El discurso del diputado, el 24 de marzo, fue tomado como una señal de pacificación en la interna. De la "dedocracia" a una posible primaria. Cómo leen el panorama electoral en el entorno presidencial.
En medio de la multitud que marchó a Plaza de Mayo, este 24 de marzo, el diputado Máximo Kirchner dio un discurso desde una tarima móvil en el que afirmó que «si alguien se enoja, la sociedad define». Esas palabras resonaron en Santo Domingo, República Dominicana, donde Alberto participa de la Cumbre de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de Iberoamérica. Las definiciones fueron tomadas con satisfacción por la comitiva presidencial, que además de la Cumbre Iberoamericana se trasladará a Estados Unidos para la reunión bilateral con el presidente estadounidense, Joe Biden.
“Coincide con nuestra mirada”, señalaron, cerca del presidente. Y hasta arriesgaron que “Alberto terminó imponiendo la idea de que tienen que haber PASO y no dedocracia”. Si bien el diputado Kirchner no habló de PASO ni abundó en la metodología de elección de candidaturas, desde el albertismo sus dichos fueron tomados como un triunfo.
Evalúan que, en 2019, cuando Cristina Fernández ungió al actual presidente, el contexto era distinto. Analizan que en el medio estuvo la elección legislativa de 2021, en las que el oficialismo perdió debido a la baja participación popular y lo emparentan al reciente resultado electoral en la ciudad cordobesa de La Falda, donde ganó Juntos por el Cambio por más del 70%, pero en una elección en la que apenas participó el 50% de la población. “Los que no fueron a votar son los nuestros”, destacan.
En medio de los tonos amables de la diplomacia internacional y lejos de la masiva movilización del viernes 24 de marzo, en la que se sumó el reclamo contra la proscripción de la vicepresidenta, Cristina Fernández, miembros de la comitiva oficial se mostraban contentos.
Según interpretan, de las palabras del diputado Kirchner, La Cámpora empezó a entender la estrategia de Alberto de no implementar una mesa chica que defina las listas y que sea la participación popular la que defina los y las candidatas.
Hay una serie de pasos institucionales. El Partido Justicialista tiene que realizar una reunión de Consejo que a su vez convoque al Congreso partidario, donde se puede dar una discusión de fondo sobre los objetivos a seguir. Sin ambas instancias no se puede sellar un frente o alianza electoral. Según el albertismo, todo eso da por tierra con la convocatoria a una mesa chica, tal como se hizo en la sede del PJ de la calle Mateu hace un mes.
Además marcaron una diferencia en la estrategia de los funcionarios que responden a Alberto. En particular, sobre la disputa que se abrió sobre la falta de implementación de la suma fija, hecho que fue criticado por el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, a quien le respondió la ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos. “Ahora se contesta, antes no” destacaron, y marcaron así la nueva forma discursiva que tomará el albertismo.
Sin embargo destacaron que la definición que dio Máximo Kirchner fue en buenos términos. “No fue irrespetuoso lo de hoy. Es definir cómo vamos a competir”, apuntaron.
Por su parte, desde el kirchnerismo atenuaron la interpretación de Presidencia. Señalan que el visto bueno a las PASO está, pero ningún dirigente del Frente de Todos pide hoy que Alberto Fernández sea candidato, a excepción de Aníbal Fernández. En cuanto al concepto de «dedocracia», puntualizan que es la razón por la que Alberto es presidente.
La intención de Alberto Fernández de propiciar las PASO se enmarca en que, según las encuestas que están mirando, se evidencia una fragmentación del voto, no solo en el oficialismo sino también en la oposición. Ven que hay un empate técnico entre ambas fuerzas alrededor del 35% y que se suma un 21% de la extrema derecha.
Además analizan que dentro de cada fuerza hay varios candidatos y que ninguno se destaca por encima del resto. Sostienen que este escenario se debe a que, en los últimos 10 años, la democracia no generó respuestas a las demandas de la sociedad, lo que hizo que se rompiera el bipartidismo y naciera “el indignismo” como caracterizan al fenómeno antipolítico encarnado en Javier Milei.
Por último evalúan que el ministro de Economía, Sergio Massa, va a competir dentro del oficialismo, más allá de que este sábado sostuvo otra vez en declaraciones radiales que no va a ser candidato. Massa viene de dar una pelea contra las declaraciones en off que, según él, provienen del albertismo. Pero a la vez se mostró con el presidente esta semana en Mendoza. Y piensa volver a juntarse este martes en Washington, luego de la tan esperada bilateral con Biden.
Desde Economía esperan que Massa también se reúna con el presidente estadounidense, más allá de que todavía, al cierre de esta edición, no estaba anunciada la cumbre por parte de la diplomacia del país del norte.
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