Mario Lugones es cardiólogo, socio de Coti Nosigilia y Luis Barrionuevo en el Sanatorio Güemes. Es padre de la mano derecha del asesor presidencial. Cómo fue la interna con Daniel Russo y el interés en la caja de las obras sociales.
Desde la década de los 90 está ligado a la política, a las obras sociales y a los prestadores de Salud. Es el fundador y presidente de Silver Cross America Inc., propietaria del Sanatorio Güemes, convirtiéndose en socio de Enrique «Coti» Nosiglia y Luis Barrionuevo.
El CV del flamante ministro (que este año cumplió 77 años) marca que trabajó de cardiólogo en Praxis Médica, la Fundación Favaloro y el Sanatorio Malvinas, además de ser director del Instituto Médico de la Seguridad Social y Evaluación Tecnológica (IMSSET) de la Facultad de Medicina de la UBA y director de la Maestría de Gerenciamiento de Sistemas de Salud de la UBA. Por su gestión en Sanatorio Güemes empezó a introducirse cada vez más en el mundo de las obras sociales y las prepagas, y su financiamiento.
Pero en este contexto político, Lugones es, ante todo, del riñón de Santiago Caputo. Así narraba el periodista Iván Schargrodsky, el 30 de julio, la interna entre Caputo y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que en un principio iba a absorber Salud, y al final terminó siendo un Ministerio aparte: «El enfrentamiento tiene más de seis meses. Luego del triunfo de La Libertad Avanza, Pettovello estaba a punto de designar en el PAMI y la Superintendencia de Servicios de Salud a funcionarios con alguna cercanía a Horacio Rodríguez Larreta –aunque en la órbita de Larreta lo niegan–.
En aquel momento, Caputo intervino y desactivó la maniobra. Pettovello creyó siempre que la jugada de Bambi respondía a la sociedad histórica que Mario Lugones –padre de Rodrigo, socio del asesor estrella del presidente– tenía con Enrique “Coti” Nosiglia, Luis Barrionuevo et al«.
Lugones asume en medio una interna que involucraba a Mario Russo y a la ex mujer de Triacca, Cecilia Loccisano. Y estalló cuando el ministro saliente quiso ponerle límites por decreto tanto a ella como al resto de los interventores que los Lugones le metieron en el Ministerio.
Como refleja La Política Online, Lugones había sido tanteado durante la transición para ocupar el cargo de ministro, pero prefirió refugiarse en un discreto contrato de asesor del entonces jefe de Gabinete, Nicolás Posse y manejar todo desde atrás: «Cuando Posse cayó en desgracia, Lugones logró saltar del barco justo a tiempo gracias al puente que su hijo Rodrigo le tendió con Santiago Caputo«.
La crisis en el Ministerio de Salud se da en medio de una feroz pelea de cajas: «Lugones maneja además del Ministerio de Salud, la Superintedencia de Salud -desde donde se interviene en el multimillonario negocio de las obras sociales y las prepagas- y el Pami. En este último rubro chocó con los Menem -amparados por Karina Milei- por el control de la caja de la obra social de los perones rurales (Osprera)».
Cuando este jueves, Russo buscó limitar el poder de Loccisano y otros funcionarios claves de Salud, la ex mujer de Triacca fue a la Casa Rosada a reunirse con Santiago Caputo, quien optó por formalizar a Lugones (algo que suele esquivar su grupo: oficializar cargos que ejercen en la práctica).
Russo también la tenía apuntada por un supuesto negociado en torno a la compra de vacunas para el dengue, por una aparente compra del doble de las dosis pautadas. Y por privilegiar a la Ciudad de Buenos Aires por sobre otros distritos.
Pero no queda ahí: también el gobierno podría avanzar con acusaciones de «lavado» hacia Hugo Schwab, al que apuntan como «cajero» del ministro y vínculo de Russo con los intendentes del Conurbano, de donde proviene el ahora ex ministro.
En LPO agregan que «en el entorno de Russo acusan a la gente de Loccisano de concentrarse en habilitar clínicas privadas -como una del Dr. Cormillot- y descuidar la gestión».
Lugones ya venía estando presente en Salud desde el comienzo de la gestión, sobre todo en sectores claves para la (no) regulación del sector privado y el achicamiento del Estado, como la Superintendencia de Salud.
Ya en enero, Gabriel Oriolo, quien fuera uno de los directores de la prepaga OSDE pasó al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), que regula a este tipo de empresas y administra los fondos provenientes de la seguridad social destinados a las obras sociales. Una cifra que supera los 300 mil millones de pesos por mes, repartidos en 300 obras sociales, aunque el 40% lo reciben las diez principales.
Menos de dos meses antes el propio gobierno había puesto en funciones en ese cargo a Enrique Rodríguez Chiantore, un referente de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En ese momento, en diálogo con Radio Rivadavia, Chiantore denunció: “abrí el Boletín Oficial y me enteré que me habían echado. Recibí un Whatsapp de Lugones q me dijo ‘hicimos cambios’. Estoy indignado, estas no son las formas, es bestial”.
Si bien Lugones venía ejerciendo su poder dentro del Ministerio desde la asunción del nuevo gobierno, recién renunció a la Fundación Sanatorio Güemes hace alrededor de un mes. Otro caso de «atender los dos lados del mostrador» de una gestión que dijo asumir para luchar contra la casta.
De hecho, fue apuntado por posible manejo de información oficial para intereses privados. En ese sentido, sobresale la carta que la prepaga Hominis, del Sanatorio Güemes, le mandó a sus afiliados el 10 de abril de este año donde les informaba que quedaba anulado el último aumento que iba a regir para el mes de mayo, del 13%.
¿Qué sucedió? Hominis, como las otras prepagas, venía aumentando desde enero, con crecidas superiores al 40%. Cuando emergieron los amparos judiciales y el malhumor social (el hijo de Lugones maneja junto con Caputo una consultora que realiza focus group), decidieron anticiparse anunciando un freno, cuando aún ninguna prepaga lo había hecho.
«Queremos informarles que queda suspendido el aumento de cuota para el mes de mayo 2024. Esto significa que la nota aumento enviada el 27 de marzo pasado notificando el incremento del 13 por ciento queda anulada, por tal motivo continuarán vigentes hasta nuevo aviso los valores de cuota facturados este mes de abril de 2024″, relataba.
Recién el 17 de abril, una semana después de la carta de Hominis, la Secretaría de Industria y Comercio inició una investigación por «cartelización» y ordenó a las empresas retrotraer sus precios a diciembre y que luego se fueran ajustando por inflación. Sanatorio Güemes no fue alcanzado por esa investigación oficial.
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