¿Por qué razón evocar esta anécdota? En estas semanas pandémicas hasta la más mínima intervención para favorecer la salud pública o la economía despierta interpretaciones ideológicas en un sector de la sociedad que, en un principio, también provocan risa. Por ejemplo, hubo curiosas convocatorias a manifestarse contra el retorno del comunismo que simbolizan los subsidios que el estado reparte a empresas y trabajadores que debieron interrumpir sus labores por el covid-19. Con idéntico afán, se llamó a repudiar la violación a las libertades públicas que supone la cuarentena consensuada por oficialismo y oposición.
En la misma línea, un grupo de intelectuales y dirigentes alertó sobre los políticos populistas que, aprovechando las circunstancias, pretenden arrogarse un poder desmedido para suspender el estado de derecho e, incluso, la democracia representativa y el sistema de justicia. No faltaron los que, yendo al centro de la Tierra, cuestionan las revueltas que se produjeron en los ’60 y ’70 por haber sido las verdaderas culpables de las conciencias estatistas, igualitarias y ecologistas que priman hasta hoy.
Es sabido que las ideologías de las élites tienden a legitimar el poder establecido fijando tres dimensiones. Lo que existe, lo que es bueno y es malo, y lo que es posible concebir. Además de intentar someter a los humanos a un determinado orden social, a una ética del trabajo y a calificarlos para el papel que habrá de desempeñar cada uno. Estas voces conservadoras y elitistas no pretenden otra cosa que obstruir todas las iniciativas que, en su visión del mundo, podrían limitar al reino del mercado o a las prerrogativas del capital y sus dueños. Negando en su ceguera las virtudes de la solidaridad, la acción colectiva y la justicia social. O que existan alternativas viables y superiores al modelo económico que finalizó en diciembre. Pero sus posiciones, considerando las políticas que instrumentaron los gobiernos para hacer frente a la crisis, están en retroceso. Aquí y allá. De hecho, Alemania y Francia, conducidas por liberales, acaban de acordar un paquete multimillonario para socorrer a las empresas, el sector público y los trabajadores de la UE.
Tiempo atrás, cuando nadie sospechaba esta pesadilla, tropecé con aquel ejecutivo a la salida de un estadio de fútbol. Me reconoció y, tras saludarnos, caminamos un trecho. Estaba de visita y se veía más gordo. Esta vez nada de lo que dijo me resultó gracioso. “Hace mucho que mudamos las oficinas a Brasil y ahora, con Bolsonaro, estamos en la gloria”, dijo, y se perdió en la multitud.
El fundador del PRO no logra definir un estilo de conducción. Después de pintar al…
En este año, Milei empeoró todo: aplica un ajuste brutal al sistema de salud pública,…
La visita estaba prevista antes del escándalo de Kueider, y está vinculada a la intervención…
La principal fuerza de la oposición está convencida de que le asestó un duro golpe…
El paquete legislativo quedó listo para ser tratado el jueves en la Cámara de Diputados…
Este jacobinismo de extrema derecha empleó una licuadora que, en función de reducir dramáticamente el…
Un monitoreo coordinado por Católicas por el Derecho a Decidir analiza las desigualdades en el…
El debete del Presupuesto porteño demandó 18 horas de rosca que buscó destrabar el rechazo…
Abú Mohamed al Jolani dijo que pretende "construir y desarrollar" el país, devastado tras 13…
El mapa de Medio Oriente como lo conocemos y que por estos días se está…
Walter Braga Netto había sido ministro de Defensa. Tras perder en las urnas, urdió una…
¿Vengador popular o enajenado? Luigi Mangione, representante sui generis de miles de estafados o desamparados…