El Club Social y Deportivo Justicialista y su identidad: «Un espacio de formación y trinchera de resistencia»

En medio de la ausencia de las políticas deportivas en el gobierno de Javier Milei –un presidente al que sólo le parece interesar la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas–, también nacen espacios de encuentro, formación y resistencia. Ya rumbo a su tercer año de vida, el Club Social y Deportivo Justicialista –fundado el 17 de octubre de 2022– se presenta como un espacio donde el deporte se entrelaza con la militancia y la comunidad.

El nombre, claro, no es casualidad. «Elegimos llamarlo Justicialista porque reivindicamos su rol en la historia del deporte argentino. Si hay algo que el peronismo entendió desde el principio es que el deporte no es un lujo, sino un derecho«, dice Nicolás Schamó, el presidente del club, en diálogo con Tiempo.

–¿Cómo nació el club?

–Tenía la idea hacía varios años hasta que lo planteé en un grupo de compañeros y compañeras de diferentes expresiones del peronismo y el sindicalismo, como La Cámpora, el Movimiento Evita, el peronismo militante y ATE, UPCN, AEFIP. Entonces nos planteamos fundar un club con identidad peronista. Somos puntillosos de los detalles identitarios y tratamos de que el club, desde su fundación el 17 de octubre de 2022, estuviera lleno de referencias a nuestro movimiento.

–¿Cuál es el objetivo?

–Queremos vincular la tradición de los clubes como espacios de organización popular con la política formal. Si bien muchos clubes deportivos nacieron vinculados a diferentes expresiones políticas de la vida argentina (como el socialismo y el anarquismo), con el transcurso de los años y nuevos dirigentes ese vínculo se fue perdiendo. Queríamos dejar en claro de entrada que este club representa determinados valores, y esos son los del . Los clubes de barrio siempre fueron más que lugares para hacer deporte. Son puntos de encuentro, espacios de formación y, en muchos casos, trincheras de resistencia.

–¿Cómo puede vincularse un club recién nacido, y todavía sin terreno propio, con la inclusión, la justicia social y la identidad peronistas?

–Esa es la gran pregunta, y la respuesta está en la organización y la voluntad política. Hoy hay muchísimos clubes sin sede propia que son protagonistas en sus comunidades. Nosotros trabajamos con esa lógica: más que esperar a que nos den un terreno, salimos a la calle a generar espacios. Alquilamos canchas, articulamos con clubes amigos, nos metemos en las competencias que podemos y, desde ahí, construimos comunidad. La justicia social no se mide en metros cuadrados de un predio sino en oportunidades generadas.

–¿Cómo lo vinculan a lo estrictamente deportivo?

–Si podemos armar un equipo de futsal y que pibes y pibas que nunca jugaron un torneo, lo hagan con nuestra camiseta, eso ya es inclusión. Si a partir del club conseguimos que nuestros deportistas tengan descuentos en comercios de barrio (tenemos convenios con más de 30 emprendimientos, incluso con la UNSAM para una diplomatura en política y deporte), eso también es generar comunidad. Y la identidad justicialista se construye en cada una de esas acciones, porque lo que nos mueve es el mismo espíritu que llevó al peronismo a levantar clubes, colonias de vacaciones y estadios: que nadie quede afuera.

–¿Cuántos socios tienen y en cuántas disciplinas participa? ¿Lo hace en alguna de manera oficial, afiliada a la federación del deporte?

–Crecemos todos los días. Hoy tenemos más de 100 socios y socias pero lo importante no es solo el número sino la participación real. Hay clubes con miles de socios que sólo figuran en un papel mientras que, en nuestro club, todos tienen un lugar de participación, sea en disciplinas, gestión o su vida social. Ya tenemos actividad en varias disciplinas. En el futsal femenino, que participa en el Torneo Disidentes. En el hockey femenino, que se encuentra en plena formación. En truco, donde en 2024 conseguimos el octavo lugar a nivel nacional, por encima de San Lorenzo, Boca o River. En básquet masculino, que se está preparando para competir a mitad de año. Y dentro de poco vamos a convocar jugadores para el equipo profesional de futsal masculino, que va a participar en una liga oficial de AFA.

–Se nota una búsqueda de representación femenina en varios deportes.

–No es casualidad. Nuestro primer deporte «formal» fue el futbol femenino. Queríamos darle un espacio real con una mirada incluso más política, donde las disidencias tienen un espacio fundamental. Históricamente, los clubes han estado atravesados por una mirada muy masculina del deporte. Para nosotros, la paridad es fundamental. No es sólo una cuestión de cupo, sino de representación real. Queremos que cualquier persona que quiera hacer deporte con nuestra camiseta tenga la posibilidad de hacerlo.

–¿Cómo son recibidos por los rivales? ¿Se generan debates sociales y políticos?

–Es un club con una identidad fuerte, y eso siempre genera reacción. La gran mayoría nos reciben con respeto, otros con prejuicio. Hay quienes entienden lo que hacemos y hay quienes nos ven como una provocación, aunque eso también nos motiva, ya que el  nació para mover el status quo de la sociedad. Los debates aparecen sobretodo en redes sociales, donde hay algo del anonimato que permite decir cualquier cosa con bajo costo. Pero lo interesante es que el fútbol, el básquet o cualquier deporte generan una convivencia donde esas diferencias pueden discutirse e incluso cambiar las cabezas de quienes nos miran con recelo. No se trata de bajar línea en la cancha, pero sí de dejar claro que lo que defendemos va más allá del resultado. Son valores, una tradición y una forma de entender la vida.

–Durante el primer peronismo fueron fundados dos clubes que hoy participan en AFA, Morón y Sacachispas: ¿Cómo puede vincularse el Club Social y Deportivo Justicialista con el fútbol más competitivo de Argentina?

–El peronismo y el fútbol están unidos. No es casualidad que, durante el gobierno de Perón muchos clubes hayan dado el salto consiguiendo sus sedes sociales. También las hinchadas tienen una historia en la vida del peronismo solo hay que recordar eventos como los de 1981 cuando la hinchada de Nueva Chicago fue presa por cantar la marcha peronista como signo de resistencia a la dictadura cívico militar. No nos ponemos límites. Hoy estamos en ligas amateurs, pero el objetivo es crecer. Y si eso implica competir en torneos grandes, lo haremos. Estamos armando nuestro equipo profesional de futsal que participará en AFA .

–¿Existen clubes con ADN peronista?

–Sin dudas. Hay clubes que nacieron de cooperativas de trabajadores, otros de sindicatos, otros de fábricas recuperadas o simplemente de compañeras y compañeros que se juntaron y fundaron un club en su barrio. Un club con ADN peronista es aquel que entiende que su función va más allá del resultado deportivo. Es aquel que abre sus puertas para que el barrio se organice, que entiende el deporte como un derecho y no como un negocio y que, como nosotros, han luchado para que las SAD no tengan cabida en nuestros clubes. «