El proyecto presentado compitió con otros 25 provenientes de diferentes países. En 2002 lo obtuvo el Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil, de Córdoba; y en 2012 las Abuelas Cuentacuentos, de la Fundación Mempo Giardinelli, de Chaco.Alija, que según consta en su página oficial es “Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina, Sección Nacional de IBBY. La Organización Iternacional del Libro Infantil y Juvenil, cuya sede se encuentra en Suiza” es la encargada de acercar a los candidatos de su país al IBBY.
El anuncio se realizó junto con el de las ganadoras del Premio Hans Christian Andersen. El Premio IB Asahi a la Promoción de la Lectura, está dotado de 10.000 dólares y forma parte de los pemios que IB International Board on Books for Young People (IB) otorga cada dos años, incluidos el IB-Iread al promotor de lectura y el Hans Christian Andersen.
Casa Cuna Cuenteros trabaja desde julio de 2013 ad honorem en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, ex Casa Cuna -de ahí su nombre- y está integrado por docentes, bibliotecarios y personas que tienen alguna relación con el relato oral. Fue fundado por Verónica Álvarez Rivera, Laura Ormando y Alejandra Alliende, quienes eligieron la narración como profesión y muy pronto se armó un grupo de más de veinte voluntarios.
El grupo declaró a Télam: «Desde el punto de vista de la salud y la literatura, podemos conceptualizar nuestra tarea como una intervención del espacio público hacia la comunidad del hospital pediátrico que apunta a la expresión subjetiva y el lazo social a través de la narración, la promoción y el fomento de la lectura como actividad y no de una elaboración de lo traumático ni de la enfermedad específica». Y agregó: «No se cura con la palabra, pero es a través de ella que se recupera el lugar de la fantasía, la creatividad, el juego y la exploración, propias del ser humano. Por eso, pensamos la promoción de la lectura dentro de un marco de promoción primaria de la salud».
A partir de su intervención en el Hospital de Niños Pedro Elizalde, en la institución comenzó a formarse una pequeña Biblioteca y la experiencia empezó a replicarse en otras instituciones a las que el grupo prestó su asesoramiento.
Los Casa Cuna Cuenteros afirman en un informe que no siempre los padres les leen a sus hijos, sino que muchas veces prefieren darles un celular para que se entretengan entrenándolos de esta forma en una lógica de consumo que los aliena. Pero, sin embargo, existen otras opciones mucho más beneficiosas para los chicos y para la relación que estos entablan con los adultos. Los libros, sin embargo, no siempre son reconocidos como esa opción posible y es allí que el grupo interviene para modificar la situación. En un informe señalan, precisamente, que a veces se cree que los libros “no encierran historias maravillosas, de risa, de amor, de aventuras o de miedo», sino que «son un objeto de los que ´saben´, como los doctores, son los que mi mamá no sabe leer, son los que a mí me cuestan en la escuela, son los que no me dejaron pasar de grado. En este contexto es que surge el proyecto de fomento de la lectura en el hospital: como una forma de intervención a los cuerpos que esperan y de alternativa a la palabra que sólo sabe de instrucciones y recetas.”
Debido a la pandemia del Coronvirus tanto el llamado “El Nobel de la literatura infantil como el obtenido por el grupo de voluntarios serán entregados recién el año que viene en el congreso del IBBY.