Las posturas más tajantes proponen dejar fuera de las reuniones navideñas y de fin de año a las personas no vacunadas. La totalidad de las y los profesionales consultados coinciden en que hay que extremar los cuidados si hay familiares sin inoculación. “No es una discriminación, sino que en realidad se lo está protegiendo”.
Proteger a desprotegidos
No invitar a esas personas a las reuniones de fin de año no es la sugerencia de la totalidad de las y los profesionales consultados. Pero sí la totalidad señala que su presencia implica un riesgo y obliga a extremar cuidados. “Evitar reuniones familiares con no vacunados es imposible. Si se sabe que hay algún no vacunado, hay que hacer la reunión al aire libre, con distancia, usar barbijo. Y que todos sean conscientes de que, si hay un no vacunado, tanto el no vacunado como el vacunado pueden estar infectados y el que va a estar más en riesgo es el no vacunado. No es una discriminación al no vacunado, sino que en realidad se lo está protegiendo”, define Guillermo Docena, especialista en inmunología del Conicet, al frente del equipo que desarrolla la vacuna de la Universidad Nacional de La Plata y asesor del gobierno bonaerense.
Mario Lozano, virólogo molecular y ex rector de la Universidad Nacional de Quilmes, explica: “Las vacunas nos protegen de dos cosas: evitan el contagio y la enfermedad grave. En evitar el contagio son cada vez menos eficientes con las nuevas variantes. Eso parece no generar muchos problemas para la persona vacunada, porque la enfermedad que se produce en general es leve y no requiere internación y eso se refleja en los datos de quienes están en las terapias intensivas en cualquier lugar del mundo. Pero nos pone en una circunstancia de que estas personas vacunadas dejan de ser una coraza protectora para las personas no vacunadas. ¿Por qué? Porque si se pueden contagiar pueden contagiar a otros. El riesgo que ocurre en estas reuniones -inevitables ahora que todos queremos juntarnos, pensar en no reunirnos es irreal- y hay que transmitirlo fuertemente lo tienen las personas no vacunadas. Lo mejor sería mantener las otras medidas además de la vacuna”.
Abrazos con barbijos
Para Leda Guzzi, de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), qué se hace con los parientes no vacunados “es una decisión que se toma en el fuero íntimo de la familia”, que define “qué normas se establecen para las fiestas”. Pero los cuidados, sostiene, deben estar haya o no gente sin inoculación. “Tiene que ser al aire libre dentro de lo posible. Y en los interiores, sí o sí, con barbijo. Si no se puede en el exterior, que estén bien ventilados los ambientes”, recomienda. Y grafica: “Los abrazos tienen que ser con barbijo, sin lugar a dudas”.
La intensivista Carina Balasini, de la UTI del Hospital Pirovano y miembro de la SATI, agrega otra sugerencia: “Si van a hacer reuniones sociales, tratar de hacerlas con los más allegados. No con todo el mundo. Y que solamente para comer se saquen el barbijo, que después lo sigan usando. Seguramente si esto pasa el año que viene o el otro vamos a poder hacer una gran reunión. Pero en este momento, con una ola subiendo, con una transmisión alta, sería importante que cuando se reúnan no haya mucha gente”. Para la médica, “ya estamos entrando en una tercera ola de covid, con una progresión bastante alta”. En las últimas 24 horas, otras 27 personas murieron y 5.337 fueron reportadas con coronavirus, con lo que suman 116.930 los fallecidos registrados oficialmente a nivel nacional y 5.395.044 los contagiados desde el inicio de la pandemia, según datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Si estornuda, se queda en casa
Una mención aparte apunta a quien cursa un resfrío o un dolor de garganta, aunque sea leve. “Si tenés dolor de garganta, tos, no vayas. Es una falta de respeto. Vas a exponer al resto, que no tienen por qué estar expuesto. Tendrías que hisoparte y aislarte hasta saber el resultado”, remarca Balasini. “Uno tiene que aprender a esta altura que no es indispensable. El que se siente mal, se queda en su casa. Porque terminás siendo un arma. El que va enfermo a un lugar donde hay un montón de gente es un arma, va contagiando y puede matar a una de esas personas. El que está enfermo, congestionado, directamente que se quede en su casa”, propone.
De acuerdo al informe de la SATI difundido la semana pasada, el 61% de las personas internadas con covid en grave estado no están vacunadas o tienen su esquema incompleto. “Participar de una fiesta segura es una buena motivación para vacunarse. Para que una persona esté completamente vacunada tiene que tener las dos dosis y que hayan pasado 21 días desde la segunda. Así que estamos muy sobre la hora, pero nunca es tarde para empezar. Y siempre es una buena motivación saber que uno está protegiendo a los demás y se está protegiendo a sí mismo”, concluye Guzzi.
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