Tras el desplante que sufrió en Tucumán, el expresidente tensará la relación con los libertarios. El futuro electoral de ambas fuerzas y la caída en las encuestas al 8 por ciento.
El fundador del PRO se volvió de Tucumán con el sabor amargo que le provocó ese doble juego. Recibió el saludo presidencial y hasta se bancó uno de Patricia Bullrich, con quien no se habla desde hace meses. Dicen que la ministra de Seguridad fue irónica con su exjefe político, pero el magnate ya la conoce y no se sorprendió porque siente que le ganó. Ella jugó de local en el entorno presidencial, pero totalmente afuera del PRO, empujada por Macri de la Provincia de Buenos Aires, de la presidencia del partido y también de su asamblea nacional.
El ex presidente concretó la primera etapa de la purga que se había propuesto para sacar a todos los que pretenden una fusión del PRO con La Libertad Avanza. No han pasado dos meses desde que asumió la presidencia del partido. Ahora buscará tensar y diferenciarse todo lo que pueda, pero con cuidado, porque tiene dos problemas que condicionarán sus próximos movimientos: comparte la misma base electoral con Milei y el partido amarillo transita una drástica disminución de su peso en la conversación nacional. Así como Macri sabe que Milei no pierde una imagen positiva del 50%, también está al tanto de que su partido solo araña el 8% de imagen a nivel nacional. La opinión negativa del ex presidente sigue siendo alta y supera el 60%. Macri no lo pierde de vista y guarda silencio porque tampoco omite que podría tener una poderosa capacidad de daño si Milei comienza a desgastarse en las encuestas como producto de su política económica y las fallas estructurales de gestión.
En la Casa Rosada sobrevenden la capacidad para imponerle al PRO un futuro electoral compartido en 2025. Creen que al partido amarillo no le queda otra y que, tarde o temprano, deberán aceptar la lapicera de Karina para el armado de las listas. Aunque Macri no hable con Bullrich, habría una comunicación directa del magnate con el entorno de Milei. Es con Santiago Caputo, a veces en forma directa y otras a través del ex intendente de Pinamar y actual diputado nacional Martín Yeza. Macri lo promueve como uno de los dirigentes del partido, lo puso al frente de la asamblea para evitar que lo hiciera Patricia y le adjudican una vieja relación con Caputo. En el PRO de la Provincia de Buenos Aires recuerdan que Yeza tejió lazos con su consultora cuando fue intendente y es uno de los vasos comunicantes de Macri con la mesita chica de Milei. Este viernes se encargó de confirmar que al PRO le cayó mal el «destrato» del Gobierno a Macri en Tucumán. «No lo digo por Milei, queda claro que no es el presidente. Pero a veces hay gente abajo que quiere ser más papista que el papa y hacen estas cosas. Supongo que Santiago no tuvo nada que ver con eso porque entiendo que tiene otro trabajo. Nos fuimos sorprendidos», contó el exintendente al canal LN +.
Del otro lado de la novela, le adjudican a Caputo durísimas críticas sobre el futuro del expresidente y la certeza de que su juego político ha concluído. La línea discursiva que habría diseñado el asesor estrella va acompañada con una ofensiva de Francos para conseguir en el Congreso la eliminación de las primarias. El ministro coordinador reavivó la idea de demoler las PASO por el costo que tienen. El argumento le sirve para sostener la obsesión del ajuste fiscal y el déficit cero, pero quitarlas les puede sumar otro problema a los que ya tiene La Libertad Avanza. Karina, con la lapicera partidaria, avanza junto al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, para obtener la inscripción de su fuerza electoral en distintas provincias. Esperan tener la inscripción nacional en agosto, pero en muchos casos dependerán de acuerdos con gobernadores aliados para el año que viene. Quizás por esa fragilidad estructural es que Caputo asegura a quienes quieren escucharlo que armarán listas con prescindencia del PRO, casi en la misma línea que sostiene Bullrich.
Sin embargo la dinámica del PRO, marcada a fuego por la pelea entre Macri y Bullrich, no es la misma que tienen los 10 gobernadores de JxC. Ninguno buscará trasladar a su distrito la disputa porteñocéntrica entre ambos. El PRO peleará por cargos y disputará las listas, pero los mandatarios macristas y radicales están a merced de los recursos que necesitan para gestionar. A diferencia de los movimientos de Macri, los mandatarios de JxC exploran una reunión en el Gobierno, donde podrían encontrarse con Francos y con el presidente. Después de la foto de Tucumán, con asistencia perfecta de JxC, y los respaldos a la Ley Bases y el Paquete Fiscal, esperan un trato diferencial a la furia que le dedican a los mandatarios kirchneristas, como el bonaerense Axel Kicillof o el riojano Ricardo Quintela. Este año el planteo es mejorar la velocidad y la eficacia de la gestión del vínculo con la Nación, es decir obras y financiamiento, pero el año que viene será el prólogo de posibles acuerdos electorales. La realidad de JxC es muy distinta a los avatares del PRO y la UCR en Ciudad y Provincia de Buenos Aires.
