Es una temporada récord. Se crearon cinco nuevos y se ampliaron otros tres, además de un área marina: significa un 20% más de territorio protegido. Su importancia ambiental, científica y educativa.
En febrero se creó la Reserva Natural Silvestre Campo San Juan en Santa Ana, Misiones. La primera área protegida representativa de la ecorregión «campos y malezales», que ocupa el 1% del territorio nacional, y es una de las menos representadas en el Sistema Federal. Además de contener especies de fauna con distinto grado de amenaza, alberga restos materiales del antiguo Ingenio Azucarero San Juan –declarado Patrimonio Cultural y Patrimonio Turístico de la provincia–, hoy ruinosos y cubiertos por la masa verde selvática, o escondidos bajo las aguas del Paraná. El mayor símbolo es la icónica chimenea de ladrillo que alcanza los 27 metros de altura.
El establecimiento azucarero fue fundado en 1883 por el entonces gobernador Rudecindo Roca. Tuvo desde talleres y viviendas de los obreros hasta panadería, ladrillera, herrería y un ferrocarril de trocha angosta. Gran parte de la mano de obra estaba constituida por grupos de prisioneros indígenas capturados durante la mal llamada Campaña del Desierto. Roca vendió el ingenio a Otto Bemberg en la década de 1890, y funcionó hasta 1905. Luego fue terreno de explotación ganadera.
Campo San Juan se trata también de la primera experiencia de creación de un parque federal, un modelo de gestión conjunta entre Parques Nacionales y el gobierno provincial. Contiene pastizales, mogotes de monte, selvas ribereñas en galerías, pedregales y palmares. También bosques de urunday. Se trata de un árbol de tronco recto y copa alargada, con una particularidad que lo relaciona a la política nacional: con su madera se fabrica el bastón de mando de los presidentes.
El sitio fue declarado Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA): resguarda más de 170 especies con distintos grados de amenaza. Entre ellas, el burrito ocelado, cuya presencia recién fue detectada en 2020 precisamente en Campo San Juan. A la avifauna se le suman corzuelas pardas, osos meleros, carpinchos y zorros grises pampeanos. Hay veinte especies de reptiles y anfibios, dos especies de tortugas poco conocidas, tres especies de falsos corales, y uno de los ofidios en mayor peligro de extinción: la culebra acuática de panza anaranjada. Más allá de su función educativa, de ecoturismo y de preservación de la biodiversidad (“la infraestructura tiene que ser mínima y solamente para atención al visitante, control y vigilancia e investigación”, remarcó su primer intendente, Pablo Waisman), el mayor desafío es el mismo que sufren gran parte de los humedales argentinos: no caer bajo las llamas. Siendo un parque con 200 especies de pastos, es casi imperioso.
Belleza imponente
Sobre el golfo San Matías, en la costa atlántica rionegrina, a unos 30 kilómetros de la localidad de Sierra Grande e inmediatamente al norte del balneario Playas Doradas, sobresale el Parque Nacional Islote Lobos. En junio el Congreso aprobó su creación. Se convirtió así en el número 40, y el segundo de Río Negro. Según remarcaron desde el gobierno, «significará un importante impulso para el desarrollo turístico de la zona, y también para el cuidado y la conservación de las especies, la integridad del paisaje y el ecosistema en general».
El PN incluye seis pequeños islotes rocosos que se comunican con tierra firme durante la bajamar a través de tómbolos, dejando al descubierto un extenso intermareal rocoso y arenoso, pozas de marea y rocas aisladas. A la notable biodiversidad se suma una imponente belleza escénica. Ahí encuentran resguardo el petrel gigante, el flamenco austral, el chorlito ceniciento, la colonia reproductiva de pingüinos de Magallanes más septentrional del mundo y un gran apostadero reproductivo de lobo marino de un pelo.
Una de las razones de su gran variedad de aves es que el Complejo es muy rico en invertebrados como isópodos, anfípodos y poliquetos, que constituyen el alimento básico para muchas de ellas. La secretaria provincial de Ambiente y Cambio Climático, Dina Lina Migani, contó que buscan unirlo con el Parque Nahuel Huapi (el primero de la historia argentina) por la ruta 23, «y crear así un gran circuito turístico».
