Las relaciones de poder del exmandatario desde su función como presidente de dicha fundación. Un entramado alejado de lo deportivo, para forjar sus vínculos con el "poder real".
El propio Macri reconoció que los objetivos de la Fundación que preside tiene la intención de ayudar a resolver grandes problemas del mundo, detallados en dos programas centrales, según sus palabras a una entrevista con el Diario Olé desde Qatar, el 8 de diciembre pasado: “Uno trabajando por el cambio climático. Intentamos ayudar a 200 millones de pequeños productores agrícolas. La idea es capacitar para que produzcan más usando menos agua y menos fertilizantes. Y así se reducen las emisiones de carbono que contaminan”. El segundo programa que supuestamente encara la Fundación está relacionado al ámbito educativo, más precisamente a la educación digital dirigida a “los jóvenes en barrios carenciados», y agrega: “Darles acceso es clave porque en cuanto aprenden a programar tienen un acceso laboral mucho más rápido. Ya estamos trabajando en Belice, Paraguay, Mauritania, la India. Como todos los dirigentes del mundo están concentrados en Qatar, permite hacer contactos con otras fundaciones y muchas cosas para desarrollarlo”.
Estas definiciones brindadas por Macri, respecto a las acciones que lleva adelante desde la Fundación FIFA, están en las antípodas de entregar becas y viajes gratuitos al Mundial de Qatar a estudiantes del colegio VIP de San Isidro, cuyas familias abonan mensualmente cuotas que superan los 80 mil pesos. El Pilgrims College, tiene apenas 40 años de historia, pero en ese corto lapso de tiempo se convirtió en un reservorio de hijos e hijas de las familias patricias de nuestro país y de los clasificados como “nuevos ricos” que hicieron sus fortunas en los últimos años. Esas situaciones quedan graficadas en dos de sus ex alumnos: el ex senador Esteban Bullrich (Esteban José Bullrich Zorraquín Ocampo Alvear), familiar del ex presidente Marcelo T. de Alvear y del fundador del Patio Bullrich; y por el otro lado Jorge Macri, actual intendente de Vicente López y primo del ex presidente Mauricio Macri, con una fortuna heredada de Franco Macri, en gran parte con contratos millonarios de obra pública con el Estado, tanto democrático como en la última dictadura cívico–militar.
Pero ese entramado de relaciones de poder no termina ahí. El colegio católico que recibió las becas de la Fundación FIFA, es dirigido por Maximiliano Gulmanelli, otro ex funcionario del PRO que ejerció como director general de Educación de Gestión Estatal en el gobierno de la Ciudad, cuando Esteban Bullrich era el ministro de Educación porteño y, tras la victoria de Juntos por el Cambio en las elecciones de 2015 (en ese momento, Cambiemos) pasó a ser secretario de Gestión Educativa, también dentro de la cartera que conducía Bullrich a nivel nacional. Años anteriores, Maximiliano Gulmanelli (recibido en la Universidad Católica), fue director de hogares de la Fundación Felices Los Niños, que dirigió el sacerdote Julio César Grassi, condenado por abuso de menores bajo su custodia.
Bajo su gestión nacional en el Ministerio de Educación se avanzaron con ajustes y desmantelamientos de diferentes programas. Fue el caso del Plan Nacional de Lectura, que desde 2009 había realizado 12.670 acciones de promoción de la lectura en las que participaron 2.421.963 alumnos y docentes de todo el país. Formaron a 7500 docentes en el tema, y entregaron 87 millones de pequeños ejemplares en 50 mil establecimientos. Pero con la llegada del macrismo a la Nación fue desmantelado y vaciado, tanto en producción como en plantel de profesionales.
En 2016 pasó a estar a cargo de Ezequiel Christie Newbery, subsecretario de Gestión y Políticas Socioeducativas, que dependía de la Secretaría de Gestión Educativa de Gulmanelli. Lo llamativo de Newbery fue que llegó a ese puesto trascendental del Ministerio sin tener una experiencia pedagógica. Lo suyo eran las tabacaleras. Arribó proveniente de Suiza, donde se desempeñó desde 2015 como Manager de Proyectos para el Desarrollo de Productos para Phillip Morris Internacional. Estudió Ingeniería Industrial en la UBA y desde 2005 estuvo en el rubro de los cigarrillos, con una carrera ascendente en Massalin Particulares S.A. No tuvo rastros de algo relacionado a lo educativo en sus antecedentes ni laborales ni de estudios.
La presencia de Mauricio Macri en los partidos de fútbol y recorriendo los estadios en el mundial de Qatar, no es simplemente la de un presidente de la Fundación FIFA en una función protocolar. Desde su designación, tras haber perdido las elecciones a presidente de Argentina en primera vuelta, el ingeniero inició el camino para forjar su propio entramado de poder, desde un puesto que en teoría parece menor, pero que en la práctica tiene vínculos concretos con “el poder real” con una caja de miles de millones de dólares.
Un claro ejemplo es la presencia en diferentes partidos en Qatar de ex funcionarios de Macri, algunos vinculados a los servicios de inteligencia. En la tribuna, como si fueran “uno más del montón”, aparecían los rostros de Gustavo Arribas, ex director de la Agencia Federal de Inteligencia durante el macrismo, que fue procesado por haber espiado a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. También se lo vio a Hernán Nisembaum, quien fuera jefe de Relaciones Institucionales de la AFI macrista; Darío Richarte, uno de los personajes más simbólicos del denominado Grupo Sushi (círculo de confianza de Fernando de la Rúa como presidente), y ex número dos de la SIDE, junto a su abogado Diego Pirota; y Juan José Gallea, ex director administrativo de la AFI macrista, hombre vinculado desde la SIDE al caso del soborno a senadores durante el gobierno de De la Rúa.
Caminando por Doha y en cada partido que jugó la selección, también estuvo presente una de las figuras más controvertida del macrismo: el operador judicial de Macri, Daniel Angelici. “El tano”, como lo apoda su círculo de confianza, es un dirigente político de la Unión Cívica Radical, y actualmente ejerce la vicepresidencia de la Asociación del Fútbol Argentino, de fuertes vínculos con el ex subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial de Cambiemos, Juan Bautista Mahiques, hoy actual jefe de fiscales de la Ciudad de Buenos Aires, y titular de la asociación internacional de fiscales. Mahiques, que está siendo investigado en la causa “Lago Escondido Gate”, revelada por Tiempo, le debe su ascenso en el mundo judicial a Angelici y Pablo Garcilazo, otro hombre del riñón del operador y empresario macrista.
En los últimos días trascendió que uno de los cuatro jueces involucrados también en el escándalo del “Lago Escondido Gate”, estuvo presente en los primeros partidos de la Argentina de la fase de grupos en Qatar. En el mismo sentido, el reconocido periodista Ernesto Cherquis Bialo, aseguró que “Macri ha repartido cerca de 50 entradas para los miembros y amigos de la familia judicial” para el partido con Países Bajos.
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