A 57 años de la «Noche de los Bastones Largos», el ataque de Onganía contra la universidad pública

Un hecho represivo tras el cual centenares de científicos se vieron obligados a dejar la Argentina, donde las casas de altos estudios se vaciaron de prestigio y contenido educativo por decisión de un Gobierno autoritario.

El régimen cívico militar del general Juan Carlos Onganía decidía hace 57 años -el 29 de julio de 1966- ponerle fin a la autonomía de las universidades nacionales y ocupaba por la fuerza de la represión cinco facultades porteñas, donde autoridades, docentes y estudiantes resolvieron resistir la medida en un hecho que se conoció como «La Noche de los Bastones Largos».

Se trató de un hecho represivo tras el cual centenares de científicos se vieron obligados a dejar un país donde las casas de altos estudios se vaciaron de prestigio y contenido educativo por decisión de un Gobierno autoritario.

Hacía un mes que Onganía se había instalado en el poder tras derrocar al presidente constitucional Arturo Umberto Illia y la tarde del 29 de julio de 1966 promulgó la ley 16912 por la cual ordenaba la intervención de las universidades nacionales con el propósito de terminar con el sistema de gobierno tripartito que ejercían docentes, alumnos y graduados que había sido consagrado tras la Reforma de 1918.

El régimen que había impuesto la censura de prensa y clausurado el Congreso veía a las universidades como ámbitos que estaban fuera de control y organizados por hombres y mujeres que soñaban «con subvertir el orden natural de las cosas».

La Universidad de Buenos Aires (UBA), que había repudiado el golpe a Illia con un comunicado firmado por su rector Hilario Fernández Long y otros 250 profesores, decidió resistir la medida y desconocer cualquier autoridad que no emanase de la autonomía y el sistema de cogobierno.

La orden del Gobierno era que los rectores se convirtieran en interventores y las universidades pasaran a depender del Ministerio de Educación. Quien no lo aceptara debía renunciar en un plazo de 48 horas.

Las autoridades legítimas de las universidades de Buenos Aires, Córdoba, el Litoral, La Plata y Tucumán decidieron irse o fueron removidas, mientras que en casas de estudios como la del Sur, Noreste y Cuyo se resolvió acatar la orden de la dictadura.

Pero ese viernes por la tarde, en las sedes de las facultades de Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Medicina, Arquitectura e Ingeniería de la UBA, estudiantes, docentes y graduados se congregaron para resistir ese decreto.

La sede de la Facultad de Ciencias Exactas, ubicada entre las calles Bolívar, Moreno, Alsina, Avenida Julio A. Roca y Perú, y conocida como la «Manzana de las Luces» fue el epicentro de ese intento de resistencia.

El general Mario Fonseca estuvo a cargo de una acción policial para ocupar la Manzana de las Luces que se denominó como «Operativo Escarmiento», con el cual se propició en horas de la noche el ingreso violento al edificio donde se ejerció una represión a bastonazo limpio contra la comunidad académica que se encontraba en el lugar.

«El escarmiento» que los militares querían aplicar se remonta a un hecho ocurrido en octubre de 1965, durante un acto que el Ejército llevó a cabo en Perú y Diagonal Sur para conmemorar el aniversario 51º de la muerte del expresidente Julio Argentino Roca.

Ese día, desde el techo de la Facultad de Exactas, estudiantes lanzaron monedas y profirieron cánticos contra la formación militar, algo que los mandos del Ejército no estarían dispuestos a dejar pasar.

Tras hacerse con el control del edificio, los uniformados hicieron salir del edificio a los docentes y estudiantes por el medio de dos hileras de policías que los golpeaban con saña y hubo 400 detenidos.

Warren Ambrose, un académico estadounidense que se encontraba como invitado en la Facultad de Exactas, escribió una carta al diario New York Times en la que narraba las alternativas de aquella represión contra la comunidad educativa.

«Los soldados nos ordenaron, a los gritos, pasar a una de las aulas grandes, donde se nos hizo permanecer de pie, con los brazos en alto, contra una pared. Nos agarraron a uno por uno y nos empujaron hacia la salida del edificio. […] yo (como todos los demás) fui golpeado en la cabeza, en el cuerpo, y en donde pudieron alcanzarme», describió en una carta el profesor Ambrose.

