El docu-show de la TV Pública relata las inspiradoras anécdotas y viajes de Belén y Lucía, dos chicas audaces. En diálogo con Tiempo, desarrollan cómo fue la filmación, sus dificultades y sus anhelos.
“Hicimos una especie de prueba para ver cómo conectábamos y desde el minuto uno, Belu, que es un aparato, te la rema toda, sabíamos que ahí estaba el dúo”, dice Lucía Montenegro con un entusiasmo que su compañera María Belén Vietez Capurro aprueba sin dudar.
“Mirá -acota Belén-, por este lado yo hace siete años que juego al tenis, estoy con Cecilia Bacigalupo, ella sabía lo que es este grupo y me vieron y les pareció muy bien. Y con Lucía pegamos una onda increíble ya es la primera filmación. Así nos hicimos muy amigas y nos pasamos en redes sociales, contactos, y por el momento somos muy buenas amigas.” Y en cada uno de los capítulos se nota que es así, y acaso más, porque lo que se ve es sólo una parte de esa convivencia que tiene intimidades de ambas que guiadas por tópicos a partir de un guión previo, pero que ellas desarrollan con total libertad.
“Yo tuve una materia que se llama TV -cuenta Belén sobre su experiencia en el estudio de periodismo-. Y hay que hacerla, claro, ante cámara. Y además soy actriz desde muy chica, así que me gusta lo que estoy haciendo y lo que es la actuación; es lo mío. Estoy bastante acostumbrada. Siempre me están llamando a través de la Fundación (Bacigalupo) y tengo entrevistas virtuales, así que por mi parte yo te digo que estoy súper cómoda: me pusieron la base, un poco de pintura, las luces, así que en el primer capítulo parecía Susana Giménez, te digo.” “Y eso fue en el primer (capítulo) que grabamos -interviene Lucía-, ¡Imaginate después cómo se soltó! (risas).
Lucía es velocista en silla de tres ruedas y se está preparando para una competencia internacional: en menos de un mes se va a Chile a los Juegos Parapanamericanos en los que competirá en sus especialidades: 100, 400 y 800 metros. Y tratará de llegar al podio, como ya lo hizo en el último, donde fue Bronce en los 100 metros. “Al principio tuve que acomodarme más los horarios -dice Lucía, ya que por ejemplo nos fuimos a Lezama a grabar. Un día salimos a correr por la ciudad con Silvina (una de las productoras) y todo. Pero era una oportunidad relinda y con el entrenador acomodamos para poder grabar todos los capítulos y seguir el entrenamiento.”
“Lucía es una chica tan linda que vive con el celular, es lo único que te puedo decir”, tercia Belén provocando las risas.
-L: Tenés razón, vivo con el celular. Me mandó al frente.
-B: Ella también me manda al frente.
-L: Hay una a la que le gusta la joda (“¡obvio!”, interrumpe Belén). Y ahí se armó un baile y ella bailaba con el pijama y con sus pantuflas de chanchito toda la noche.
-B: Te digo una cosa, a mí la fiesta me viene genial porque si no acá es la rutina de todos los días.
“Belu es muy graciosa, está todo el tiempo haciendo chistes -comenta Lucía sobre la mayor sorpresa que le produjo conocer a su amiga-. Pero también tiene la otra parte, así que cuando se enoja, se enoja, y fuiste. Pero supimos cómo manejarlo. Aparte cuando nos fuimos a grabar en Lezama estuvimos mucho tiempo juntas. Y hubo que aprender a convivir también.”
Estas dos chicas del “dúo dinámico” en el final del primer capítulo se encuentran con Lorena, una cocinera no vidente que les prepara unos “ñoquis espectaculares”. Es también quien introduce el tema que las agrupa de manera distinta: plantea que más que habilidades especiales, ellas se van acomodando siempre a las dificultades que se les presenta. “En mi caso sigo adaptándome todo el tiempo -dice Lucía, que ya lleva 23 años en este mundo-. Salir a la calle es todo un desafío, un reto: las veredas, las rampas, los autos que tapan las rampas, los colectivos que no están adaptados, falta un montón. Uno se adapta a los desafíos que nos ponen la sociedad y lo supera, pero lo ideal sería no tener que andar andando desarrollando esas habilidades como para poder adaptarte a la sociedad sino que la sociedad ya te brinde una ciudad y una independencia en la que no tengas que andar haciendo este tipo de adaptaciones o ver cómo te las arreglás. Hay muchas cosas que cambiaron pero falta un montón. Por suerte ahora que empecé la facultad en la Universidad de La Matanza está totalmente adaptada: por donde vaya hay una rampa, o está el ascensor para ir al comedor, o están los baños adaptados. Ahí estás incluida,”
A sus 29, Belén cuenta que cuando cursó Formación en el empleo vio un “montón de esas cosas que decía Lucía. No hables con nadie que no sea conocido, no podés mandar a alguien si no es la persona correcta, hay gente que decide por nosotras. No ve la sociedad que hay mensajes que estamos tramitando, que queremos un mundo para mejor”.
-Un mundo de iguales.
-Totalmente (a dúo).
Con Lucía Montenegro y María Belén Vietez Capurro, domingos 16 hs. También los capítulos se pueden ver por el canal de YouTube de la TV Pública.
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