La película obtuvo muy buenas críticas en Francia. Pero luego fue víctima de una brutal campaña en las redes como resultado de una torpe e inexacta campaña publicitaria de Netflix.
Antes de su llegada al catálogo de la plataforma el pasado miércoles, la película, Netflix e incluso su directora fueron objeto de críticas en Internet, algunas incluso violentas y con amenazas, en respuesta a la campaña publicitaria que mostraba a las preadolescentes protagonistas vestidas con tops, shorts y pose de twerking –nuestro vernáculo «perreo»–, un estilo de baile común en videoclips de reggaetón o producciones de artistas como Miley Cyrus.
Además de ese póster que claramente sexualizaba a las niñas, la promo en Twitter incluía un texto en la misma línea. Tanto la gráfica como la sinopsis diferían mucho de la publicada por Bien ou bien, la compañía que produjo la película escrita y dirigida por Maïmouna Doucouré, que no solo fue galardonada, sino que recibió muy buenas reseñas en el circuito de cine europeo.
Guapis ganó el premio World Cinema Dramatic Directing en el festival de Sundance 2020 y obtuvo una mención especial del jurado en el Festival Internacional de Cine de Berlín, en febrero. La valoración positiva por parte del público en el sitio Rotten Tomatoes, a pocos días del estreno, es del 88 por ciento.
Sin embargo, cabe la posibilidad de que su debut en Netflix no resulte el esperado por su autora y la propia plataforma por la cuestionable campaña de lanzamiento. Algo que trasciende a Doucouré, pero que no la libró de ser perseguida por el tribunal de Twitter que, bajo el hashtag #NetlixPedofilia, desencadenó todo tipo de comentarios. Desde señalamientos pertinentes por una estrategia comercial que pone a las niñas como objetos de deseo sexual, hasta pedidos de cancelación, llamados al boicot de la producción en Change.org y amenazas hacia la autodidacta realizadora audiovisual.
Luego de la escalada mediática por la publicidad, que Netflix terminó reemplazando tras un pedido de disculpas público, la directora de Guapis le explicó a Cine Europa de dónde surgió la idea de contar esa historia y enfatizó que su objetivo es justamente lanzar una crítica a la hipersexualización infantil, especialmente en las redes sociales.
Doucouré cuenta que hace unos años en París, donde nació en una familia de origen senegalés, se encontró en la calle con una especie de torneo de baile en el que participaban pequeñas. Lo que le llamó la atención fue que “danzaban de una forma sugestiva y sensual (…). Además, en la audiencia había varias madres africanas”, relata. Y agrega que se preguntó “si esas jovencitas entendían lo que estaban haciendo”.
Para responder a esa inquietud, la guionista y directora que dio sus primeros pasos con los también premiados cortometrajes Maman(s) (2015) y Cache-Cache (2013), dice que se dedicó durante más de un año a entrevistar a preadolescentes para entender cómo se vinculan, se autodefinen y de qué forma perciben y modelan su identidad en un mundo plagado de estereotipos de género muy presentes en las redes sociales.
Otra cosa que la sorprendía era notar que “niñas muy pequeñas tenían más de 400 mil seguidores en redes y quería entender por qué”. Su conclusión fue que “no había una razón particular para ello, más allá del hecho de que posteaban fotos sexis o al menos sugerentes: eso era lo que les generaba ‘esa fama’”.
El poster puede generar rechazo en cualquier feminista, pero desgraciadamente no sorprende. La sexualización de niñas es una estrategia de amplio uso en gran parte de la industria en general y Netflix la ha aplicado más de una vez. Un claro ejemplo es el de Millie Bobby Brown (Eleven en la exitosa “Stranger Things”). Por eso resulta particularmente saludable y necesario el debate sobre la sexualización de la figura de las mujeres y aún más si se trata de menores.
Sin embargo, en este caso, el póster promocional se convirtió en un enorme árbol que podría tapar el bosque de lo que es un muy buen filme que presenta, como dice la propia directora, una “crítica urgente”.
Guapis no solo pone sobre la mesa el tema de la cosificación femenina desde temprana edad, sino que complejiza la ecuación a través de la historia de una niña musulmana que acaba de llegar a vivir a París con su madre cabeza de familia y dos hermanitos que le toca ponerse a cuestas. La cinta se mete además con el tabú de la poligamia, el descubrimiento del cuerpo, la tiranía de los likes y los patrones de comportamiento que impone una sociedad patriarcal. Todo eso en poco más de hora y media y exclusivamente desde la perspectiva de las niñas.
“Hoy en día, entre más sexy y más objetivada está una mujer, mejor es la valoración que recibe ante los ojos de las redes sociales. A los 11 años, una realmente no llega a entender esos mecanismos, pero tiende a imitarlos, a hacer lo mismo que los demás para obtener resultados similares”, dice Doucouré. Más que una crítica, ese debería ser el debate más urgente. «
Guapis
Dirección y guión: Maïmouna Doucouré. Elenco: Fathia Youssouf, Médina El Aidi-Azouni, Esther Gohourou, Ilanah Cami-Goursolas, Myriam Hamma. Disponible en Netflix.
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