La principal fuerza de la oposición está convencida de que le asestó un duro golpe a Milei. Cree que la vicepresidenta está desgastada pero no se prestará a iniciarle juicio político.
Desde Casa Rosada no dudaron en viralizar los chats privados que le hicieron llegar a Victoria Villarruel en un intento de culpabilizarla luego de que el propio Javier Milei pidiera la noche anterior a la sesión especial en la cámara alta, a través del stream libertario Carajo, en el que estuvo sentado tres horas, que a Edgardo Kueider “lo echaran a patadas”. Argumentan que no podía presidir la sesión por estar a cargo del Ejecutivo mientras el presidente estaba de viaje.
Ahora, desde el peronismo ven que la vicepresidenta, que en realidad intentó con ahínco frenar la expulsión y contrabandear apenas una suspensión, quedó “desgastada”. Y le recuerdan al presidente que no tiene autoridad para decir si la sesión es válida o no porque la expulsión del senador acusado de contrabando de dinero “es un acto interno del cuerpo”. Es que este viernes por la noche, el entrerriano que se había ido del bloque UxP en 2022 y había armado otro, Unidad Federal, junto con el conrrentino Carlos “Camau” Espínola y la cordobesa Alejandra Vigo, intentó judicializar su eyección. “Kueider está liquidado, ¿quién le va a dar pelota? No le pueden dar licencia. Villarruel es del Poder Ejecutivo, conduce el debate, no hubo empate que habilitara su voto ni tuvo ninguna participación”, explican.
Los legisladores peronistas ven la mano no tan oculta de Santiago Caputo detrás del intento de rescatar al senador que les permitió llegar al número justo para sancionar la cuestionada Ley Bases, votación en la que sí intervino Villarruel para desempatar. “Son maniobras de Caputo en contra de la vice, quiere que nosotros tomemos nota y le hagamos una jugada contra ella por usurpación del cargo. No lo vamos a hacer” adelantan.
“El hecho está consumado. Kueider está apartado la jueza está actuando, ya no tiene fueros, y va a ir en cana, porque el único que puede resolver su expulsión es el cuerpo, ni siquiera la Corte Suprema se puede meter porque sería una injerencia de un poder a otro”, argumentan. Es que, evalúan que Caputo quería a Kueider en la comisión bicameral de seguimiento de organismos de inteligencia para que frenara el control de los cien mil millones de pesos que quería destinar a la SIDE, y ahora se quedó sin ese resorte.
El golpe se sintió duro en el oficialismo. Tanto que se metió en la agenda presidencial en Roma, desde donde Milei tuvo que salir a pedir que declaren “inválida” la sesión, a la vez que intentaba desligarse del escándalo al argumentar que era un problema del peronismo.
La embestida de los hermanos Milei contra Villarruel tiene olor a juicio político. Pero para eso se necesitan los dos tercios de la cámara, un número que obliga al oficialismo a negociar con UxP, además de buscar voluntades entre el radicalismo y el PRO, para embarcarlos en una aventura incierta. “No nos vamos a prestar a sacarla. Tiene más peligro Milei de que le hagamos juicio político que ella”, especulan. “Compraron a estos dos senadores para presidir las comisiones y sancionar la Ley Bases y terminaron el año re mal”, festejan.
En tanto, este viernes, a través de sus abogados, el senador preso en Paraguay tomó el argumento de Milei y pidió ser “reincorporado”. Desde UxP analizan la torpeza con la que se manejó el senador detenido en Paraguay. “Estaba cebado, yendo y viniendo varias veces a Paraguay. Y así lo agarraron. Ahora encima, pide que lo restituyan, eso quiere decir que ya está afuera, es torpe”, marcan.
Es que en todo este escándalo fue clave la intervención de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado -quien desde abril viene siguiendo una causa que lo investiga por enriquecimiento ilícito- y el mismo jueves pidió su desafuero y detención. “Eso fue clave para conseguir el voto de los radicales”, analizan.
Al día siguiente de la destitución, Arroyo Salgado pidió allanar el despacho de Kueider. Lo investiga por el pago de coimas por parte de la empresa de seguridad privada Securitas a funcionarios públicos de distintos organismos, para garantizarse contratos y el cobro de montos adeudados vinculados a la empresa estatal de energía de Entre Ríos, ENERSA, de la que Kueider fue director por el estado provincial, entre 2016 y 2018.
El entrerriano no sólo votó la ley Bases, sino que fue uno de los que prestó su firma para que saliera el dictamen. Es que sin Kueider ni Espínola, los dos senadores que entraron por UxP y votaron lo que pedía Milei, no salía la ley Bases. Es por eso que ahora la mira está puesta en el correntino, quien enfrenta un pedido de expulsión del PJ de su provincia y al que le van a exigir que devuelva su banca. De esta manera, el peronismo podría pasar de los 33 senadores actuales -todavía no asumió la reemplazante de Kueider, Stefanía Cora- a 35, una masa crítica que podría frenar los vetos de Milei. «
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