La derrota del domingo reavivó la grieta entre Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal, luego de que la Casa Rosada insinuara que la mandataria «no puso todo» para revertir el resultado en el Conurbano bonaerense, bastión que le dio el caudal de votos decisivo a Alberto Fernández para ganar en primera vuelta.
Los pases de factura comenzaron un día después del cierre del escrutinio provisorio. El principal reproche está vinculado con la campaña que llevaron adelante los intendentes que, con aval de Vidal, se cortaron solos para intentar salvar su reelección. Esto incluyó hasta el pedido explícito de corte de boleta en algunos distritos. En la Rosada consideran que esa estrategia desplegada para evitar que el peronismo le arrebate distritos como Lanús, Tres de Febrero, Pilar, Quilmes y Morón, entre otros.
El vidalismo retruca las acusaciones con los números que dejó el escrutinio. «Dicen que Vidal entregó la elección y cualquier cosa de este tipo cuando los números lo desmienten», señalaron cerca de la mandataria y apuntaron que Macri creció aún más que la gobernadora en el Conurbano de las primarias a las generales.
En La Plata explican que mientras Vidal sumó 633.785 votos el domingo, Macri sacó 714.238 votos más. En el equipo de campaña bonaerense agregan que no sólo el Presidente sacó más votos que ella, sino que el promedio de votos obtenido en el Conurbano fue más amplio incluso que en los distritos del norte del país y que lo mismo ocurre si se compara el resultado que obtuvo Macri en el interior del país con el que obtuvo en el interior bonaerense, donde sacó hasta 7 puntos más.
No sólo eso: también remarcan que fue el equipo del propio Macri el que lo «escondió» en el Conurbano. «Los lugares de las marchas del «Sí se puede» las eligieron ellos. Hicieron cinco en la provincia de un total de 30 y ninguna en el Conurbano», argumentaron desde el entorno de Vidal y recordaron que la gobernadora «fue a todas» las que se organizaron en la provincia.
La pelea de fondo es por el nuevo rol que tendrá Vidal a partir del 10 de diciembre y por su intención de liderar la oposición bonaerense, pero con su propio estilo, del que ya dio algunas muestras en el cierre de la cancha de Platense.
Aunque perdió, la elección del domingo la dejó bien posicionada para ejercer ese rol. No sólo logró mantener 61 de los 68 municipios que tiene Cambiemos sino que logró sostener el poder que hoy tiene en la Legislatura, en ambas cámaras. En Diputados podría tener, a partir de diciembre, un bloque de 44 diputados sobre 92 y en el Senado mantendría la mayoría actual con una bancada de 29 legisladores sobre 46, siempre y cuando mantenga la unidad. De esta manera, Kicillof estará obligado a negociar con Cambiemos para poder aprobar las leyes necesarias para gobernar.
Vidal no pierde tiempo y, pasada la elección, ya agendó el primer encuentro con los intendentes electos y reelectos de su espacio para trabajar en lo que viene. La cita es el jueves en la República de los Niños, La Plata.