El dirigente social sostiene que si el ministro del Interior es el candidato, él no jugará. Su visión sobre los jóvenes libertarios y las coincidencias con el neurocientífico sobre los planes de fondo.
Grabois fue coprotagonista el último viernes de una charla pública en el Centro Cultural Kirchner –organizada por la revista Crisis en el marco del Proyecto Ballena– con Facundo Manes, acaso un jugador parecido del otro lado de la grieta. Ambos no encastran en la discursividad coalicional que entonan figuras de mayor peso, a la vez que plantean discusiones incómodas en tiempos donde las ansiedades por lo que pase en las elecciones primarias aumenta su intensidad.
Obligados por razones similares, las coincidencias durante las casi dos horas de intercambio sorprendieron, pero no tanto. «Cuidado con el exceso de buena onda con Manes en un momento tan agresivo con Massa«, leyó en voz alta Grabois desde los apuntes que su equipo de campaña le preparó, y sobre ese giro inesperado, casi simpático, se estructura su candidatura: que se sepa que puede (y debe) hablar de todo con una sinceridad que percibe inhabilitada al resto del Frente de Todos.
Sobre el discurso de Cristina en la Plaza de Mayo, el pasado jueves 25, el referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos retomó el problema de la «comprensión de texto» sobre la no candidatura de CFK, pero agregó: «Esta obsesión recurrente de nuestro campo político para que mami nos diga lo que tenemos que hacer es un problema de nuestra generación militante«.
Un poco más adelante, lo generacional volvió para hablar de Wado: «Ser hijo de la generación diezmada, de la democracia ni de 2001 es un valor en sí mismo«. Grabois cree que el lanzamiento como candidato del ministro del Interior debió ocurrir un año atrás, pero acusó a las «peleas entre primos», al interior de la coalición gubernamental, por la demora ya que hubiera significado una traición al momento en que la vicepresidenta había sido condenada en la causa Vialidad. En la entrevista radial con Iván Schargrodsky durante el mediodía del sábado, Juangra fue más explícito: «Mi postulación tuvo que ver con que me cansé de pedirle a Wado que se lance«.
Por esas horas, De Pedro invitaba a su terruño de Mercedes a Massa para un acto conjunto que acelera las especulaciones sobre una fórmula, que a su vez tuvo encuadre en varios planos durante el lluvioso 25 de Mayo con CFK. Una trinidad que, para el corpus de Grabois, resulta herética.
El dirigente sostiene su argumentación contra el ministro de Economía. En el CCK, lo describió como poseedor de una «vocación colonial bastante explícita», del mismo modo que la ex presidenta se refirió indirectamente a Gerardo Morales. Considera a Massa como un aliado táctico, pero intentó precisar su encono al explicar que no puede ocurrir en 2023 que «el peronismo, que tiene como tradición histórica la soberanía política, la independencia económica y la justicia social, esté centrado en una figura que no representa ninguno de esos tres valores«.
«Axel no tiene que ser candidato a presidente porque tiene que garantizar el triunfo en la provincia de Buenos Aires», subrayó Grabois en el anochecer del viernes. «Y además porque no quiere«, puntualizó, acaso permitiéndose otra forma de reflexión por la naturaleza del evento con Manes sentado al lado. «No se puede llevar a patadas a un compañero a hacer algo que su intuición política y análisis de la realidad le dicen que no lo tiene que hacer. Él no es caprichoso: hay un polvorín en la Provincia. A Axel lo conozco hace veinte años, lo quiero y lo banco», dijo.
Por otra parte, Grabois se hizo tiempo para discurrir sobre las razones del desánimo popular sobre el futuro, en paralelo al crecimiento de la ultraderecha. «Para hacer política para la catástrofe tenés que ser un psicópata. Si no creyera que hay una luz en la oscuridad y lo que tenemos que hacer es caminar para ese lado, para qué carajo voy a militar«.
En este punto, propuso otra mirada sobre el entusiasmo joven por el liberalismo. «Para mí, esos pibes que están ahora con Milei, en primer lugar no son ningunos boludos, segundo no son freaks depresivos, y tercero, van a terminar todos con nosotros. No tengo ninguna duda. Todo proceso de toma de conciencia tiene su recorrido, y la verdad que es muy bueno que estén discutiendo política. Lo hacen desde una posición que yo creo que no es correcta, pero lo hacen. Tienen un falso profeta mesiánico, pero despierta discusiones».
“No me interrumpas”, pide Grabois a Manes en la sala Argentina del CCK, “pero todo lo que estás planteando es casi lo mismo que dijo Cristina ayer, sorry”. El público se ríe y la tónica del debate sobre el escenario, arbitrado por Mario Santucho y Natalia Gelós, se sostuvo con margen bajo de chicanas. Incluso la voluntad de ambos candidatos presidenciales para coincidir se volvió explícita, hasta forzada. Para Manes, el objetivo común para estas elecciones es “vencer al odio” representado en Milei, a quien describe como un “remedio vencido”.
Manes trazó su trayectoria radical en clave antimenemista. Dejó en claro que cree que “los partidos políticos no tienen el derecho divino de existir” si no sostienen una búsqueda de popularidad y renovación. En el marco de la propuesta para la charla que compartieron, el médico bonaerense considera que la democracia está en peligro ya que “los más vulnerables se van del sistema porque no creen en él, no les ofrece nada” ya que lo único que funciona de la promesa alfonsinista de un Estado que alimente, cure y eduque es el sistema electoral. “Perdimos el destino colectivo”, señaló.
Quizás el principal punto de desacuerdo, no tan evidente por el entusiasmo de ambos para acercar posiciones, sea la precisión sobre el modelo de desarrollo que, coincidieron, será garante de la democracia en el futuro. Manes eligió como primer sector productivo por impulsar a la minería, a la cual agregó rápido “sustentable”. Un poco después y con cuidado, Grabois señaló que desde el Frente Patria Grande conocen bien y denuncian los procesos dañinos para las comunidades locales de Catamarca, Jujuy y la zona de Vaca Muerta.
“Me daban ganas de decirle que se venga con nosotros”, comentó sobre Manes un hombre a su compañera, ambos evidentemente frentetodistas, mientras abandonaban sus asientos en la sala. El público sufrió por momentos cierta estandarización de las reacciones frente a lo dicho sobre el escenario. No faltaron reclamos a Manes sobre el gobierno de Mauricio Macri, que Grabois presuroso desactivó.
“Esto tiene que ver con la democracia ficcional y la espectacularización de la política. Yo para juntar votos lo tengo que reputear a él”, dijo Grabois sobre Manes en un pasaje del encuentro. “Entonces salgo en el canal Revolución Popular por YouTube para 350 mil personas y los nuestros me abrazan por la calle. Tengo bastante facilidad para hacer esas cosas pero me niego”.
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