Detrás de la tormenta

Norberto Gugliotella aborda una historia de violencia familiar que se organiza en torno a las voces de una mujer y de su hija: es su primera novela, Dónde termina la lluvia, editado por Corregidor. Aquí, un extracto de la primera parte.

TODOS LOS HUECOS QUE ME DEJÓ MI PAPÁ

De noche

Mi mamá me ama, mi papá me pega. Esa fue la primera oración que escribí en el colegio, lo recuerdo muy bien. 

Quería empezar así este diario que me regaló la tía. Hoy es mi cumpleaños, salto del doce par hacia el trece impar, a mí me encantan los números impares y pasar la docena es todo un acontecimiento, sobre todo cuando pienso en las veces que nos salvamos con mi mamá de las manos pesadas de mi papá. Quise empezar a escribir porque me puse a pensar que hace como siete cumpleaños que no veo a mi papá y es difícil pensar en otra cosa. Me preocupé un poco porque la verdad es que no me acuerdo de su cara. No me acuerdo nada de cómo era. Solo me queda pegado acá en la nariz ese olor horrible que tenía cuando tomaba. 

¿Vivirá mi papá? A veces quisiera verlo pero casi siempre prefiero seguir así. 

¿Adónde se habrá ido mi papá? Hay dos palabras que sirven para definir a mi papá

VACÍO

SILENCIO

Era mi papá. Es mi papá. No sé cómo conjugar el verbo. Tengo que hablar con la profe para para saber cuál es la manera correcta de decirlo. ¿Puede un padre ser padre en todos los momentos en los que no está? No encuentro muchas palabras para describirlo. Ayer en el cole tuvimos que hacer descripciones de personas. Malena describió a su papá, yo a mi mamá. De mi mamá tengo mucho para decir, por eso la elegí. Siempre me pareció triste. Fue la primera palabra que pensé cuando empecé el trabajo. Pero ahora que lo pienso desde hace un tiempo se ríe más, debe ser porque ahora tiene un novio que la quiere. Yo no creía mucho en el amor, sabía que en las películas todos se enamoran, todos viajan en avión y vuelven y se abrazan, todos siempre se aman en el final.

Bueno, yo en eso no creía nada pero parece que ahora mi mamá está como en esas películas que vemos juntas y que la tía odia.

A mí me gusta estar con mi tía también porque ella no me miente, siempre me dice cómo son las cosas, ella dice que mi papá era un hijo de puta. Sí, así me lo dijo. A mí lo que me sorprendió fue que conjugó el verbo ser en pretérito imperfecto. Es por eso que quiero hablar con la profe. Estuve investigando mucho y existen muchas más conjugaciones que las que nos enseñaron hasta ahora en el cole. No veo la hora de aprendérmelas todas así puedo hacer oraciones con mi papá en todos los pasados posibles. A mí lo que me importa es saber las formas en las que las personas pueden estar en el pasado y si en el presente se puede estar también en el pasado.

Si yo digo El perro de Carlos ladraba mucho pero lo pisó un auto y se murió 

Sé que el perro de Carlos no está más porque está muerto, es por eso que no puedo hablar del perro en presente.

Ahora, si digo  Digo, mi papá no jugaba nunca conmigo 

Yo lo digo en mi propio pasado a pesar de que él bien puede tener su presente. Mi papá puede ahora mismo armar oraciones mientras habla en algún bar. Por ejemplo, puede decirle a un mozo cualquiera

Yo tengo una hija que hace mucho tiempo que no veo.

Él puede decirle a todo el mundo tengo una hija, pero para mí no la tiene porque yo, que soy la hija, lo arranqué de mi vida como cuando tiramos los meses del calendario que colgamos en la heladera. Quiero hablar con la profe para que me explique si está bien que yo pueda decir que tuve un papá que se llamaba Sergio. No murió, creo, pero no es más mi papá aunque él les diga a los mozos que tiene una hija. Malena ponía ayer un montón de cosas sobre su papá y yo me di cuenta de que no me acordaba de la cara del mío. En cambio, sí me acordaba de cuando me tiró la torta en el cumpleaños de cuatro. Tengo fotos de ese día con un disfraz de Bella que quedó todo enchastrado de chocolate. Pero más me acordaba de mi mamá golpeada. Siempre me acuerdo de mi mamá golpeada. Por eso siempre estaba triste y se escondía de todo el mundo. Cuando no estaba golpeada, mi mamá estaba pensando que en cualquier momento mi papá la podía golpear o que podía venir a gritarle. Yo siempre la escuchaba hablar con mi tía y la palabra que más repetía era miedomiedomiedo. Así como yo hablo de papá en pasado, también hablo del miedo de mi mamá en pasado. Eso lo puse, no lo del pasado, lo del miedo, en el trabajo que hice de las descripciones.