Onganía cerró todas las universidades por tres semanas y comenzaron las renuncias en masa con el alejamiento de la UBA de 1300 docentes e investigadores.

Decanos y vicedecanos se alejaron de las casas de altos estudios y comenzó un exilio de más de 300 científicos que dejaron el país acusados de «comunistas» mientras eran recibidos en prestigiosas instituciones del mundo occidental.

Laboratorios que hacían ciencia aplicada fueron desmantelados y por aquellos días emisarios de universidades de Brasil, Chile, Estados Unidos y Uruguay recorrían Buenos Aires a mediados de 1966 en busca de los académicos que habían sido removidos por el régimen.

Así, la UBA, que en 1957 había recuperado su autonomía, vio interrumpido un proceso de expansión académica y educativa durante el cual se crearon editoriales como Eudeba, el Instituto de Cálculo que operó la primera computadora que llegó al país y se crearon carreras como Economía, Psicología, Sociología, y Educación.

Luis Botet, un letrado cercano al almirante Isaac Rojas que solía presentarse como el abogado de la Revolución Libertadora, asumió la intervención de la UBA y justificó la salida de científicos y docentes al considerar que «la autoridad estaba por encima de la ciencia».

«Por esta Facultad entran 12 mil personas por día, por eso le pedí a la Policía Federal que elabore un plan de seguridad. No creo que sea una cuestión de restricción a la libertad de pensamiento sino una cuestión de orden», declaraba por esos días Federico Frieschknecht, quien fue designado por entonces como decano de Ciencias Económicas.

Así, policías vestidos de civil que recorrían los pasillos y las aulas pasaron a ser parte del paisaje y el clima represivo que se instaló en las universidades públicas y que iba a profundizarse con la irrupción del terrorismo de Estado en 1976.

Télam

Compartir

Entradas recientes

Franco Colapinto y otra carrera muy floja en el Gran Premio de Bélgica

El argentino sigue sin sobreponerse con un auto que nunca le responde. El piloto australiano…

4 horas hace

Apoyo a la candidatura de Victoria Montenegro al Congreso

Los abajo firmantes impulsamos la candidatura de la compañera Victoria Montenegro al Congreso de la…

18 horas hace

Milei baja retenciones para ganar en Provincia de Buenos Aires y conseguir dólares

La decisión la tomó ante la certeza de que, de lo contrario, los dueños rurales…

18 horas hace

A la espera de Lamelas, llega una ministra de Trump que trae la agenda de Bukele a la Argentina

Kristi Noem, jefa del Departamento de Seguridad Nacional de EE UU, podría respaldar la construcción…

18 horas hace

Tras disciplinar a la juventud caputista, Karina Milei avanza en acuerdos con gobernadores

Esta semana cerró con el mendocino Alfredo Cornejo y en los próximos días espera reunirse…

18 horas hace

Fuerza Patria se ordena y sale a confrontar a Milei con gestos de unidad

El viernes confluyeron en una actividad y en la foto central Kicillof, Magario, Mendoza y…

19 horas hace

Tras la suba del dólar y de las tasas, hay más señales del estancamiento de la actividad

Las mediciones mensuales marcan un freno que en el corto plazo podría convertirse en caída.…

19 horas hace

Para atrás: industriales que se convierten en importadores

Las fábricas dejan de producir en el país y pasan a dar servicios. Las energéticas…

19 horas hace

Raúl Zaffaroni: «Lamentablemente en Argentina no tenemos Poder Judicial»

El estado de la Justicia, la evolución del lawfare en la región y la condena…

19 horas hace

Bondarenko y sus 24 apóstoles

En 26 años de carrera no cosechó el respeto de la superioridad ni la estima…

19 horas hace

La cara más trágica de la guerra: el hambre como bombas

Decenas de niños mueren en Gaza por inanición. No solamente los propios delegados de los…

19 horas hace

Si esto es un hombre

Hiba Abu Nada le habría respondido a Theodor Adorno que incluso en Gaza se debe…

19 horas hace