La pareja fue secuestrada en diciembre de 1976, cuando Marta estaba embarazada de 8 meses y medio. Militaban en Montoneros y fueron vistos cautivos en la ESMA.
El anuncio de realizó en el auditorio de la Casa por la Identidad, ubicada en la ex ESMA, donde la titular de Abuelas, Estela de Carlotto y el nieto Manuel Gonçalves, acompañada por nietos y nietas, la abuela Buscarita Roa y Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadoras, leyeron la historia de su familia y la búsqueda para dar con su paradero.
“Al hijo de Marta y Juan Carlos lo abrazamos en la verdad y esperamos que pueda construir un vínculo amoroso con la familia que siempre lo busco y lo quiso. A todos y a todas les decimos que seguiremos trabajando para encontrar a los 300 nietos y nietas que aún faltan”, sostuvo Estela tras dar a conocer el caso.
Marta Enriqueta Pourtalé era oriunda de Azul y Juan Carlos Villamayor de la Ciudad de Buenos Aires. Militaban en Montoneros, a ella la llaman la Negra o María y trabajaba en Entel y a él le decian Ricardo o Negro y había trabajado en la fábrica de Fargo y de Colorín.
Fueron secuestradas en su casa el 10 de diciembre de 1976. Marta tenía 30 años y estaba embarazada de 8 meses y medio. Juan Carlos tenía 21 años. Ambos criaban además a Diego, hijo de Marta, quien tenía 4 años y fue secuestrado junto a la pareja y luego entregado a su familia.
La pareja fue vista en la ESMA, donde se cree que Marta dio a luz al igual que otras 30 mujeres durante la última dictadura. “Sus padres pensaban llamar Soledad o Manuel al bebe que esperaban”, destacó Estela.
Al enterarse del secuestro, la familia de Juan Carlos emprendió el recorrido de muchos familiares de desaparecidos: presentaron denuncias y habeas corpus para conocer el paradero de la pareja. En 1979, también recurrieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos durante la visita al país. Pedro Pourtalé, hermano de Marta, recibió un llamado para buscar a Diego, quien había sido dejado en una comisaría de Villa Ballester, pero le negaron información sobre su hermana y su cuñado. “Pedro, junto a su mamá, crió al niño, y años más tarde denunció el caso ante la Conadep”, leyó Gonçalves.
Desde España, donde actualmente vive, Diego recibió la noticia y envió un breve mensaje de audio que fue compartido durante la conferencia: “Estoy embargado por la emoción. Muchas gracias Abuelas, son un orgullo nacional, un orgullo para todo el pueblo argentino, las adoro. Muchas gracias por todo”.
La investigación comenzó en 1988, con una denuncia de Abuelas sobre la posibilidad de que un niño fuera hijo de desaparecidos. Desde 1999, la Conadi trabajó en la investigación del grupo familia Villamayor – Portualé para que el Banco Nacional de Datos Genéticos pudiera incorporar las muestras genéticas. Luego de varios años, la Unidad Especializada de la Conadi y la Unidad Fiscal para casos de apropiación fueron aportando datos relevantes al juzgado a cargo de la jueza María Cubría, que convocó al hombre a realizarse el ADN y este jueves el juez Daniel Rafecas informó al nieto 138 los resultados positivos.
“Esta restitución es, una vez más, la muestra de las consecuencias del terrorismo de Estado en el presente y, también, de la necesidad de dar centralidad a las políticas de derechos humanos para que los delitos de lesa humanidad cesen”, señaló Estela y cuestión el vaciamienot de las políticas públicas de derechos humanos por parte del secretario de Derechos Humanos Alberto Baños.
“En la consolidación de nuestra democracia, la Secretaría de Derechos Humanos ha acompañado nuestra lucha en busca de las respuestas que los perpetradores nunca nos han querido dar. Este organismo del Estado se encuentra atravesando uno de los ajustes más brutales con la reducción de su personal a partir de una plan de desmantelamiento”, criticó y añadió: “El pueblo argentino ya ha repudiado estos crímenes horrendos. Por eso llamamos a que lo siga haciendo y queremos agradecer a todas aquellas personas, instituciones, donantes y dependencias estatales que durante este 2024 nos acompañaron para seguir sosteniendo la búsqueda”.
Taty Almeida, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, también tomó la palabra al finalizar la conferencia. “Querida Estela y Buscarita, en nombre de todas las Madres línea fundadora y de la mesa de Organismos de Derechos Humanos, ustedes saben que recuperan un nieto pero es el de todas, desde ya. Cada vez que recuperamos a un nieto es una prueba evidente más para decirle a (Victoria) Villarruel, a (Javier) Milei y sus secuaces que no sigan negando lo que las pruebas están demostrando”.
“Es una persona que está muy conmovida”, relató Gonçalves, miembro de la comisión directiva de Abuelas e integrante de la Conadi, quien estuvo presente cuando le dieron la noticia al nieto 138. “Con el pasar de los minutos empezó a hacer un ejercicio muy valioso para estas historias tan complejas que es empezar a pensar en la familia. ‘Qué va a pasar con ellos ahora que me encontraron. quiero que esto suceda bien’”, contó y señaló: “Seguramente va a ser así porque se va a encontrar con una familia que lo buscó, que nunca perdió las esperanzas. Eso decía ayer Diego, su hermano, que no perdieron las esperanzas pero que era muy difícil. También esto demuestra la fuerza de estas mujeres, de las madres, que nos parieron en las peores condiciones”.
Al finalizar el acto, Estela de Carlotto y Buscarita Roa recorrieron los metros que las separaban de la pared en la que se cuenta la cantidad de niños y niñas restituidas por Abuelas y en medio de alegría y cantos cambiaron el 137 por el 138.
El último nieto restituido había sido Daniel Santucho Navajas (el número 133) en julio del año pasado, cuando se reencontró con su padre Julio Santucho y su hermano Miguel. Los casos 134, 135, 136 y 137 fueron resueltos tras la puesta en común de información con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y el Poder Judicial ya que las mujeres embarazadas fueron asesinadas antes de dar a luz: se trata de Dora Elena Vargas, Olga Liliana Vaccarini, Hilda Margarita Farías y Liliana Beatriz Girardi.
El hallazgo se da en un contexto de ataque permanente al movimiento de derechos humanos en general y a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo en particular. En agosto pasado, el gobierno nacional desarmó la Unidad Especial de Investigación de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI), que daba asistencia en las investigaciones sobre niños apropiados durante la última dictadura. Además, la administración de Javier Milei le quitó el financiamiento a Abuelas de Plaza de Mayo y al Banco Nacional de Datos Genéticos, que resguarda las muestras genéticas de las familias que buscan a niños y niñas apropiados y realizan análisis de ADN cuando hay dudas sobre la identidad de alguna persona.
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