Con acusaciones cruzadas, los candidatos presidenciales de Estados Unidos se midieron en el primer debate. Para los especialistas, no se sacaron ventajas.
En un choque de importancia crucial, ya que ambos están virtualmente empatados en los sondeos, Clinton, de 68 años, y Trump, de 72, mostraron una esperada divergencia en asuntos económicos y de política exterior, pero por sobre todo usaron una abundante retórica en ataques personales.
Tras dar la impresión de que expondrían sus discrepancias en un clima de calma, muy rápidamente las interrupciones se hicieron constantes como antesala a las acusaciones directas en la justa de 90 minutos, vista por decenas de millones de televidentes.
Clinton dijo que Trump se había lanzado a la política usando la «mentira racista» de cuestionar la nacionalidad del presidente Barack Obama, y que el millonario empresario parecía tener algo que «esconder» al negarse a divulgar sus declaraciones de impuestos.
Por su parte, Trump dijo que Clinton había pasado tres décadas en la vida pública sin haber nunca aportado una solución a los problemas del país, y añadió que como Secretaria de Estado fue responsable de generar un «caos completo» en Medio Oriente.
Trump dijo que divulgaría sus declaraciones de impuestos cuando Clinton difunda los 33.000 correos electrónicos que ella eliminó, insistiendo en la controversia generada por el empleo de un servidor privado de correos que utilizó cuando era Secretaria de Estado.
Clinton recordó que Trump había llamado «Miss Piggy» (Cochinita) a la venezolana Alicia Machado, ex miss Universo. «Ella ahora es ciudadana estadounidense, y puedes apostar que votará en noviembre», le dijo la candidata demócrata.
Ante el auditorio instalado en la universidad de Hofstra, cerca de Nueva York, ambos provocaron risas y vítores: Clinton por sus contrataques, Trump por sus rápidas respuestas, pero también por sus exageradas afirmaciones.
«Creo que mi fortaleza principal, por mucho, es mi temperamento», dijo el magnate inmobiliario, quien por momentos lució irritado y frustrado.
– Planes económicos difusos -En la apertura de la discusión sobre economía, Clinton dijo que la «cuestión central» de esta elección es decidir «qué país queremos ser», y afirmó que como presidenta se propone «construir una economía que funcione para todos» y que sea más «justa».
Clinton recordó que hace apenas ocho años el país enfrentaba «su peor crisis financiera», provocada por políticas fiscales que redujeron drásticamente los impuestos a los más ricos y fracasaron en invertir en la clase media.
«Nuestro país está en problemas», apuntó Trump por su lado, alertando sobre la pérdida de empleos o su traslado a otros países como México y China, proponiendo renegociar los acuerdos de libre comercio que mantiene el país.
«Yo traeré empleos de vuelta. Tú no puedes», le lanzó a Clinton, quien le respondió con una sola frase: «Tú vives en tu propia realidad».
Los analistas coinciden en señalar que el debate difícilmente servirá para convencer a los electores indecisos, aún cuando los dos candidatos tuvieron un desempeño mejor al esperado.
«No creo que veamos un gran movimiento de electores hacia cualquiera de los candidatos», dijo a la AFP Michael Heaney, de la Universidad de Michigan.
Para Heaney, Clinton tuvo un desempeño «excelente» ya que se mantuvo «concentrada», pero aún así Trump «registró un debate mucho mejor de lo que había esperado».
En tanto, Steffen Schmidt, de la Universidad de Iowa, dijo que Clinton tuvo un mejor desempeño en general, pero que ambos alternaron muy buenos momentos.
Clinton dio una respuesta «excelente» a la acusación de que carece de energía, pero Trump fue mucho más claro y objetivo al hablar del efecto que la libre disponibilidad de armas de fuego tiene en las comunidades pobres, precisó.
Trump «no estalló en pedazos y actuó de forma mucho más ‘presidencial’ de lo que yo esperaba», comentó Schmidt.
A su vez, Timothy Hagle, también profesor de la Universidad de Iowa, comentó que «en general ninguno de los dos cometió grandes errores. Creo que los dos desperdiciaron algunas oportunidades, y tal vez Trump haya dejado escapar más oportunidades que Clinton».
En la visión de Hagle, Clinton «hizo un buen trabajo manteniendo la calma».
Para los tres especialistas, Clinton tuvo un mejor desempeño que Trump en el debate, pero esa superioridad no fue clara e indiscutida. Heaney señaló que «no hubo un nocáut. Si hubo un vencedor, se puede decir que fue con una victoria por puntos».
Para el diario Washington Post, Clinton apareció por momentos «muy ensayada y robotizada» pero estuvo «muy bien preparada» y fue superior a Trump, quien «simplemente no estaba correctamente preparado para el debate».
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