En medio de una grave situación política y económica, militantes y organizaciones sociales bolivianas impulsan un nuevo instrumento político para postular a Evo Morales.
En la plaza San Francisco espera Paola Hockofler, de la Coordinadora Nacional Urbana, que organizó la resistencia al golpe de Estado en 2019. Junto a ella está Federico Jove, cocalero de los Yungas y fundador del MAS. También Suseth Rodríguez, una de las tantas compañeras que tuvo que exiliarse en Argentina tras el golpe y acompañó a Evo Morales en esos momentos difíciles. Y Saúl Paredes, militante de El Alto.
Por la calle Sagarnaga, doblando a la izquierda y caminando por unos oscuros pasillos con cafecitos, Paola cuenta que allí se juntaba la militancia de izquierda en la época de la dictadura de los ’70. A la mesa se suma otro grupo de militantes políticos, de Derechos Humanos y la comunicación popular. Son parte de miles que renunciaron al MAS y planean crear un nuevo instrumento político para postular a Evo Morales a la presidencia.
Están organizando un congreso en Villa Tunari para fines de marzo. Los tiempos apremian. Las elecciones son en agosto y Morales cuenta, además de con una proscripción del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), con un pedido de captura por una causa por trata de menores a cambio de favores políticos.
El gobierno de Luis Arce vive un momento de crisis por la falta de combustibles, dólares y una inflación que en 2024 fue del 9,97%, la más alta en 17 años. En los alimentos básicos el aumento alcanzó el 15,4%. Con el recientemente expulsado ministro de Medio Ambiente y Agua, Humberto Lisperguer, son seis los ministros que debieron renunciar por casos de corrupción.
Según una encuesta de Gallup, Arce es el presidente con la segunda peor imagen de América Latina: apenas 10% de aprobación. Para Latinobarómetro, que mide la satisfacción del pueblo boliviano con la democracia, en 2024 tuvo su punto más bajo en 30 años. Cayó al 10%, luego de un pico del 50% en 2009 .
Lo curioso es que hoy la principal oposición al gobierno es la de Morales y los exmilitantes del MAS. El arcismo los acusa de boicotear, fomentar la especulación y frenar en el Senado la aprobación de préstamos internacionales para paliar la crisis. Desde el evismo dicen que Arce ha cooptado a la Justicia y las organizaciones sociales, trabaja para Estados Unidos, ha frenado el «proceso de cambio» y se apoderó del MAS. Denuncian la detención por «instigación a la violencia» de Humberto Claros, de la histórica Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), y de Ramiro Cucho, del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyo (Conamaq), ambos afines al evismo.
Opina Jove: «Este gobierno ya no nos representa y estamos en preparativos para fundar otro instrumento político. Una organización bien consolidada. Es urgente que nos organicemos (…) Hemos tropezado. Ha entrado mucha gente por interés, por pegas, instruido por Estados Unidos. Hemos visto hasta campesinos, indígenas sin consciencia social», confiesa.
Cuenta Rodríguez: «Una de las principales tareas que tenía Arce era el tema de reforma judicial y de encarcelar a los autores de las masacres. No ha cumplido y más bien han sido premiados, como el alcalde de La Paz, el señor Iván Arias, exministro de Jeanine Áñez. Manfred Reyes Villa es alcalde de Cochabamba. Y muchos otros ejemplos».
«Tampoco ha habido reformas económicas. Los movimientos sociales ya sospechamos cuando se nombraron los ministros. Gente sin experiencia, que nunca había levantado una whipala. No se hicieron obras. Y los hijos de Arce al frente de YPFB y los yacimientos de litio. No hay gestión. No se respetó la línea orgánica, al mejor estilo de Lenín Moreno», agrega.
En las calles y los mercados, las opiniones sobre el gobierno son siempre malas. Con respecto al Evo se dividen: «es la única solución, con él estábamos bien», «reconocemos su gobierno pero le dijimos NO en el referéndum», «es un criminal que está oculto en el Chapare, un reducto de narcotraficantes y corruptos fuera de la ley».
Mucho que escuchan el acento argentino dicen: “Milei, ¿milagro económico está haciendo, no?”. Algunos hablan de Manfred Reyes Villa, Tuto Quiroga o Chi Hyun Chung, un pastor evangélico surcoreano nacionalizado boliviano a quien la prensa define como el «Bolsonaro de la política boliviana». En la calle, la televisión y YouTube, Samuel Doria Medina, empresario del cemento y eterno candidato a la presidencia, promete solucionar la crisis en 30 días.
«En las encuestas, hasta las pagadas por el gobierno, dicen que con Evo no había crisis, no había enfrentamientos entre movimientos sociales. Los movimientos sociales están intactos. Son los dirigentes los que se han corrompido. Por eso tenemos confianza en que vamos a volver», asegura Jove.
«El único candidato que está ahorita liderando, que tiene credibilidad y con una experiencia de que ya ha hecho algo por el país es Evo Morales. La mayoría de la población está en las áreas rurales, es voto duro del MAS por las transformaciones sociales que ha habido. Las base sociales están. El otro es el tema político. Ahí es donde estamos recuperando el instrumento y creando un nuevo partido», confía Hockofler. «
A pesar de estar proscripto, Evo Morales lidera las encuestas, aunque su intención de voto no llega al 20%. Opina el politólogo cochabambino Fernando Mayorga: “Ni Evo, ni (Luis) Arce ni (David) Choquehuanca pueden ser candidatos. Ninguno de los tres gana en primera vuelta y cualquiera de los tres pierde en la segunda. Están hablando como si 2025 fuera a ser un paseo por cómo está la oposición. Pero una derrota sería catastrófica”. “Hay que hacer un debate profundo, autocrítica y nuevas tareas estratégicas. Y ahí aparecerán los candidatos de la nueva generación”, sugiere.
Para Wilson Mamanis, secretario de Instrumento Político de la Federación Sindical Única de Campesinos de Cochabamba (FSUCC), “muchos de los jóvenes hemos resistido el golpe en 2019 y hemos estado inmersos en la política, en la organización. También, lastimosamente, inmersos en esta ruptura que no es de las bases. Es una ruptura de las cúpulas”.
Dice que Andrónico Rodríguez, el actual presidente del Senado, conseguiría trasladar los votos de Morales, curar las heridas y retejer alianzas con dirigentas desencantadas del MAS como la alcaldesa de El Alto, Eva Copa. Recientemente un ampliado de las federaciones cocaleras aclaró que Rodríguez no iba a ser candidato.
Esta semana se tratará en comisión el DNU del acuerdo con el FMI. Los números…
Para el peronismo, a partir de la criptoestafa la Rosada viene cometiendo una serie de…
La ministra de Seguridad busca reflotar un proyecto de ley para proteger "soplones". Mientras, su…
En el congreso nacional del Frente Renovador, el ex candidato presidencial de Unión por la…
Nueve de cada 10 mujeres y 7 de cada 10 varones no podrán acceder a…
Ambas CTA y UTEP sostendrán el miércoles 19 el reclamo de personas mayores en el…
El miércoles hubo un punto de inflexión y la policía de Bullrich tiró a matar.
El DNU plantea despejar vencimientos para dar más certezas a los bonistas. Los giros estarían…
El primer ministro británico mantuvo un encuentro virtual con los líderes europeos y este jueves…
Ese gasto será en armamento convencional. No incluye la tarea titánica de reemplazar el paraguas…
Beijing respondió a la suba de aranceles de EE UU con una combinación de gravámenes,…
Participan de distintas organizaciones de la tercera edad y cuentan a Tiempo sus historias. “La…