Polarización. Tiempo Argentino ya había analizado este proceso, al menos en la populosa provincia de Buenos Aires, una semana antes de que se celebraran las PASO. Las elecciones primarias confirmaron la nueva polaridad de la política argentina, que sin reemplazar del todo a los partidos tradicionales, muestra un rasgo que la diferencia de la histórica disputa de radicales y peronistas, la mayor nitidez ideológica de las fuerzas que confrontan, Cambiemos y Unidad Ciudadana (UD).
Las expresiones de la avenida del medio quedaron muy golpeadas. Le pasó a Sergio Massa, a Florencio Randazzo y, del otro lado de la General Paz, a Martín Lousteau. La pregunta que flota en estos días es: ¿se profundiza la polarización hacia octubre? Algunas encuestas que circulan, pero que por ahora no quieren publicar las consultoras, marcan que es eso lo que está ocurriendo. La prudencia es lógica. Han pasado pocos días de la votación y hay que dejar que la espuma baje para poder ver cómo corre el río. Los números marcarían que la disputa entre el macrismo y UD dejaría de estar en torno de los 35 puntos para trasladarse a la zona de los 40, en detrimento de Massa y Randazzo.
Los antecedentes recientes tienen ejemplos para todos los gustos. Si miramos la elección de 2013, en las PASO, el entonces imparable Massa sacó 35 puntos y el FpV 30, seguidos por la alianza Frente Progresista con 12 puntos y Francisco de Narváez con 10. Luego, en la elección general, Massa saltó al 43, el kirchnerismo creció un poco y el «Colorado» De Narváez cayó a cinco puntos, perdió votos a manos de Massa.
En contraste, en 2015 todos los análisis políticos pronosticaban que luego de las Primarias habría un efecto de polarización. Que la sociedad vería las dos fuerzas políticas con capacidad de ganar y que entre ellas se distribuiría la mayoría del voto en la primera vuelta de octubre. No fue así. Massa, que hoy se mira en el espejo del De Narváez de 2013, logró mantener sus 20 puntos y salvar la ropa.
Un dato que le juega en contra al tigrense en esta ocasión es la merma de ese caudal. Quedar más cerca del 15 que del 20 fue un golpe simbólico muy fuerte.
En el caso de Randazzo la situación es aún peor. Con menos de seis puntos, su voto se vuelve meramente testimonial y su discurso no tiene la contundencia que suelen tener las expresiones políticas que logran preservar un caudal bajo, como pasa con las fuerzas de izquierda.
»Nosotros creemos que octubre va a estar más polarizado», le dijo a Tiempo Fernando Ausas, director de la consultora Analogías. «Está claro que la disputa política es entre dos. El votante de Massa no tiene una imagen tan mala del gobierno. Está más cerca de Macri que de Cristina. Lo mismo ocurre, al revés, con los electores de Randazzo. Están más cerca de CFK. Parece muy difícil que la elección no se polarice.» Se verá. «