Malena no ponía nada del miedo, ella ponía que su papá trabaja, canta, y que jugaba con ella cuando era chiquita. Que la lleva de acá para allá, que al shopping, que al Burguer, que a andar en rollers y que no sé cuántas cosas más. Malena lo quiere mucho a su papá. Guadalupe también lo quiere mucho al suyo, yo creo que si ella hubiera tenido que hacer el trabajo de las descripciones también hubiera elegido a su papá. No, al papá de Malena, no. A Claudio, el novio de mi mamá.

Bueno, no sé cómo funciona bien esto del diario, tengo que acostumbrarme todavía. Creo que tengo que escribir mucho porque yo vi en las películas que escriben mucho, pero no tengo tanto para contar. Seguro que Malena tiene un diario y ya escribió como quinientas páginas. Si escribió dos hojas de la descripción de su papá, no me quiero imaginar cuando tenga que describir a Joaquín del turno tarde. Ella me dice que lo ama pero yo todavía no sé bien qué es el amor. Amar es un verbo y amor es un sustantivo, eso me parece raro, es otra de las cosas que le voy a preguntar a la profe mañana. Ahora es muy tarde, en cualquier momento se levanta mi mamá para ver qué hago con la luz prendida a esta hora y me va a leer el diario. No quiero que lo lea.

Otra noche

La profe se sorprendió con las preguntas que le hice. Primero no me entendía y después me explicó que las oraciones pueden estar en presente o en pasado según quién las enuncie, que las oraciones no tienen que ver con la verdad o lo que queremos y creemos sino con lo que van diciendo las personas. Me dijo que dos personas pueden decir lo mismo, una en pasado y la otra en presente, incluso que una misma persona puede decir la misma frase en pasado, en presente y en futuro. Yo le di entonces algunos ejemplos para tranquilizarla y que supiera que le estaba entendiendo: Yo tengo un papá pero para mí no lo tengo más. 

La otra oración que pensé fue: Yo tendré un papá siempre pero jamás será mi papá.

Me dijo que las oraciones estaban bien pero me preguntó preocupada qué me pasaba. Le repetí lo que siempre dice mi tía y se le abrieron tan grandes los ojos que parecía un búho.

Le conté algunas cosas sobre él y no sé por qué, pero la llamaron a mi mamá para que mañana vaya al colegio. Debe haber sido algo de lo que le conté a la profe me parece, es obvio. Mi mamá al principio se asustó, ella también puso cara de búho y cuando le conté bien se tranquilizó. Me estuvo hablando mucho tiempo sobre mi papá y sobre lo que decía la tía sobre mi papá.

Le dije que yo tengo mucho espacio en el corazón, que si Malena lo tiene dividido entre su mamá y su papá, yo tengo el hueco sin llenar, no lo odio, simplemente tengo el espacio vacío y no lo lleno con nada. Antes pensaba que ese lugar lo podía llenar con otras personas, pero desde que vi lo que escribió Malena me di cuenta de que no. Además, a Guadalupe seguro le pasa lo mismo, ella puede dividir el corazón tranquilamente. Yo seguro dejé esa parte vacía, como si se hubiera transformado en piedra. Debe ser por eso que a la noche me duele un poco el pecho, tiene que ser la piedra que se formó del lado de mi papá en el corazón.

La verdad es que no quería hablarle a mi mamá de mi papá porque ahora le volvió la tristeza. Me obligó la profe cuando la llamaron para que vaya al colegio.

Ella piensa que no la escucho pero sé que está hablando por teléfono bajito con Claudio y con la tía, a los dos les contó lo mismo. Me hubiese gustado saber lo que le dijo la tía, pero no puedo. Muchas veces sueño con ser invisible para estar ahí en los lugares en que no puedo estar y ver y escuchar lo que no se puede. Cuando la directora hable con mi mamá mañana, si fuera invisible, podría estar ahí para ver a mi mamá.

Quisiera acompañarla para que no esté triste, acariciarla y decirle que no me interesa mi papá, que creo que la tía tiene razón y que ella no tiene la culpa, que es la mejor mamá del universo.

Otra cosa que me gustaría, además de ser invisible, es poder entrar en el pensamiento de las personas para saber qué piensan de mí.

LISTA DE PREGUNTAS QUE ME GUSTARÍA RESPONDER CUANDO SEA INVISIBLE

– ¿Guadalupe me querrá como yo la quiero o pensará que soy una tonta y Claudio la obliga a estar conmigo?

–¿Qué pensará Malena del trabajo de descripción que hicimos el otro día?

–¿Estará escribiendo en su diario que yo no hice nada sobre mi papá y todo sobre mi mamá?

–¿Qué dirán las chicas si se enteran que estoy escribiendo este diario? Si siempre me cargan porque me gusta leer, me imagino que no les va a gustar nada si saben que ahora también escribo. Como dice la tía, vos hacé lo que quieras, Violeta, que nadie te diga lo que tenés que hacer.

–¿En qué piensa la tía cuando está sola en la casa?

–¿En qué lugar exacto se forma el arcoíris? Bueno, ahí tendría que saber volar o ser más bien Flash. El tema es que si llego al arcoíris y se corre más lejos, no importa si soy invisible o soy un pokemón.

