Columna de opinión de Felipe Yapur, periodista.
Si se hace un somero análisis de cómo funcionó este año el macrismo en Diputados, no estaría errado aventurar que por el tema Ganancias el oficialismo debería terminar acordando con Massa y el Bloque Justicialista (BJ) de Diego Bossio. Sin embargo, en esta oportunidad, el punto no pasa por las coincidencias o disidencias sino por quién se queda con el triunfo de haber dado una respuesta al reclamo del Impuesto a las Ganancias.
Por caso, los referentes de Cambiemos dicen que Massa «ya tuvo sus quince minutos de gloria» con la conferencia de prensa y el paseo mediático que le dispensó el anuncio de su proyecto. No dicen que ello obligó al oficialismo a presentar su propio proyecto pero sí confirman, como hizo uno de los legisladores del PRO que se encarga de los temas económicos, que no permitirán que se quede con el triunfo. «Ahora no le vamos a regalar la aprobación de su proyecto que, por si fuera poco, tiene un costo fiscal altísimo, encarecen el crédito e inventan impuestos», explican. El principal problema del proyecto oficialista es que duplica la base de contribuyentes. Si bien los nuevos contribuyentes que son alcanzados por el gravamen pagarán «poquito», como dice el presidente de la comisión de Presupuesto de Diputados, Luciano Laspina (PRO), lo cierto es que una vez que se ingresa a este circuito es poco probable que puedan escapar.
Massa disfruta este momento y no lo disimula. Por un lado, logró juntar alrededor de su proyecto a los socialistas, Libres del Sur, al GEN e incluso al BJ y por otro desnudó la intención del gobierno de no eliminar el impuesto. Entonces, si se llegara a aprobar el proyecto que le redactó el también diputado Marco Lavagna, el líder del FR podrá gozar de su primer triunfo en la campaña electoral de 2017. Allí está la razón por la que el PRO está que trina con su ¿socio? opositor. En este punto aparece el proyecto del FPV. La iniciativa kirchnerista es del gusto de algunos legisladores radicales que dicen que es mucho mejor al redactado por el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay porque dispone que sólo aquellos que están en la punta de la pirámide de los altos salarios pagarán la gabela y que representan el 10% del universo.
De todas formas, es improbable que el oficialismo respalde el proyecto que redactó el exministro Axel Kicillof. Aunque con esa decisión lograría anular el triunfo de Massa, el macrismo no está dispuesto a dar oxígeno político a otro rival.
El próximo martes cuando comience la sesión, los protagonistas se estarán contando las cartas. Un acercamiento entre el FPV y Massa sería el peor escenario, pero como de esperanzas se vive, los diputados de Cambiemos confían en que todo se corregirá cuando los gobernadores ordenen a sus senadores no votar la «locura» de Diputados. El problema es que los mandatarios también están soliviantados. Sin obras públicas y con el poco dinero que le envía la Nación, las ganas de respaldar al presidente escasean. «
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