Lago en el cielo
Según la leyenda, Ansenuza era una diosa del agua. Vivía en un palacio de cristal y salvó a un joven guerrero que había llegado malherido hasta su laguna. Desde entonces se volvió salada y el muchacho se convirtió en flamenco al amanecer. Es una buena síntesis del Parque Nacional Ansenuza, ubicado en Córdoba, cuya creación fue votada a mitad de año y que es tan grande que entran en él tres Capitales Federales. Junto a los Bañados del Río Dulce constituye un enorme humedal, clave para la conservación de la biodiversidad a nivel global.
Fue incluido en la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras, designado Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA) y sitio Ramsar y además es parte de la red de Lagos Vivientes. No es para menos: contiene el lago salado más grande de Sudamérica y el quinto en todo el mundo. A su vez, reúne al 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas en la Argentina y el 36% de la avifauna del país.
Tiene desde tortugas y pecarí de collar hasta el agHay desde grandes algarrobos y quebrachos hasta espartillares, juncales y totorales; desde tortugas y pecarí de collar hasta el aguará guazú. Pero las estrellas son los flamencos rosados. Matías Michelutti, guardaparque, sostiene que al atardecer parecen fosforescentes. Cuenta que esa zona supo ser epicentro del turismo de bienestar entre los ’40 y los ’70, con más de 110 hoteles: «los fines de semana llegaban 50 mil turistas, competía con Mar del Plata». Luego vinieron inundaciones. Hoy el turismo es de naturaleza, y se mezcla con lo científico: en la zona de Mar Chiquita y los bañados del Río Dulce fueron hallados restos arqueológicos, vestigios de la presencia humana de cazadores recolectores y pescadores. Lo educativo –para que la sociedad conozca y se concientice sobre la importancia de este parque– será clave.
Yungas y Delta
Este año también avanzaron ampliaciones de tres parques. Uno es el de Aconquija, en Tucumán, que tiene la aprobación del Senado desde hace cuatro meses. Se le agregarían 11.000 hectáreas para llegar a un total de 70.000. Conserva el relicto de Yungas más austral de nuestro país y, en sus partes más altas, los Altos Andes. Verde despampanante en un área que cobija más de 900 especies de fauna y flora nativa.
Desde Parques Nacionales apuntan que se trata de una zona en recuperación: “en Tucumán, la explotación maderera, la ganadería y el avance agrícola condujo a la pérdida de muchas especies arbóreas añejas y de gran importancia tanto para la preservación de estos ecosistemas como de las nacientes de cuencas hídricas al sur de la provincia”.
También está el Parque Nacional Islas de Santa Fe. La ampliación de 4096 a más de 10 mil hectáreas ya fue votada por la legislatura provincial, y ahora será el turno del Congreso de la Nación. Se encuentra emplazado en el sitio Ramsar “Delta del Paraná” y tiene al irupé y el ceibo como dos de los ejemplares más característicos. Aunque son una pequeña muestra al lado de la enormidad que alberga: posee registradas 414 especies, subespecies y variedades. “El Parque Nacional ampliará el área de conservación con una fuerte impronta social, turística, económica y de arraigo”, subrayó la ministra de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, Erika Gonnet.
Otro es el Pre Delta, en Entre Ríos.
Tiene un paisaje dominado por islas, arroyos, lagunas y riachos. Las crecidas del gran río Paraná modelan un paisaje en continuo cambio. Además, es un corredor de biodiversidad que aporta a la región animales y plantas típicas de la selva misionera y el Chaco.
La Azotea es una barranca natural donde se encuentran hermosas aves como el celestino, el brasita de fuego y el frutero imperial. En las lagunas se destacan los irupés de enormes hojas flotantes. En los sitios más altos, se extienden bosques ribereños de sauce criollo, timbó, alisos de río y ceibo. Su emblema es el martín pescador, con su cabeza voluminosa, plumaje gris celeste, pico recto y agudo, posado en una rama esperando para zambullirse y arponear peces. Además de coipos, carpinchos, comadrejas coloradas y gatos monteses, el Parque protege al lobito de río y al yacaré overo, especies en peligro de extinción. Desde este año, este Sitio Ramsar (así se califican a los humedales de importancia internacional) sumará más de 2000 hectáreas, una modificación clave para proteger la zona ante los incendios de la región.
