de Senadores- no es masiva. Mucho menos multitudinaria. Marchita la marcha. Es más bien flaca. La engordan a duras penas manifestantes solitarios y grupitos reducidos que, resaltan, llegaron por “motu proprio”. Un tapiz variopinto, zurcido por la ideología de derechas.

Caminando por la cortada avenida se puede apreciar la postal de las últimas misas opositoras: las señoras pitucas, los jóvenes libertarios, el motoquero “nazionalista”, el anticuarentena furioso, el varoncito ultracatólico de pañuelo celeste atado a la muñeca y otros miembros destacados de la familia antiK. Con distancia social obligada por la peste -que no siempre se cumple-, apenas si cubren 50 de los 100 metros que tiene Entre Ríos frente al Parlamento.

“Ya van a llegar más personas, este es horario de trabajo. Yo tengo fe”, dice Carmen, una jubilada muy creyente venida desde la vecina Balvanera. Con nostalgia de la Argentina decimonónica, la señora dispara desde atrás del barbijo casero y la máscara plástica: “Este era un país europeo, hasta que llegaron ellos, los peronistas, y cambiaron la historia. Por eso también vengo a manifestarme.”

(Foto: Télam)


Se canta el himno patrio y se repite con tono milico-campero el “¡Viva la patria, viva la patria!”. Las cartulinas escritas a mano y las banderas que cuelgan de las rejas del Congreso patalean contra la reforma, refritan el “que se vayan todos” y piden al mediático liberal –no confundir con libertino- Milei para la presidencia.

En las huestes “libertarias” se destaca una patrulla perdida que luce tapabocas y remeras amarillas con la consigna “Dont (sic) tread on me” (no pases sobre mí) y una brava serpiente cascabel. “Soy libertario. Vine con gente que conocí en las redes”, confiesa Pablo, un kiosquero de 26 años oriundo de Flores. Cuando habla parece “el contra”: “Estamos contra la reforma, contra la cuarentena, contra el avance sobre nuestras libertades individuales, contra este Estado socialista, contra la alianza internacional con China, Venezuela y Cuba”. Luce un gorrito con un slogan trumpista, pero adaptado a estas pampas: Make Argentina Great Again. “Lo uso para provocar a los de izquierda”, se despide.

Hugo es lanusense. Se nota que es instructor de golf. Está canchero con el palo a la hora de darle a la cacerola. Dice que está harto de la monarquía K, del clientelismo matancero y sobre todo de la cuarentena. “Una mentira total lo del virus, yo sé muy bien que no es letal. Es un invento para hacer negocio con la vacuna que tiene litio, aluminio y nos van a controlar con las antenas 5G”, dice el hombre, justo cuando una ambulancia hace sonar las sirenas pidiendo paso a los manifestantes. 

“¡Qué gobierno de mierda!”. Como una declaración de principios, la señora lleva la frase tatuada en el tapabocas que la protege de la Covid. Agita la celeste y blanca y saluda con la derecha a los pocos autos que hacen sonar sus bocinas sobre Rivadavia: “Con la prensa no hablo, después dicen cualquier cosa. Si tenés que escribir algo, poné esto”. La dama señala con su índice la palabra “mierda”.

Compartir

Entradas recientes

Jubilados: el corazón de la resistencia

¿Cómo es ser jubilado-jubilada hoy y enfrentarse a este gobierno? Desde Tiempo realizamos este corto…

1 hora hace

En medio de otra ola de cierres, el gobierno lanza la segunda fase del industricidio

El Ejecutivo tomó dos medidas que comprometen la competitividad del sector manufacturero. Allanan el camino…

7 horas hace

Libertarios apurados, el helado se derrite

Evaluando la situación real de la economía se entiende cómo le aprieta el zapato al…

7 horas hace

La Hidrovía: trastienda de la batalla silenciosa entre Milei y Macri

El expresidente patrocina a la empresa de la reina Máxima para quedarse con la vía…

7 horas hace

En el PJ sostienen que «Ficha Limpia» es una nueva cortina de humo

Referentes de distintos sectores de Unión por la Patria coinciden en que el proyecto firmado…

7 horas hace

La estrategia de Cristina para reorganizar el peronismo provincia por provincia

En el próximo mes, la expresidenta definirá el sistema de alianzas en Santa Fe, Corrientes…

7 horas hace

China lo hizo: tras varios años, creció la tasa de nacimientos

Tras siete años de descensos, China reportó en 2024 un aumento en el número de…

7 horas hace

La «nueva» América

El nuevo gobierno enfrenta muchos desafíos económicos y de relaciones exteriores.

7 horas hace

Cómo Trump y Putin redibujan la Nueva Ucrania

Con la segunda llegada de Donald John Trump a la Casa Blanca, se abren escenarios…

7 horas hace

Casi tres millones de palestinos, con expectativas y dudas, se aprestan a regresar a sus hogares

A horas de la implementación de la primera etapa de la tregua, Israel seguía atacando…

7 horas hace

Mañana será otro día, pero no cualquiera

La concentración de la riqueza y la desigualdad son escandalosas y la inflación hizo estragos.…

7 horas hace

Cuando arden Los Ángeles

¿Qué parte le toca al calentamiento global producto de las actividades económicas en estos fuegos…

7 horas hace