Mientras Estudiantes de La Plata aguarda el adelanto prometido por el empresario estadounidense, que compró a Rampla Juniors en Uruguay, River y Vélez esperan el dinero de los pases de Rodrigo Villagra y Valentín Gómez. Bronca en el Botafogo con el dueño yanqui de su equipo porque se llevó al Lyon de Francia el premio de la Copa Libertadores.
En el historial de Rampla hecho una sociedad anónima deportiva (SAD), habilitadas en Uruguay en 2001 a través de una ley de urgencia, aparece el Grupo Open World, cuya representante, en 2013, era la argentina Victoria Daglio. El acuerdo estalló cuando Daglio fue requerida por Interpol, acusada de lavado de dinero. “Eso de gerenciamiento no tenía nada. Eran capitales colombianos que lavaban ese dinero mal obtenido en clubes, en este caso en Rampla. Todo terminó siendo denunciado penalmente. Fue como el cuento del tío”, recordó el expresidente José Luis Corbo. En 2020, un grupo inglés anunció el fichaje de Arinse Uade, lateral izquierdo con pasado en el Arsenal, proveniente desde el RoPS Rovaniemi de Finlandia. Uade no llegó a debutar. Y, a días de cancelar la deuda para poder jugar la segunda división, el grupo inglés informó que el dinero que iba a transferir a Uruguay había quedado bloqueado en una cuenta de Dubái. El final del grupo dejó a Rampla con una deuda de 180 mil dólares. Lo cuenta el periodista uruguayo Jorge Señorans en ESPN Uruguay.
¿Foster Gillett será otro paso en falso para Rampla, otro cuento del tío?
Al cierre de esta edición, en Estudiantes de La Plata, River, Vélez y hasta Liga Deportiva Universitaria de Quito esperaban los pagos de Foster Gillett: los casi 10 millones de dólares en concepto de “adelanto” a Estudiantes, parte del preacuerdo a 30 años con el presidente Juan Sebastián Verón que votará la Asamblea de socios acaso entre febrero y marzo; los 4 millones de dólares por Ezequiel Piovi (a Liga de Quito, inhabilitado por eso para jugar en Estudiantes); los 11,5 millones de dólares por Rodrigo Villagra (River); y los 8,5 millones de dólares por Valentín Gómez (Vélez). Foster Gillett también compró la ficha de Cristian Medina (15 millones de dólares, a Boca, hoy en Estudiantes). Aunque demore en los pagos, el Foster Gillett SA se midió con Boca, River y Vélez -último campeón de la Liga-, lo que despertó algún enojo en Verón, quien considera que le hace “favores” a rivales directos. Y pretende, según meloneó Tofoni en charlas informales, volver a la Premier League. Los hinchas del Liverpool odian a los Gillett: quedó con una deuda de 237 millones de libras luego de que su padre, él y Tom Hicks pagaran sus acciones con préstamos a los bancos Royal Bank of Scotland y Wachovia y se los cargaran al club.
El jueves, Jorge y José Mas, dueños del Inter Miami, visitaron la Casa Rosada. Le regalaron supuestas camisetas de Lionel Messi con el N° 9 a los hermanos presidenciales Javier y Karina Milei. Con una fortuna de 2000 millones de dólares en negocios de telecomunicaciones, infraestructura y petroleros, y contratistas fieles de Donald Trump, los Mas -escoltados por Tofoni y su pareja SAD, la diputada libertaria Juliana Santillán- también se reunieron con Foster Gillett -quien posó sosteniendo un cuadro de Milei– para charlar sobre la privatización del fútbol en la Argentina. Pero no todo es fútbol: MasTec, la empresa familiar, sondeó participar en la licitación del Gasoducto del Norte en 2023.
Jorge Mas -que, a la vez, es el presidente del club Zaragoza de España- es hijo de Jorge Mas Canosa, un cubano que, desde Estados Unidos, financió atentados contra Fidel Castro y colaboró en la fallida invasión a Cuba de bahía de Cochinos en 1961. Playa Girón. “La libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en manos privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que el propio estado democrático. Eso, en esencia, es el fascismo: la propiedad del estado por parte de un individuo, de un grupo, o de cualquier otro que controle el poder privado”. No es la definición de Fidel Castro. Lo dijo Franklin D. Roosevelt, presidente demócrata de Estados Unidos entre 1933 y 1945.
