La última intervención pública del embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, cosechó rechazos y respaldos en el gobierno y también en el entorno del presidente, Alberto Fernández, que dentro de tres semanas concretará la postergada visita de Estado a Washington para reunirse con su par norteamericano, Joe Biden. El abogado texano lleva siete meses al frente del Palacio Bosch. Es un embajador político y ha desarrollado una agenda hiperactiva que apunta a superar el despliegue que hizo su antecesor de la era demócrata, el lobbysta Noah Mamet, durante la segunda presidencia de Barack Obama.
Este jueves se metió de lleno en la coyuntura nacional con un pedido para que el oficialismo y la oposición avancen en un acuerdo común para explotar el potencial económico argentino antes de las elecciones del año próximo. Lo hizo desde el evento anual que realiza el Consejo de las Américas, presidido por Susan Segal, y demostró que para mantener su alto perfil no tendrá problema en caminar por la cornisa de ser criticado por intromisión en los asuntos internos del país que lo recibe.
No hay una posición común al respecto dentro del gobierno, y menos en vísperas de un mes que estará signado por las relaciones con Estados Unidos. Primero viajará el ministro de Economía, Sergio Massa, en una misión que incluirá reuniones con el Tesoro, el Banco Mundial, el BID y con la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva. Luego será el turno Alberto Fernández, que concretará el primero de los dos viajes a ese país durante septiembre. Fuentes del Palacio San Martín estiman que la cumbre con Biden en Washington será dentro de dos semanas, antes del siguiente vuelo que deberá tomar para participar en Nueva York de la Asamblea General de la ONU. En el medio también se concretará otro despliegue en Estados Unidos que estará encabezado el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, junto a diez gobernadores del «Norte Grande», donde estarán presentes mandatarios del oficialismo y la oposición.
En el gobierno no quieren profundizar sobre el tema, pero no eluden que Stanley se extralimitó en sus declaraciones. El embajador habló como si fuera un político argentino. «Me encantó lo que dijeron los otros oradores, solo una cosa difiero con el jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez) Larreta. Él habló de una coalición, él quiere construir una coalición. Yo le diría que lo hagan hoy mismo. No creo que Argentina tenga que esperar a las elecciones de 2023 para hacerlo. Este es el momento de hacerlo. Espero que este país no espere hasta 2023 para hacerlo», lanzó el embajador para adherir al planteo que viene repitiendo el alcalde para su campaña presidencial: construir un acuerdo con el 70% del sistema político para realizar reformas estructurales.
Este viernes, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, buscó dejar en evidencia el malestar de un sector del Ejecutivo por la extroversión del texano. «Con (Donald) Trump no les está yendo muy bien por allá (en EE UU). Empecemos por casa para hacer coaliciones. Es muy fácil opinar sobre otro país. La situación de cada país es de cada país y cada uno sabe cómo la maneja. Hay que ver si preguntan por qué allá no hacen una alianza los demócratas con los republicanos», lanzó la funcionaria para expresar el malestar que se respira en la Casa Rosada con un diplomático que ya ha sido cuestionado por extralimitarse en su vínculo con el exsecretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
Por el contrario, el embajador argentino Jorge Argüello respaldó a Stanley. «Estamos totalmente de acuerdo. Estoy de acuerdo en el consenso, en la construcción del consenso necesario para definir políticas permanentes. Las políticas permanentes son las políticas de Estado, las que son esenciales para el desarrollo del país y que deben ser consensuadas por los distintos actores políticos y económicos. Porque esto es lo que le va a dar perdurabilidad a la política. Esto quiere decir: políticas que sobreviven a los cambios de gobierno. Si nosotros logramos eso, vamos a haber resuelto una parte importante de nuestro problema», le dijo el embajador al diario El Cronista cuando su amigo Stanley ya había pateado el avispero.
Otros diplomáticos piensan lo contrario, aunque entienden que Argüello no quiere nubarrones para un mes que lo pondrá a prueba. «Me parece que se pasó de rosca el hombre. Un embajador extranjero no debe opinar sobre la política de otro país, más aún si se encuentra de diplomático en ese lugar, como este caso», evaluó una fuente diplomática consultada por Tiempo.
Desde que llegó a Buenos Aires, Stanley dio la orden de buscar reuniones con todos los actores políticos argentinos y viajar a los principales puntos del país para encontrarse con los gobernadores anfitriones. No es un deseo personal del diplomático sino la política del Depatamento de Estado para este momento. Así fue recibido por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y abrió la puerta para la reunión que luego concretó con la generala de cuatro estrellas Laura Richardson, como primera jefa del Comando Sur. También suma dos encuentros con el expresidente Mauricio Macri y el último fue hace dos semanas, en el marco de una reunión junto con los embajadores en Buenos Aires de los países que forman parte del G-7.
El año pasado, antes de ser designado, dijo ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano que la Argentina era como «un hermoso bus turístico al que no le andan las ruedas». Quienes lo justifican sostienen que era parte del libreto que tenía que decir para conseguir los votos necesarios para la aprobación de su pliego. El estilo no ha cambiado y Stanley lo afila en sus apariciones públicas para inicidir en la opinión pública con fuerza
«Tranquilo Marc Braden», le escribió por twitter el ministro bonaerense y dirigente de La Cámpora, Andrés Larroque. Fue para comparar la intervención de Stanley con las injerencias que protagonizó Spruille Braden para antagonizar públicamente con el gobierno de Juan Domingo Perón y respaldar a la oposición. Como sutil muestra de apoyo, el canciller Santiago Cafiero usó su cuenta de Twitter para expresar que le gustó el mensaje de Larroque.
Cerca del ministro de Economía, Sergio Massa, no quisieron hacer comentarios sobre las declaraciones del embajador norteamericano. Sin embargo recordaron que el extitular de la Cámara Baja también habla de buscar acuerdos con la oposición por fuera de la agenda electoral del año que viene y que esos ejes no son ajenos a la coordinación que mantiene con los dos Fernández. «