Surge del análisis de los armadores que ya trabajan sobre un escenario de fragmentación opositora. Se multiplican las intrigas en el partido de Macri, que prepara su vuelta al ruedo.
Para el oficialismo, las elecciones del 2025 serán claves para romper la inercia de un Congreso reticente que complica los planes libertarios. Todavía sin lograr la aprobación definitiva de ninguna ley a más de seis meses de gestión, la mesa chica del gobierno empieza a ver con buenos ojos el abandono de una alianza con el PRO.
En el oficialismo toma fuerza la estrategia de batallar la elección sin conformar un nuevo frente que aglutine a ambos espacios. Por el contrario, los talibanes del círculo presidencial creen más acorde concretar “el pase” de todos los sectores que quieran sumarse a LLA. De esta forma, además de cuidar el sello propio, el partido oficialista conservaría la potestad para decidir el orden en las listas y no estaría condicionado a cumplir acuerdos electorales.
“Estamos dispuestos a incluir a peronistas, radicales y todos los que quieran sumarse a las fuerzas del cielo. Desde el centro a la derecha son todos bienvenidos”, dijo ante Tiempo un asiduo transeúnte del despacho presidencial. La única condición, dice, es apoyar incondicionalmente cada una de las propuestas que el gobierno entienda necesarias para llevar adelante su revolución libertaria.
“Los (Emilio) Monzó de la vida no van a tener espacio acá. No porque nosotros no queramos, sino porque la realpolitik no entiende los modos de Javier. Para ellos somos una aberración, pero el problema son ellos”, sentencia el funcionario quien se encarga de recalcar en más de una oportunidad que tampoco sumaría a las filas del oficialismo al exjefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Para la misma fuente, y a diferencia de lo que ocurrió en las presidenciales, la próxima elección no será de tercios, sino que habrá un oficialismo fuerte contra una oposición dinamitada que no logrará superar el 15% de los votos en cada una de las diferentes propuestas. “Que haya cada vez más internas no hace más que beneficiarnos. Cuantos más bloques haya en el Congreso, más posibilidades tenemos para negociar. Es matemática pura”, ilustra sin rodeos. En Casa Rosada empiezan a diseñar el tablero electoral con cada vez más precisión.
La idea de cuidar la marca libertaria se introdujo en una de las reuniones que mantuvo la mesa electoral que se encarga de diagramar el partido a nivel nacional hace algunas semanas, cuando la disputa entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich casi deriva en una interna partidaria para dirimir la elección de sus autoridades.
La puja que mantuvieron hasta último momento los máximos referentes del espacio amarillo dejó heridos en ambos bandos. Bullrich no sólo vio desdibujado su rol dentro del partido que integró por más de una década, sino que su continuidad dentro del mismo está prácticamente descartada. Sin embargo, y como buena aprendiz, la ministra de Seguridad no dejó pasar la oportunidad de cobrarse una última venganza para Macri. Días después de quedar fuera de la mesa de decisiones del partido, la líder de las fuerzas de seguridad mandó romper el bloque PRO de la legislatura bonaerense y conformó uno nuevo con diputados propios y de LLA.
El movimiento enfureció al calabrés, quien desde hace varios meses decide mantener un llamativo bajo perfil. “Hay que tener cuidado cuando Mauricio nos quiere hacer creer que no está siguiendo el día a día”, sostuvo uno de los hombres que supo tener una muy estrecha relación con el expresidente. Según esta fuente, Mauricio Macri prepara el relanzamiento nacional del PRO para las próximas semanas, con gobernadores y legisladores aliados y sin rastros de bullrichistas.
“A nosotros nos conviene que Macri quiera jugar a romper el PRO y arme una lista propia. Las mediciones que tenemos nos dan un 45% de los votos y ellos no tocan los 8 puntos”, ilustró ante este medio un integrante de la mesa chica presidencial que supo tener un vínculo cercano con Macri durante la primera fase de la gestión libertaria.
Adoptando los modos vindicativos del heredero del Grupo Socma, las figuras que encabezarían las listas en la ciudad y la provincia de Buenos Aires serán el diputado nacional, José Luis Espert, y Bullrich, dos exaliados del expresidente. En las mediciones privadas que llegan a los principales despachos de la Casa Rosada, ambos funcionarios superan ampliamente el 30% de intención de voto.
A pesar del quiebre, desde el oficialismo dan por hecho que los legisladores del PRO continuarán funcionando como aliados dentro del Congreso. Esto, razona un importante asesor, responde a un dato de la realidad: La Libertad avanzó por sobre los votantes del cambio.
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