La comitiva estuvo compuesta por solo cuatro ministros y María Eugenia Vidal.
Durante la semana se había discutido en la Casa Rosada si convenía que el gabinete completo acompañara al presidente. Los que estaban en contra aseguraban que una presencia masiva de funcionarios podía ser tomada como un favoritismo del gobierno hacia un sector en particular. Al final, el favoritismo no precisó de los ministros para expresarse.
Lo de los dos gobernadores es relativo. Uno fue Horacio Rodríguez Larreta, quien informó, al final del acto, que todos ellos habían sido invitados. Porqué no participaron mandatarios como el salteño Juan Manuel Urtubey o el cordobés Juan Schiaretti, con fuerte relación con la actividad rural y buena llegada con la Rosada, puede ser explicado por la presencia de la única gobernadora que sí lo hizo: María Eugenia Vidal.
Vidal encabeza la pelea electoral en la provincia de Buenos Aires, territorio en el que al candidato oficialista Esteban Bullrich le cuesta acceder a la punta, hasta ahora en manos de su contrincante Cristina Fernández. En ese sentido, el acto tuvo un fuerte contenido de campaña electoral.
La falta del cotillón de Cambiemos fue suplida con el «¡Sí, se puede!» gritado desde las tribunas. Y el discurso de Luis Miguel Etchevehere, el anfitrión, no desentonó con sus críticas a la oposición política.
Horas después, Felipe Solá, diputado enrolado en el massismo, respondió enojado: «El presidente de la Sociedad Rural Argentina convirtió a su institución en un local partidario oficialista; su discurso pareció escrito en Balcarce 50».
La presencia empresaria no ruralista tampoco fue la que podría haberse esperado, dadas las aceitadas relaciones entre los mandamases de los pooles de siembra con el sector financiero y parte de la industria, que estuvo representada por el titular de la UIA, Miguel Acevedo, y el vice, Daniel Funes de Rioja. También se los vio a Claudio Cesareo, de la banca extranjera, al constructor Gustavo Weiss, el jefe de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, y al titular de la Cámara de Comercio, Jorge Di Fiori.
Dos banqueros fueron muy saludados, Javier González Fraga, presidente del Banco Nación, y Juan Curutchet, del Banco Provincia. Razones no faltaban. La cartera de préstamos del Nación destinados al sector agrícola sumó 30 mil millones de pesos y creció un 30% en lo que va del año. En el caso del Bapro, sumó 27 mil millones de pesos en el primer semestre, con un crecimiento del 72%. 52 pesos de cada 100 prestados por todo concepto fueron para la actividad agropecuaria.
Por último, hubo homenajes al fallecido líder de la UATRE, Gerónimo «Momo» Venegas. Pero nadie mencionó a su sucesor, Ramón Ayala, quien apenas un día antes había firmado el acuerdo de flexibilidad laboral con las patronales rurales. «
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