Ser un Parque Nacional significa tener el mayor grado de protección posible, por fines ambientales, educativos y científicos. ¿Pero para qué sirven? ¿Qué función cumplen? La vicepresidenta de la Administración de Parques Nacionales, Natalia Jauri, resaltó que «consolidan el desarrollo local y fortalecen la construcción colectiva de la identidad de las comunidades». El director de Uso Público de la APN, Matías Poltorak, agregó el ecoturismo, que «representa la principal actividad en los Parques Nacionales menos visitados, impulsando nuevas modalidades de disfrutar las áreas agrestes y remotas».
A mitad de año, el proyecto de ley que impulsa la creación del Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul obtuvo media sanción de la Cámara de Diputados y ahora aguarda por el Senado.
La iniciativa declara área marina protegida a la superficie de 148 mil kilómetros cuadrados del fondo marino, que presenta una alta diversidad biológica, lindera a la Zona Económica Exclusiva. El área incluirá el sitio donde yacen los restos del submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes. De aprobarse, el país duplicará la cantidad de hectáreas marinas que hoy administra Parques Nacionales. Y sería la primera área marina creada en la Plataforma Continental Argentina más allá de las 200 millas marinas.
El área marina bentónica propuesta, que involucra al lecho marino, promueve la conservación de un sistema de cañones submarinos en el área del talud, el cuidado de Ecosistemas Marinos Vulnerables y el área de asentamiento de la vieira patagónica.
También permitirá incrementar la investigación científica y el conocimiento sobre el mar argentino, promoviendo la conservación de la biodiversidad, la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas en el lecho marino.
Chaco también busca tener un nuevo Parque Nacional. Se trata del Laguna El Palmar, que ya tiene media sanción del Senado y ya se debate en comisiones en la Cámara de Diputados. Se trata de un área considerada como prioritaria para su conservación dentro de las 508 mil hectáreas que integran el Sitio Ramsar de Humedales del Chaco.
La diputada Lucila Masin expresó que «la provincia del Chaco, con la creación de este parque, se posiciona como una de las provincias con mayor cantidad de áreas protegidas, tanto en parques provinciales como nacionales», y recordó que en agosto pasado la Administración de Parques Nacionales efectuó un relevamiento pormenorizado de cuál es la biodiversidad que existe en la Laguna El Palmar «y se pudo arribar a la conclusión de un total de 121 especies, entre peces, mamíferos, reptiles, anfibios y una gran diversidad de flora».
En sus terrenos se realizó el fin de semana la segunda edición del Ornitlón de los Humedales Chaqueños, competencia de conteo de aves. El equipo ganador avistó 79 especies.
El mes pasado Catamarca y Nación firmaron un convenio para crear el primer parque nacional en la provincia: Arrayanes de Concepción. Está ubicado en el departamento Capayán, abarca 29.215 hectáreas de gran valor ecosistémico e intenta preservar valores biológicos, culturales y arqueológicos únicos en Argentina, como los bosques montanos y pastizales de neblina, además de proteger cursos de agua. También pondrán en valor distintos atractivos como iglesias, aguas termales, vestigios arqueológicos de la cultura Aguada (de más de 1500 años) vistas panorámicas, y circuitos.
A su vez, buscarán la restauración poblacional de la taruca, monumento natural.
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Parques Nacionales es una Institución anacrónica (con su Régimen Legal promulgado en el año 1980, instituido en el marco del Proceso de Reorganización Nacional) y además anárquica, en su involución de al menos las últimas dos décadas y que sostiene una caterva numerosa de funcionaries de ideologíe progretude y por ende de gestión a la vista deficiente. Totalmente prescindente este Club de Parientes y “Militantes del AMBA” en un futuro ordenamiento territorial con sentido federal de nuestra vasta geografía soberana. Cero Ministerios y Organismos Descentralizados burócratas, reemplazados por verdaderos Consejos Federales (23 Provincias mas CABA), para ponerle fin a esta Murga Nacional.