Problemas en «casa»
Para el partido que ahora preside Macri hay un problema nuevo. Tiene que ver con su primo, el alcalde porteño Jorge Macri. Su imagen no es buena y mucho menos la que tiene la gestión de sus primeros siete meses de gobierno comunal. La legitimidad del PRO en su territorio originario, repujada durante tres lustros, está en crisis de la mano del apellido Macri. Si esa performance no mejora, la postulación del ex presidente para el año que viene podría sumar nuevas sombras.
Los gobernadores de JxC viven otro momento. Ante las consultas de Tiempo, en los distritos donde gobierna el PRO recordaron que todos ganaron en el 2023, al igual que Milei, y en la mayoría de los casos miden mejor que el presidente. Con ese escenario, surge la posibilidad de tejer acuerdos provinciales con el Gobierno, con el objetivo de enfrentar al peronismo y al kirchnerismo. Esa alquimia sólo sería posible si las PASO siguen en pie. Las primarias posibilitarían que los candidatos de los gobernadores del PRO y de la UCR, juntos a los de LLA, puedan competir dentro de futuros frentes que reanimen la ultrapolarización con el panperonismo en todas sus expresiones electorales.
Francos admitió esta semana en una reunión con empresarios que no tienen los votos para anular las PASO. En Diputados la oposición dadora de quórum para la Ley Bases tampoco tiene una posición uniforme y el peronismo se opondría, aunque hasta el año pasado los gobernadores del norte grande junto al Frente Renovador de Sergio Massa apoyaban la idea de derogar las primarias. Podría originarse una nueva pesca del Gobierno en medio del río revuelto del peronismo, agitado después de la foto de Tucumán, donde asistió a último momento el santiagueño Gerardo Zamora, que fue hasta hace poco uno de los articuladores con Cristina. Quintela lo cuestionó, sin romper, pero con la esperanza de que cambie de idea. No olvida que comparte padecimientos con Zamora: la nueva realidad del PJ estará definida por el condicionamiento financiero de sus gobernadores con la Nación.
El discurso optimista de la Casa Rosada descubrió esta semana nuevos pies de barro. La vicepresidenta Victoria Villarruel jugó una ficha inesperada. No viajó a Tucumán y se excusó por una gripe pero al día siguiente estuvo con Milei en el desfile por el 9 de Julio. A pesar de las fotos que se sacaron juntos no pudieron disipar las sospechas sobre nuevas diferencias. Villarruel apunta a Caputo y evita pelearse con Karina, pero el viernes utilizó su cuenta de twitter para pedirle a nueve diputados bonaerenses que devuelvan la banca por haber votado junto a UxP para crear una empresa mixta de medicina impulsada por Kicillof. La vicepresidenta apuntó contra los nueve integrantes del bloque Unión Renovación y Fe (URyF) que avanzan en una coincidencia con el peronismo en la Legislatura bonaerense. Si se concreta, Kicillof tendrá quórum propio con el respaldo de escaños conseguidos con la boleta Milei-Villarruel.
Los aludidos le contestaron. «No vamos a negar nuestras discrepancias con algunas decisiones del gobierno nacional y sobre todo con los métodos y las formas que se eligen para llevar adelante un gobierno que, creíamos, sería de unidad nacional. El gobierno nacional y el kirchnerismo no tienen mucho de diferente, se manejan de la misma forma y con el mismo nivel de resentimiento y de odio. Nosotros sí creemos en una nueva forma de hacer política”, apuntó el bloque que conduce la bonaerense Constanza Moragues.
El vínculo de URyF con UxP sería el massismo. Villarruel se metió en un territorio ajeno para dejar en evidencia «el silencio selectivo» de las demás autoridades de su fuerza política. En el caso bonaerense, sin decirlo, apuntó a José Luis Espert, que ahora preside la comisión de Presupuesto de la Cámara Baja, pero Milei lo quiere como candidato el que viene. También apuntó a Karina y Santiago, sin olvidar a otro responsable del armado nacional, como es el caso de Menem. La crítica de Villarruel cosechó una dura respuesta de los acusados, aunque al cierre de esta nota, no la respaldó ningún dirigente del oficialismo.
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