¿La AFA de Claudio “Chiqui” Tapia, que se mostró férrea con el “no” a las sociedades anónimas, presentará a corto plazo un nuevo status para clubes que habilitaría el ingreso de capitales privados al fútbol, como deslizaron dirigentes tras la foto de Tapia junto a Karina Milei el 11 de diciembre de 2024 en la sede de la Conmebol en Paraguay, en el marco de la oficialización de los partidos inaugurales del Mundial 2030 en Sudamérica? ¿Hubo una tregua en la pelea entre el gobierno y la AFA por las SAD? ¿O quizás un pacto que podríamos llamar el “Pacto de Foster Gillett”, o el “Tratado de Luque”, sede de la Conmebol, para correr del camino a Mauricio Macri, viejo impulsor de las SAD? ¿Aterrizarán otros Foster Gillett en el fútbol argentino?
En Brasil, donde Jair Bolsonaro habilitó las “SAF” en 2021, Botafogo, último campeón del Brasileirão y de la Libertadores, desvió al Lyon de Francia el premio por la Copa (23 millones de dólares) y los 33 millones de euros de la venta al Zenit de Rusia de Luiz Henrique, autor del primer gol en el 3-1 de la final. Botafogo y Lyon comparten multipropietario (Eagle Football Holdings, del estadounidense John Textor). Lyon necesitaba 175 millones de euros antes del final de la temporada (junio de 2025) para evitar el descenso administrativo a la Ligue 2 por una deuda de 500 millones de euros. A Textor le faltaban 40. Lo consiguió con “activos” del Botafogo, como la cesión a coste cero del argentino Thiago Almada al Lyon. ¿Soportarían algo así los hinchas argentinos, quienes, a diferencia de los de Brasil, casi sin derechos políticos, participan de la vida institucional del club?
Foster Gillett, “insolvente” en sus intentos de comprar al Heart of Midlothian de Escocia y al Lyon francés, “es mucho más” que un “rico” que utiliza al fútbol como “un espacio en el que, como propicia el capitalismo, todo es o puede volverse mercancía, incluso las personas”, como escribe el periodista Ariel Scher en su Facebook. Scher cita a El centroforward murió al amanecer (1955), obra del dramaturgo Agustín Cuzzani, y sigue: “En esa época, sonaba como una alerta distópica. Un multimillonario pagaba por talentos de diversas artes y los transformaba en parte de su colección personal. A Cacho Garibaldi, crack del momento, lo adquiría y no lo desplazaba hacia otra cancha: lo guardaba como se guardan las frazadas, la comida del perro o los cuadros caros. Tranquilidad. Tal vez sea sólo una exageración. Porque resulta verdad que hay una diferencia con esta era: Garibaldi era centroforward y Villagra es centrohalf”. El Foster Gillett SA es un “club” de un hombre con “intereses”.
Busca reducir el beneficio para los sectores medios y bajos. Marcha atrás y pase de…
El comisario Vulcano aterrizó en Mar del Plata y pidió "resultados ya" tras el asesinato…
Una mirada posible tras la multitudinaria Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista.
La mamá de la primera niña que obtuvo su DNI de acuerdo a su género…
La derecha quedó arrinconada con la marcha antifascista aunque luego logró dividir al bloque de…
Otra arista ríspida de la relación con Estados Unidos: la liberación de la venta de…
Una pieza clave para la investigación sigue siendo un enigma, a más de dos años…
El origen de las organizaciones internacionales y las vidas salvadas por la colaboración entre los…
El actual presidente Daniel Noboa y la opositora Luisa González pasarían a la segunda vuelta…
El reconocido actor encabeza la obra Empieza con D, siete letras, un tratado sobre las…
China metió un jaque en la partida de la IA con un modelo de código…
En las reuniones que mantuvo con el gobierno, reclamó que la reducción se profundice y…