–¿Qué hace el tío Diego en el trabajo?

Siempre pienso que el tío va a ser un buen papá, ojalá que pueda tener muchos hijos, no como otros que tuvieron hijos y se fueron. Morir es una cosa diferente. A Malena se le murió la abuela y ella sabe que no tiene más a su abuela, pero a mí no me parece justo andar por la vida siendo un muerto para los otros, haciéndose el que ya no está y yéndose a otra parte. La tía dice que era un cagón y yo cuando era más chica le pregunté qué era ser un cagón, cuando me lo explicó no entendí bien, pero ahora creo que era cagón como ella me lo había dicho. Lástima que no me acordé cuando hablé con la profe porque sino también le decía que era un cagón. Menos mal, se le hubiesen puesto los ojos peor que las lechuzas y los búhos.  

Una noche con lluvia

Hacía bastante que no escribía, no tuve tiempo. Mamá me manda a dormir y llego tan cansada a la cama que me duermo enseguida. Ya ni me acordaba de lo de la profe, la directora y mamá. A esa reunión tendría que haber ido la tía también, ella me entiende mejor que nadie porque somos bastante parecidas, todo el mundo nos dice.

Las noches de lluvia me dan ganas de escribir, no sé. Entre las gotas que se pegan en el vidrio de la ventana de la pieza y las luces de la calle la cara de mi papá se dibuja y se borra muchas veces. Si lo viera, no sé si le diría algo. Sí, le diría que no uso más su apellido. Que si él se borró de mi vida yo me lo borré a él también, no lo puedo tachar como me gustaría pero borrarlo sí que puedo. Sigo viendo cómo las gotas lo dibujan en la ventana pero cuando deberían doblar para terminar de armar la cara siguen hacia abajo y caen sobre el balcón. Son un poco torpes las gotas, no saben dibujar caras. Son buenas dibujando caminos. Ahora que lo veo bien, es necesario que haya mucha luz para ver bien las huellas que dejan las gotas sobre el vidrio. Siempre llega otra gota y como que sigue el trabajo de la primera y así hasta que para de llover.

Las gotas no son como las hormigas porque las hormigas no se detienen nunca. Las gotas sí. En youtube hay un video sobre el trabajo de las hormigas pero no vi nunca uno sobre el trabajo de las gotas. A mí me gusta ver a las hormigas trabajar, una atrás de la otra sin detenerse. Las gotas siempre van hacia abajo, en cambio, hay hormigas que van y otras que vienen, las que llevan comida y las que van a buscarla, es un trabajo tremendo el que hacen las hormigas. Luca las pisa, a mí me gusta mirarlas, a Guada no le importan nada, nunca habla de hormigas ni de gotas de agua. Cuando la vea le voy a preguntar qué piensa de las hormigas y de las gotas de la lluvia y de paso le voy a preguntar qué piensa de mi mamá y de eso que los escuché el otro día hablar de que se quieren ir a vivir juntos con Claudio. En mi casa no entramos, eso es seguro. Capaz ella sabe algo más. No sé si ella va a querer estar en la habitación conmigo o con Luca. Espero que no vengan todos acá, no entramos ni locos. Que Luca duerma con ellos. Si vienen todos acá vamos a estar más apretados que las hormigas en el hormiguero. No lo tengo que pensar así porque las hormigas entran todas. Deben luchar por el espacio. 

Diferencias:  

LAS HORMIGAS LUCHAN POR EL ESPACIO Y LAS GOTAS DE LLUVIA NO SABEN DIBUJAR LA CARA DE MI PAPÁ.

No me había dado cuenta de eso, yo las veo siempre chiquititas pero el espacio que tienen también es pequeño y son miles ahí todas juntas y aplastadas. Por eso salen a recolectar comida, todas juntas en el hormiguero se deben matar, seguramente prefieren salir y meterse un tronco gigante en la espalda o una hoja que le pesa como un árbol entero antes de que la pisen otras hormigas y se le metan en su habitación.

Tengo que preguntarle a la tía dónde piensan que vamos a vivir todos juntos. Mamá no me va a decir nada pero la tía sí. Ella no me va a mentir. Si nos vamos a mudar no creo que nos vayamos a una casa, a mamá no le gustan las casas, le parecen más inseguras. Con mi papá vivíamos en una casa. Claudio también vivía en una casa con la mamá de Guada y Luca pero ahora vive en un departamento recerquita de acá. Ahora paró un poco de llover. Menos mal, los truenos todavía me asustan como cuando era chiquita y los colores de los relámpagos parece que le pintaran el flequillo a la cara de mi papá dibujada entre las gotas y las luces de la calle. No me acuerdo si tenía flequillo, ni siquiera me acuerdo que tuve un papá. Para qué dije que no había más truenos, ¡ese fue impresionante!

¡Uy! Se está por cortar la luz, me da un poco de miedo. No se ve nada y no quiero que salga de la ventana la cara de mi papá y se meta adentro de la pieza. Voy a buscar a mamá, tal vez sea una buena idea ir a dormir a su cama. (…)  «

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