“Después de diez años de fracaso en cambiar la educación secundaria está nueva gestión quiere probar de vuelta”, señaló en conferencia de prensa la comunidad estudiantil de todas las escuelas secundarias que integran la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB). La crítica apunta al macrismo que, tras casi 18 años de gestión en la Ciudad, en poco más de una década realizó tres reformas educativas en el nivel medio y ninguna dio los resultados anunciados.
“Pareciera que atender y resolver los reclamos que las comunidades educativas tenemos hace tanto tiempo no es opción. Escucharnos y respondernos no es la prioridad del PRO”, manifestaron este jueves las y los estudiantes de varios establecimientos educativos en las puertas del Lengüitas, donde anunciaron un Plan de Lucha contra la nueva reforma educativa del PRO en la Ciudad.
El documento plasmado por el movimiento estudiantil se basa en siete puntos por los cuales rechazan la iniciativa “Secundaria Aprende”. Los puntos son: el contexto, que es la falla sistemática del resto de las iniciativas anteriores; el proceso de armado de la nueva reforma que se realizó con encuestas, encuentros con muy pocas familias, docentes y estudiantes, lo que le da poca legitimidad al proyecto actual; y la disconformidad con la propuesta del gobierno.
El resto de los ítems giran en torno a las consecuencias pedagógicas de la nueva reforma. Denuncian “la reducción de espacios curriculares que abordan distintos ámbitos del conocimiento”; las consecuencias en la organización del sistema educativo que, entre otras cosas, implica una reducción notable de la oferta laboral docente».
Intentos fallidos
Desde que el PRO gobierna el distrito (cinco mandatos consecutivos), cada uno de los mandatarios impuso sus propias reglas en materia educativa. En 2012, Mauricio Macri instauró la «nueva escuela secundaria»; en 2017, Horacio Rodríguez Larreta impuso la «secundaria del futuro»; y ahora, Jorge Macri avanza con su reforma en secundarios dentro del Plan Estratégico Buenos Aires Aprende. El movimiento estudiantil coincide que las dos primeras comparten algo en común: fracasaron y al igual que la actual fueron inconsultas.
“Ser sumisos ante este mecanismo tampoco es nuestra forma. Los centros de estudiantes, agrupados en la CEB, vamos a llevar adelante un plan de lucha en conjunto con las comunidades educativas y no vamos a aceptar esta reforma. La semana que viene estaremos haciendo sentadas, semaforazos y volanteadas en simultáneo. Para empezar el mes de noviembre queremos concretar una marcha educativa con todos los sectores de la educación de la Ciudad”, anunciaron en la conferencia.
Los encargados de leer el documento fueron estudiantes de la escuela de música Esnaola, del Lengüitas, de la Mastrazzi, y de la Escuela de Cerámica Número Uno de Almagro. También expusieron las y los estudiantes del Lenguas Vivas, del colegio Luis Pasteur, el Fernando Fader y el Normal Uno.
Este viernes inician las medidas a las 18 con distintos cortes de calle en Nazca y Rivadavia, en Avenida Santa Fe y Salguero y en Lavalle y Avenida Callao.
Las demandas
Las diferentes reformas anunciadas todos estos años por el PRO no sólo fueron inconsultas y de espaldas a la comunidad educativa, en paralelo, se implementaron desoyendo los reclamos (históricos) del conjunto de escuelas porteñas. Desde el CEB exigieron “que se frene la implementación general de la reforma hasta que no se garantice la participación de toda la comunidad a través de los centros de estudiantes, sindicatos, consejos, en la elaboración de un análisis y propuesta». Además de «mayor presupuesto para salud mental, infraestructura y mantenimiento y asistencia alimentaria”.
En cuanto a la infraestructura, el mantenimiento y la asistencia alimentaria, los estudiantes sostuvieron: «Son nuestros reclamos históricos. Sin estas necesidades básicas garantizadas no se puede llevar a cabo un proceso formativo digno y fructífero”.
Por último, pusieron en agenda como otra de las prioridades la salud mental de muchos estudiantes que sufren desde hace un tiempo. “Vemos que en estos últimos años la situación en cuanto a la salud mental de los estudiantes secundarios es crítica. Nos preocupa la cantidad de alumnos que sufren de ansiedad, depresión y desórdenes alimenticios. Para abordar esta situación necesitamos que los equipos DOE de las escuelas cuenten con mayor disponibilidad horaria y personal”.