La leve mejora se notó respecto a junio. Además, desaceleró la caída interanual. Tanto los industriales como los constructores tienen mejores expectativas para los próximos meses.
No obstante el envión, ambas actividades se encuentran muy por debajo de lo que mostraban en julio de 2023. Así, la industria registró una caída del 5,4% mientras que en la construcción el derrumbe es del 20,4% interanual.
Los datos sirvieron para reabrir el debate sobre la situación real de la economía. De un lado, los que quieren ver “una reactivación” por el salto de la actividad en julio respecto de junio; del otro, quienes consideran que la distancia con los niveles del año pasado marca que el derrumbe de la actividad sigue firme.
De los nueve sectores en los que el Indec divide a la industria manufacturera, ocho dieron resultado interanual negativo mientras que uno solo, el de Alimentos y bebidas, arrojó crecimiento, en su caso del 6,2%.
El dato podría alentar a quienes, como el presidente Javier Milei, creen que hay una recuperación de la economía de la mano de la mejora de los salarios y las jubilaciones. Pero el motor de la suba de la producción de la industria de alimentos y bebidas fue la molienda de porotos de soja para la exportación, con una expansión del 60% contra julio de 2023, cuando la sequía afectó a esta industria por la falta de materia prima.
En tanto, cayó la producción fabril de los segmentos más vinculados al consumo interno: carne vacuna, elaboración de frutas, verduras y hortalizas, lácteos, yerba mate y bebidas no alcohólicas. Se salvaron la producción de carne aviar (aunque algo se exportó) y la elaboración de productos en base a harina de trigo.
La mejora de la actividad en julio respecto de junio estuvo acompañada de un leve alivio en las expectativas de los ejecutivos de las empresas industriales, reflejada en la encuesta que todos los meses acompaña a los datos.
En la comparación entre julio y junio mejoran los pronósticos sobre la evolución de la demanda interna, las importaciones (claves para la producción industrial), la utilización de la capacidad instalada, la dotación de personal y la cantidad de horas a trabajar.
En el caso de la construcción, los 13 segmentos que integran esta actividad perdieron en la comparación contra julio de 2023. Con todo, los datos muestran una desaceleración de la caída de esta actividad. El elemento central del Indec para medir el desempeño es el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC), que en julio se ubicó en 152 unidades, el nivel más alto de todo 2024. Además, la caída interanual del 20,4% fue también la menor de lo que va de este año.
Todo esto no debe llevar a perder de vista que los niveles de producción de insumos para la construcción y de metros cuadrados realmente construidos están muy por debajo de lo logrado en 2023.
Una enumeración rápida da cuenta de este derrumbe: en los primeros siete meses del año, la producción de asfalto cayó un 56,2% respecto al acumulado en el mismo período de 2023. Ese descenso es del 46,3% en hierro redondo y aceros; 42,1% en mosaicos graníticos y calcáreos; 39,4% en artículos sanitarios de cerámica; 37,9% en hormigón elaborado; 35,0% en pisos y revestimientos cerámicos; 30,5% en yeso; 30,3% en placas de yeso; 29,7% en ladrillos huecos; 28,5% en cemento portland; 20,4% en cales; y 9,1% en pinturas para construcción.
En relación a las obras, el Indec informó una baja del 22,2% en junio de 2024 respecto a junio del año pasado en la superficie autorizada para construcción privada en 176 municipios. La superficie autorizada acumulada durante los seis primeros meses del año 2024 en su conjunto, registró una baja de 16,5% con respecto al mismo período del año anterior.
En ese cuadro, los puestos de trabajo alcanzaron a 375.849 personas, con una caída del 18,9% en relación a un año atrás.
La encuesta a los ejecutivos de las empresas constructoras arrojó “expectativas dispares”, según la evaluación del Indec. El 61,8% de las empresas que realizan principalmente obras privadas previó que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses (entre agosto y octubre), mientras que 21,8% estima que aumentará y 16,4%, que disminuirá.
En tanto, entre las firmas dedicadas fundamentalmente a la obra pública, 48,2% opinó que el nivel de actividad no cambiará durante el período agosto-octubre de 2024, mientras que 34,5% dijo que disminuirá y un 17,3%, que aumentará.
Un mes antes, en la misma encuesta, los ejecutivos se habían mostrado más pesimistas. Ahora, las expectativas más positivas alcanzan tanto a las firmas que hacen obras privadas como a las dedicadas a las construcciones públicas.
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