Obligados a aceptar una relativa postergación de sus planes de máxima, cercanos a una apertura total, imaginan planes en los que la salud aparezca como finalidad principal.
La vuelta de los talleres, gomerías y fábricas de neumáticos responde a la necesidad de sostener el transporte de personas y carga. Fernández siempre buscó aclarar que el objetivo prioritario es la sanidad por delante de lo económico.
El presidente adelantó que los sectores que se abrirán a la actividad en el futuro saldrán de negociaciones entre la Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Salud y los gobernadores de las provincias, que plantearon casos de localidades rurales «con vida interna» que, según el juicio del mandatario, «no tiene sentido mantener en cuarentena».
El presidente dijo que esas conversaciones empezarán este fin de semana pero las habilitaciones dependerán de que en cada caso puntual se cumplan las condiciones sanitarias. En Capital y Gran Buenos, Rosario, Córdoba y otras grandes urbes «un relajamiento de la cuarentena es imposible», remarcó.
Sin embargo varias de las empresas que se dedican a los nuevos rubros esenciales tienen locaciones en esas jurisdicciones. Por ejemplo, las fábricas de neumáticos están en el Gran Buenos Aires y las autopartistas tienen presencia en todo el país.
Larga negociación
En la previa del mensaje presidencial todo fue una larga negociación con las empresas privadas. El martes a la tarde fue el turno de la Unión Industrial (UIA) y la Cámara de Comercio y Servicios (CAC).
Pero, a la par, una parte del empresariado que algunas fuentes vincularon a la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y otras a la comunidad que integra el grupo de WhatsApp «Nuestra Voz» hizo circular un informe con propuestas de políticas para «el día después de la cuarentena».
El hecho generó expectativa porque podía representar la posición de grandes jugadores de la economía local, pero en los días subsiguientes perdió fuerza y se diluyó. En el medio el oficialismo puso sobre la mesa un proyecto de ley para gravar las grandes fortunas con un impuesto extraordinario en el marco de la pandemia.
El efecto retruco pareció funcionar porque los únicos grandes empresarios que hicieron declaraciones después de eso, el supermercadista Alfredo Coto y el titular de Consultatio Eduardo Costantini, dos hombres de AEA, desaconsejaron el impuesto pero sobre el documento que asomó el fin de semana no dijeron nada.
En la reunión del martes, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, escuchó el reclamo de los comerciantes, que pidieron habilitaciones a granel. En tanto, los industriales presentaron un protocolo de salida de la cuarentena y un listado con los sectores que podrían abrirse a la actividad normal que, según el criterio de la central fabril, «son aquellos que necesitan volver a producir porque están en el segundo anillo de las cadenas de valor esenciales, necesitan recuperar stocks, buscan dinamizar la cadena de abastecimiento o deben responder a la demanda de exportaciones pautadas».
Jugando al misterio
Entrevistado por Tiempo, Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y referente de la industria alimenticia, prefirió seguir sin revelar los sectores puntuales que interesan al empresariado del sector con el argumento de no interferir en la decisión final de Alberto Fernández. La charla fue pocas horas antes de que el presidente anunciara la extensión de la cuarentena.
Funes de Rioja consignó que la propuesta de los industriales consiste en una serie de «pasos y etapas» a seguir, a la par de la presentación de una nómina de sectores «que mejor concilian dos cosas: reanudar la actividad industrial con el objetivo compartido de evitar contagio».
La norma sanitaria más elemental es contundente: conviene que las personas mantengan una distancia que va desde el metro a los dos metros. Los industriales tienen una propuesta para resolver ese problema, no solo en las fábricas sino además en los medios de transporte público que deberán usar los trabajadores para asistir a sus empleos.
Después de la reunión del martes entre los empresarios prevalecía la sensación de que las negociaciones no habían rendido todos los frutos que esperaban. En un raid mediático, los mercantiles alertaron sobre la situación de los comercios por la falta de clientela en la calle, datos que después buscaron apuntalar dirigentes de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) y dos informes de la Fundación Observatorio Pyme (FOP) y de la Federación del Comercio de Buenos Aires (FECOBA) con números de actualidad y pronósticos catastróficos.
Además, dirigentes del comercio como Mario Grinman salieron al cruce de los bancos a los que acusaron porque «no están a la altura de la situación», un reclamo que atraviesa al empresariado de punta a punta, unificando a todos los sectores y a todos los tamaños de compañías (ver página 14).
Lo trascendido desde el sector oficial indicaba que pocos sectores saldrían de la cuarentena: los bancos, los comercios que puedan entregar productos a domicilio, y las actividades ligadas al comercio exterior. Al cierre de esta edición estaba por salir el Boletín Oficial con las confirmaciones.
Reinicio obra pública
Antes de la conferencia de prensa del presidente, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, en una entrevista con Radio Continental, confirmó que desde el lunes uno de los sectores que volvería a actuar sería el de la obra pública. Sin embargo, Alberto Fernández no hizo alusión al tema.
Katopodis informó con detalles que la Nación pondrá en marcha este lunes proyectos de obra pública viales y de infraestructura en el marco del programa Argentina Hace.
Las obras, señaló, serán paralelas a la construcción de hospitales que están en curso en el marco del combate a la pandemia. El objetivo, dijo, es aportar al impulso de la economía a través del movimiento de los sectores que interactúan con la construcción.
Este punto abre un abanico de posibles nuevos sectores esenciales a los que el titular del Ejecutivo tampoco se refirió en la conferencia de prensa. El viernes en algunas fábricas de vidrio se hablaba de una vuelta inminente al trabajo. Otras industrias importantes asociadas a la actividad constructora son el acero, el plástico, el aluminio, la maderera, sin mencionar las industrias del cemento y otros insumos para la construcción que fueron habilitados en la segunda tanda de la cuarentena días atrás junto con las ventas en los corralones.
Con la posible reactivación de la construcción vendría asociada la contratación de personal. El ministro reconoció la preocupación que supone el transporte de esas personas y consignó que favorecerá la contratación de obreros con domicilio cercano a los proyectos. Pero el presidente tampoco se refirió a este tema.
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