Desde el ministerio de Educación porteño, sostienen que no fue responsabilidad de ellos e intuyen que es por la utilización que realizan algunas escuelas de otra plataforma que no es la oficial. Desde los gremios desmienten que eso ocurra y culpan al ministerio.
«¿Saben por qué los familiares firmamos el boletín y este vuelve (o se queda) en la escuela? Porque es considerado un documento privado que pertenece al legajo privado de cada niño/a. Bueno, se filtraron todos los boletines de GCABA. ¡Con TODOS los datos sensibles!», denunció una usuaria identificada con el nombre de Bárbara Gallardo.
El posteo, en principio, parecía ser uno más de los miles que aparecen a diario en las redes pero a medida que pasaban las horas, fueron aflorando miles boletines escolares con los datos privados de estudiantes porteños: nombre, apellido, escuela, grado y sección, además de datos de desempeño de cada alumno y alumna.
Tiempo se puso en contacto con el ministerio de Educación que comanda Soledad Acuña, para conocer su versión de los hechos. Desde la cartera reconocieron que miles de boletines con datos privados de estudiantes porteños se filtraron pero niegan que haya sido responsabilidad del ministerio: «es un tema que venimos trabajando desde ayer y no encontramos ningún tipo de ataque y hackeo a la plataforma Mi Escuela que es la plataforma oficial del ministerio para compartir esta información», señalan desde Educación CABA. «Lo que creemos que pudo haber pasado», continúan, «es que muchas escuelas usan un sistema que se llama DOCER (DOCER.COM.AR), una plataforma abierta que sirve para compartir archivos. La usan porque les es más fácil compartir los boletines por ahí, y suponemos que alguien agarró toda esa información lo compiló y dijo que se filtraron», afirman sin datos ciertos desde el ministerio porteño.
Los gremios mayoritarios salieron a negar está afirmación del gobierno y desmienten que una o varias escuelas por decisión propia envíen el boletín de calificaciones por otra aplicación que no sea la oficial. «Las escuelas completan los datos por la plataforma que es un trabajo bastante engorroso y que nosotros venimos manifestando todos los problemas que tiene la aplicación. Entre otras cosas, genera la pérdida de muchísimas horas de trabajo: se cuelga, cargas los datos de cada estudiante, los guardás, se borra todo y los tenés que volver a cargar. Es una plataforma que no funciona bien. Pero lo que hacen las escuelas es cargar todo ahí y, como indica el protocolo, enviarlos a las familias. De ninguna manera una escuela enviaría por otras vías o por otra plataforma que no fuera la oficial toda esa información», explica a Tiempo María Isabel Grau, docente y secretaria de asuntos pedagógicos de la asociación Ademys. La integrante de la comisión directiva de ese sindicato asegura que cada uno de las y los docentes son absolutamente cuidadosos con los datos sensibles de los menores de edad y de las familias que conforman la comunidad educativa.
«No es viable que las escuelas determinen por si solas cuáles son los mecanismos de envío de esos datos privados. Más aún cuando el gobierno porteño viene monopolizando todos los canales de comunicación, y es por eso que es absolutamente responsabilidad de ellos está filtración», agrega la docente y remata: «el año pasado ocurrió una situación similar, aunque en menor proporción a la actual, se habían filtrado varios boletines, el gobierno planteó que eso no podía ser, pero varias compañeras y compañeros hicieron la prueba de poner nombre y apellido de los estudiantes y se encontraban los boletines en la web, con lo cual este antecedente nos genera muchas sospechas».
Desde la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (UTE-Ctera) también aseguran que es imposible que una institución educativa realice por decisión propia, el envío de los boletines por otra aplicación que no sea la oficial. «Desde que salió la plataforma Mi Escuela, todos y todas las docentes cargan los datos allí, de hecho estamos en el momento de cierre de notas y los estamos subiendo por esa aplicación. Incluso yo como papá de una alumna de cuarto grado, me tuve que descargar la aplicación y ahí me llega el boletín de mi hija», explica Ariel Sánchez secretario del Área Socioeducativa de UTE-CTERA. El docente intuye que el gobierno porteño responsabiliza a los trabajadores de la educación por la filtración de los boletines porque «como todas las plataformas que puso en uso el gobierno porteño, como el sistema de inscripción on line, la inscripción a los actos públicos de maestros y maestras, y otras herramientas informáticas terminan fallando; es mejor echarle la culpa a los otros. Debe ser por eso que patean la pelota afuera y no dan una respuesta certera».
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