Los consultores estiman que unos 20 puntos del electorado de Cambiemos prefiere posiciones de un antiperonismo visceral. Sin embargo, consideran que es una estrategia que solo funciona para consolidarse dentro de esa interna y que tiene muchas limitaciones para poder ganar una elección.
La analista de opinión y directora de la consultora Trespuntozero, Shila Vilker, enmarcó la gradación discursiva dentro de un desorden en la cúpula de Juntos por el Cambio, vinculado a la disputa por la herencia del liderazgo. “Hay una división importante en la dirigencia política, pero al mismo tiempo es un electorado muy homogéneo y muy consistente en sus encuadres, en sus demandas y en la lectura de la realidad. Lo único donde el electorado de Juntos por el Cambio no es tan homogéneo es el grado de dureza en la escena de contraste, en lo que se caracteriza como ‘anti K’. Tenés los segmentos más duros que todavía ven en Macri al dueño de esa franquicia. Ese grupo acompaña a Bullrich. Lo que les gusta es una forma expresiva más fuerte, de choque, agresiva, versus los que se sienten más cómodos en un modelo más dialoguista, más blando, más parecido al que representan Larreta y Vidal. De alguna manera, es una correspondencia entre las tensiones de halcones y palomas”, sostuvo en diálogo con Tiempo.
Vilker considera que “tiene un potencial electoral mayor lo blando que lo duro”. “La persona mejor instalada y con mejor imagen del espacio a nivel nacional es Larreta. En términos de preferencia de imagen y de estilo cosecha un mayor grado de adhesión. Si se analiza por imagen, el segmento más dialoguista o permeable a las diferencias tiene las de ganar. Hay que contemplar que el espacio tiene un núcleo duro de 20 puntos que están con una postura de belicosidad importante”, detalló.
Por su parte, el sociólogo y director de CEIS Consultora, Fernando Larrosa, explicó que los discursos tienen un impacto diferente según la instancia de la campaña. Para aglutinar al electorado o para abrir el juego y conseguir nuevos votos. “El discurso de Patricia Bullrich cierra filas hacia adentro mucho más que el discurso liviano de Larreta o Vidal. Pero a la hora de jugar y de buscar nuevos electores y sumar por fuera del núcleo duro, el que atrae un poco más es el discurso más centrista. En cambio, el menos duro y más abierto hacia otros sectores es el que atrae probablemente electores del centro”, le dijo Larrosa a este diario.
“El comportamiento del electorado, en general, tiene un eje que es kirchnerismo o peronismo y antikirchnerismo o antiperonismo mucho más fuerte que la oposición como Juntos por el Cambio. La oposición desde hace varios años se comporta muy de esa manera, de elegir por la negativa al kirchnerismo. En ese caso, el discurso más extremo sirve porque es más radical contra ese otro que es el eje por el que se mueve. El más centrista sirve en la segunda instancia, en la cual es necesario captar el electorado intermedio que no se posiciona ni para un lado ni para el otro. Es más atractivo, pero siempre es necesario haber cerrado filas o haber generado un núcleo duro que permita un punto de partida para una intención de voto”, agregó el analista
Por su parte, el director de la Proyección Consultores y docente de la Universidad de La Matanza, Manuel Zunino, indicó que la radicalización del discurso de algunos dirigentes de Juntos por el Cambio apunta a consolidar el electorado duro y la posición de liderazgo hacia el interior de la propia fuerza por parte del sector del expresidente Mauricio Macri.
“La estrategia está dirigida a consolidar ese núcleo de apoyo y a consolidar el liderazgo de Macri y de Patricia Bullrich, que es su alfil al interior del espacio. Al consolidar una parte importante en el electorado, sin ellos no se puede competir. El resto de los jugadores de Juntos por el Cambio sigue necesitando acordar o ponerse debajo del ala de Macri. Hoy sigue teniendo un peso importante. A los líderes no se los jubila en la tapa de un diario sino que hay que ganarle en la cancha y eso es lo que se va a poner en disputa este año”, le dijo a este medio.
“El discurso moderado es más atractivo para una parte del electorado. Sin embargo, ninguno de los dos discursos por sí solos se vuelve competitivo en una elección. Se necesitan esas dos partes para poder ganar. Es un poco más seductor para algunos votantes de Juntos por el Cambio y siempre tiene la posibilidad de ampliar un poco el electorado, tampoco es tan determinante. Me parece que la estrategia va a ser endurecer el discurso. Siendo moderado se puede ganar algún voto, pero siendo duro se puede consolidar lo que ya tienen”, explicó el sociólogo.
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