En nombre de la austeridad y como reflejo de un “compromiso con la eficiencia en el gasto público”, se confirmó que esa Secretaría no estará presente este año en el tradicional encuentro entre lectores, escritores y editoriales. Los justificativos oficiales.
En un comunicado de la Secretaría, que depende del Ministerio de Capital Humano, señalaron que la medida se da “en respuesta al desafiante panorama económico que enfrenta el país”. Es por esto que “la cartera de Cultura decidió no destinar 300 millones de pesos al stand oficial del gobierno en la Feria del Libro de Buenos Aires. Esta medida refleja un compromiso con la eficiencia en el gasto público, en tiempos en los que la distribución cuidadosa de recursos es esencial”, agregaron.
Según Vaccaro, en la reunión que tuvo lugar entre representantes de la FEL, el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli y el subsecretario de Promoción Cultural y Artística, Federico Brunetti, desde la Fundación se mostraron dispuestos a la negociación.
“Los stands tienen, desde luego, un valor comercial, pero tratándose de la Secretaría de Cultura somos altamente flexibles. Le expresamos al secretario que para nosotros era interesante que ellos estuvieran en la Feria y nos mostramos dispuestos. Nos hubiera gustado que estén en el stand como representación oficial”, dijo.
Al acto de inauguración concurrirán la ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriela Ricardes, directivos de la FEL, representantes de Lisboa, la ciudad invitada, y la escritora Liliana Heker. En principio, también participará el secretario de Cultura de Nación, Leonardo Cifelli, pero no está confirmada su alocución.
El gobierno, con escaso respaldo en el ámbito editorial y literario local, lograría evitar de esta forma silbidos y abucheos de parte del público, algo que ya ocurrió en las ediciones de 2018 y 2019, cuando el por entonces ministro Pablo Avelluto ingresaba al escenario.
Por la disposición del espacio y la gran variedad de entradas que tiene la Feria, el stand del Pabellón Azul, tradicionalmente reservado para Nación, es uno de los que mayor visibilidad tiene en el evento cultural más importante de la región. Desde el año 2010, ese espacio de 300 m2 se compartía entre distintas carteras nacionales, con la presencia permanente de, al menos, tres ministerios: Cultura, Educación y Ciencia y Tecnología.
Además de ofrecer ediciones de la Biblioteca Nacional y otros organismos, en el stand se realizaban distintas actividades, con una oferta que fue variando con el correr de la gestiones, pero siempre conservaba algunas propuestas como presentaciones de libros, diálogos con personalidades de la cultura, muestras, espectáculos, narraciones y diversas expresiones culturales para todo tipo de público.
“Siempre fue un buen espacio y una gran oportunidad para que las distintas áreas pudieran contar y mostrar los distintos programas que realizaban durante el año”, dijo a este diario Jorge Gutiérrez Brianza, director Comercial y de Operaciones de la Fundación el Libro.
“Resulta triste”, continuó, “la ausencia de la Secretaría. Cultura y Educación de la Nación siempre han estado en las distintas ediciones. De diferentes formas, pero han estado. Y además eran stands atractivos con muchas propuestas de contenidos, las diferentes áreas podían tener presencia”, dijo.
Según una nota publicada en Clarín, voceros de la Secretaría afirmaron que su ausencia en el stand en la Feria se basaría en una política de austeridad que reniega de la “publicidad oficial”. Aunque en la nota no se explicita a qué se refieren con eso, lo cierto es que la Feria del Libro ha sido siempre un evento con gran repercusión a nivel regional y, por lo tanto, una oportunidad única para que la Argentina muestre su producción cultural al mundo.
“Más allá de la cuestión económica”, dijo a Tiempo Brianza, “la feria es el evento cultural más importante de Latinoamérica, con gran trascendencia y de gran relevancia para la industria editorial”, destacó y afirmó que la presencia de organismos oficiales siempre tiene un carácter preponderante en todas las ferias internacionales que se realizan en otras partes del mundo.
“Nosotros –agregó-, además de los días para público general, destinamos tres días exclusivos al negocio del libro, con la presencia de compradores locales e internacionales que vienen expresamente a hacer negocios con nuestros editores, conocer la calidad y variedad de la oferta editorial de Argentina y difundir a autores locales”, dijo. “En la edición anterior”, continuó, “en esos tres días salieron de la feria más de 10.000 kilos de libros a más de 300 librerías en todo el mundo, y más de 30.000 a librerías e instituciones de todo el país.
Y añadió: “En la feria también se cierran acuerdos de derechos y coediciones entre editores locales e internacionales y así se difunden autores argentinos en el exterior”. Mencionó al Programa Sur de apoyo a las traducciones, como “una herramienta fundamental para la difusión y publicación de autores argentinos en otras lenguas”. Tal como lo informó Tiempo Argentino en su momento, ese programa actualmente está en riesgo por falta de financiamiento.
En el comunicado de la Secretaría de Cultura de Nación, se establece que los recursos del armado y mantenimiento del stand se reasignarían a las bibliotecas agrupadas en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), que preside el bibliotecario Raúl Escandar.
De esta forma, el organismo sumará a los cien millones de pesos que tenía previstos distribuir para el Programa Libro%, que establece la venta de ejemplares al 50% del valor comercial a los representantes de las bibliotecas populares, los 300 millones que el gobierno no destinaría a la Feria del Libro.
En los cien días que van del gobierno de Milei, el sector de la cultura ha experimentado un crescendo de malestar hacia las políticas del libertario.
Representantes de bibliotecas populares se han reunido periódicamente con diputados e intendentes para impedir las medidas impulsadas en la ley ómnibus que perjudican al sector.
Estas medidas permiten, entre otras cuestiones, una asignación discrecional de recursos y modificaciones a media docena de artículos de la ley nacional 23.351, que data de 1986 y a su vez es modificatoria de la 419, impulsada por Sarmiento, en donde se establece la obligatoriedad de que el Tesoro Nacional auxilie a las bibliotecas “que los particulares establecen en las ciudades, pueblos o villas”.
Ante la ausencia de la Secretaría de Cultura del a Nación en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires cabe preguntarse qué significa para el actual gobierno la expresión “publicidad oficial”. ¿Mostrar la actividad cultural del gobierno nacional en relación con el libro es publicidad oficial?
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