Este viernes se estrenará la película del colectivo de cine militante Silbando Bembas. Además de su responsabilidad en la última dictadura cívico-militar, el film permite analizar el poder y la influencia de estas empresas en la actualidad.
Mediante voces de trabajadores y un rico archivo fotográfico y audiovisual, el documental nos lleva a revivir dos rebeliones populares producidas en la ciudad santafesina de Villa Constitución, encabezadas por obreros de Acindar y otras metalúrgicas, aparecen como ejemplos paradigmáticos del ascenso de las luchas populares de la primera mitad de los ‘70, con levantamientos en todo el país y una creciente organización combativa en los lugares de trabajo. Además, el film muestra cómo las patronales de ambas empresas financiaron a uniformados y bandas parapoliciales, cedieron las instalaciones de sus fábricas como centros de tortura e incluso organizaron operativos represivos a gran escala. “Fueron muchos años de trabajo, a partir del diálogo entre obreros de Techint y Acindar de distintas generaciones, la película extiende el alcance de la historia hasta el presente. De un lado, mostrando cómo los instigadores continuaron impunes, digitando funcionarios y haciendo negocios con todos los gobiernos hasta la actualidad. Del otro, uniendo las luchas de ayer y de hoy, recordando la fuerza de las y los trabajadores cuando se unen por sus intereses”, cuenta Francisco Estrella Gutiérrez, integrante de Silbando Bembas.
-¿Cómo nació la idea de hacer esta película?
– Fue una idea que apareció en el año 2012, tuvo años de investigación preliminar y durante todo ese tiempo fuimos avanzando y haciendo otros contenidos. Tuvo trabajos dilatados para poder llegar a la verdad. Todos los nuestros proyectos tiene que ver con una finalidad para afrontar la coyuntura política nos toca. Y veníamos viendo que los discursos audiovisuales que narraban las responsabilidades del genocidio de la última dictadura poco miraban hacia el sector empresario, que fue aquel que recurrió a golpear la puerta de los cuarteles, para aprontar una situación política que venía siendo marcada por el auge del movimiento obrero, desde el Cordobazo en 1969. El rol que tuvieron fue clave en lo que pasó. Alguna que otra película hay, pero mirando a empresas internacionales como Ford o Mercedes Benz, o en el mejor de los casos a capitales nacionales más vinculados con el agro. Pero son pocas las investigaciones que abarquen a la industria nacional.
-¿Por qué crees que es así?
-No me parece casualidad. Esas mismas empresas incluso con la vuelta de la democracia han mantenido un esquema de negociados con los distintos gobiernos. Han sido históricamente los aliados. Entonces empezamos por ahí. Esta no es una película que esté anclada en el periodo del ‘76 al ‘83, sino que sigue el rastro de esas empresas hasta incluso el día de hoy.
-¿Cómo eligieron los testimonios que finalmente le dan densidad, sensible e histórica al film?
-En una primera instancia fue reunirse con un montón de trabajadores tanto de Acindar como de Techint, de los años 70, con charlas sin la cámara, para ir recolectando historias y experiencias. Así buscamos una síntesis, y lo logramos con trabajadores de esa época que aún hoy por hoy se mantienen dando pelea por los juicios a las empresas que están activos desde ese lugar de resistencia. También con trabajadores actuales. Sobre todo para no quedarse solo con el pasado, sino demostrar cómo siguen actuando estos poderosos. Es la continuidad de las empresas y los trabajadores: están aún en conflicto. Hay hoy, lucha por los salarios y amenazas de despidos, dejando familias en la calle. Buscamos que los testimonios demuestran cómo es que funciona: en la dictadura, en los ‘80, en los ‘90 y ahora. Siempre buscando por la memoria verdad y justicia.
-¿Cómo ves las luchas obreras que ya se desarrollan y las que vendrán?
-Se viene un escenario de conflicto y de lucha, seguro. Quisimos que esta película se vea cerca de este 24 de marzo porque queremos, hoy más que nunca, luchar por la memoria, verdad y justicia. Estamos frente a un Gobierno negacionista, por lo que la lucha de los derechos humanos está abierta más que nunca. Es algo necesario. Y por otro lado también estamos viviendo una avanzada ajustadora, que afecta a la cultura en general y al cine específicamente. Todo es un escenario muy hostil. Por lo que estamos juntándonos todos los realizadores para poder seguir haciendo cine independiente. Y en eso estamos. En última instancia de lo que se trata de reivindicar de nuestra parte, es el derecho que tenemos los pueblos de narrar nuestra propia historia, nuestros conflictos, contar la cultura, la historia, sin las presiones del estado ni las empresas. El cine independiente en la Argentina es muy rico y tuvo un desarrollo histórico importante. Hoy eso está en juego. Apostamos a seguir organizarnos para dar esa pelea
-¿El documental tendrá un estreno en salas y un recorrido?
– En principio queríamos que se pudiera ver antes del 24 de marzo. Luego veremos cómo armamos el recorrido, porque con el supuesto cierre del Gaumont y los recortes no sabemos bien qué va a pasar. Los serios problemas de pantallas para exhibir lo que hacemos no es nuevo en el sector, pero obviamente está empeorando a medida que pasan las horas. Por lo tanto estamos analizando posibilidades. En los próximos meses esperamos tener un estreno oficial. Pero sobre todo que la película tenga un recorrido por bibliotecas populares, centros culturales, sindicatos, para que de alguna manera reencontrarnos con los luchadores y luchadoras, así como al público al que apuntamos. Seguramente así será.
Ellos fueron, ellos son – Su golpe, nuestra lucha
Documental del colectivo de cine militante Silbando Bembas. Se puede ver este viernes 22 de marzo, a las 18:30, en el auditorio de ATE , Belgrano 2527.
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Los ESCLAVISTAS NO cambian. NEGOCIAN con el poder de turno pero SU objetivo permanece. De qué otra manera podrían haber hecho su fortuna sino? Uno está manejando ahora algo de trabajo, no? La que nos espera!