Tenía 70 años. En 2010 sufrió un ACV que lo obligó a dejar la política. En La Matanza decretaron tres días de duelo.
Nosotros que estamos coyunturalmente en cargos, tenemos que saber qué le pasa al pueblo. Hay que recorrer los barrios, los clubes, las sociedades de fomento. Discutir. Discutan hasta el cansancio, hasta clarificar todos y cada uno de los problemas, decía Balestrini a sus compañeros, nacido el 9 de marzo de 1947 e hijo de un militar peronista obligado a retirarse en 1955 por la autodenominada Revolución Libertadora que derrocó al presidente constitucional Juan Domingo Perón.
Balestrini estudió Magisterio y se graduó como docente en el Instituto Padre Elizalde, de Ciudadela, en el oeste bonaerense. En 1975, se graduó de abogado en la Universidad del Salvador, y a comienzos de esa década colaboró con la causa del Padre Carlos Mugica, asesinado en 1974.
En 1989, fue elegido diputado nacional, hasta 1995, siendo uno de los convencionales constituyentes de 1994. Luego de su primera etapa en la Cámara Baja nacional, resultó elegido senador provincial desde 1995 hasta 1999.
Comenzaba el gobierno de la Alianza presidido por Fernando de La Rúa, que terminaría en caos, represión y muertos dos años más tarde, pero en La Matanza, la llamada capital nacional del peronismo, en una ajustada contienda electoral, Balestrini derrotó a la conductora, actriz y periodista Lidia Satragno Pinky, quien a poco del cierre del comicio salió a anunciar a los medios un triunfo que no fue.
Por ese entonces, Balestrini mantenía el buen diálogo con las dos corrientes que se disputaban el control partidario del movimiento que fundara Juan Perón, el menemismo que había terminado su larga etapa en el poder, ya en el ocaso pero con intenciones de resurgir, y el duhaldismo que asumiría el poder luego de la huida de De la Rúa y de toda la Alianza del gobierno nacional.
A partir de la asunción de Néstor Kirchner como presidente en 2003, la relación de Balestrini con la naciente fuerza nacional que encabezaba el expresidente mejoró, a punto tal que en 2005 encabezó las listas para diputados nacionales del kirchnerismo que derrotaron a las huestes duhaldistas, en un nuevo punto de inflexión para la conducción posterior del justicialismo. Entre 2005 y 2007, presidió la Cámara de Diputados de la Nación.
Finalmente, el Frente para la Victoria decidió ungirlo como candidato a vicegobernador en 2007, acompañando a Daniel Scioli en su carrera por la gobernación. La fórmula Scioli Balestrini triunfó en la provincia al derrotar a la Coalición Cívica encabezada en ese momento por Margarita Stolbizer.
En diciembre de 2008, en las elecciones internas del peronismo bonaerense Balestrini resultó elegido presidente del Partido Justicialista de la provincia. Desde allí, compartió la mesa chica del PJ con los hombres de mayor confianza del expresidente Néstor Kirchner, que por entonces presidía el partido a nivel nacional. «La Argentina necesita un peronismo unido y organizado para que el pueblo cuente con un poderoso instrumento en su búsqueda de un país cada vez más justo y solidario», señaló aquella vez, reiterando su alineamiento histórico al justicialismo tradicional, y a la vez, mencionando dos conceptos unión y organización- que la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner plasmaría en 2012 con el frente Unidos y Organizados, que buscaría ampliar la base del Frente para la Victoria, sumando al peronismo sectores progresistas y socialistas, entre otros.
Balestrini no llegó a ver en plenitud física ese frentismo naciente porque el 7 de abril de 2010 mismo año del fallecimiento de Néstor Kirchner, poco más de seis meses después, en octubre- lo sorprendió un Accidente Cerebro Vascular mientras dormía en su casa de La Plata, que lo obligó a ser internado en el Policlínico General San Martín de esa ciudad y ser derivado luego a la Clínica Sagrada Familia, en Belgrano.
En 2011, fue nuevamente derivado al centro de Rehabilitación ULME, en el barrio de Núñez. A partir de allí llevó adelante un lento proceso de rehabilitación, donde era visitado por los principales dirigentes del peronismo nacional y provincial, a punto tal que en enero de 2013 volvió a caminar por primera vez. En octubre de ese año, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró el Hospital materno infantil Alberto Balestrini, en Ciudad Evita, unos de los viejos anhelos del exvicegobernador, con un área de influencia que abarca el millón de personas en La Matanza y partidos aledaños.
La Matanza, la capital nacional del peronismo y el termómetro para el justicialismo nacional de cada elección, fue su bastión, territorio que siguió, en sucesivos comicios, eligiendo a los representantes del movimiento que fundaran Juan y Eva Perón, como Fernando Espinoza intendente del distrito entre 2005 y 2015, actual presidente del PJ Bonaerense, quien lo reconoce con afecto como su gran referente- y Verónica Magario, intendenta del partido en la actualidad.
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