Durante el último fin de semana fueron internados 26 niños con cuadros de desnutrición y un bebé de un año y ocho meses murió por esa misma razón en el hospital zonal de Tartagal Juan Domingo Perón, ubicado en el norte de la provincia de Salta. La última muerte sucedió el sábado a la noche, se conoció este domingo, y elevó a seis el total de niños del chaco salteño que fallecieron desde el comienzo del año. Según el ministerio de Salud de la provincia, son cinco de origen wichi y uno de pobladores criollos. Todos murieron por causas vinculadas a graves problemas de nutrición, acceso al agua y empeoramiento de las condiciones climáticas, en medio de una aguda sequía que azota al norte provincial, cerca de la frontera natural del río Pilcomayo, límite argentino con Bolivia y Paraguay.
La cifra de niños internados fue reconocida este lunes por el director del hospital de Tartagal, Juan Ramón López. «Este fin de semana hemos internado a 26 chicos, de los cuales 25 estaban con un cuadro de desnutrición aguda. Uno con desnutrición crónica, todos con diarrea. Este lunes ya estaban todos compensados y estamos viendo la evolución», dijo el médico al canal 4 de Salta, aunque uno de los pequeños fue enviado a un hospital de la capital provincial y se desconoce su estado. «No son los números que uno espera, pero no los podemos esconder, vamos a salir a hacer frente la problemática», dijo el médico, casi en la misma línea de sinceramiento público que aplica el flamante gobernador Gustavo Sáenz, sucesor del ex mandatario Juan Manuel Urtubey, que administró la provincia entre 2007 y 2019: doce años repartidos en tres mandatos consecutivos.
Emergencia «socioambiental» Este lunes Sáenz convocó a una mesa multisectorial que reunió a legisladores nacionales y provinciales, rectores de universidades y funcionarios para afrontar la situación del norte provicial. Antes de la reunión declaró la «emergencia sociosanitaria» en los departamentos de Rivadavia, Orán y San Martín, pero en la cita no hubo representantes de la comunidad wichi, en una provincia que tiene 400 comunidades indígenas. De ellas 270 son de origen wichi y habitan los parajes del chaco salteño. Tan compleja es la relación del gobierno con esas comunidades, que López luego de reconocer la cantidad de menores internados dijo que están «charlando con los pueblos originarios porque nos falta comunicación, para eso vamos a implementar traductores de wichi. Yo a los pueblos originarios no les puedo echar la culpa de nada, sino que tenemos que hacer un mea culpa», sostuvo el titular del hospital de Tartagal.
También podés leer: La nueva muerte de un niño wichi confirma la gravedad de la situación en el norte salteñoLas palabras significan un giro en la flamante administración de Saénz. El viernes, cuando se conoció la quinta muerte infantil, la cartera sanitaria le echó la culpa a los padres del bebé fallecido luego de explicar su cuadro crítico de salud.
La falta de alimentos en la zona (producto de una economía rural de subsistencia signada por el desempleo) se profundizó con las dificultades estructurales de acceso al agua potable, que se agudizaron con la sequía y el calor. Hace 20 días cuando ya habían fallecido tres niños en una semana, el gobernador Sáenz pidió auxilio al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, que viajó a la zona y dispuso la entrega de módulos alimentarios, tarjetas AlimentAR, una misión de agentes sanitarios y una planta potabilizadora de agua provista por el Ejército.
Recipientes con agrotóxicos La semana pasada comenzó la entrega regular de agua potable, pero los pobladores sólo tienen bidones que contuvieron agrotóxicos, es decir que los recipientes disponibles estaban contaminados, en un escenario donde las familias vienen de beber agua sucia, un consumo que agravó los cuadros de deshidratación y desnutrición de los niños.
Las condiciones climáticas que afectan a la zona podrían empeorar con una probable crecida del Pilcomayo dentro de 20 días. Un riesgo que es monitoreado por funcionarios nacionales y que fragilizará aún más la situación.
Octorina Zamora es wichi y su hija fue la primera en obtener el título de médica. Es fundadora del Espacio Plurinacional Indígena Kambá y miembro de una de las organizaciones wichi de Salta. En diálogo con Tiempo, advirtió que las mesas multisectoriales aún no han convocado a sus representantes para atender con más eficacia la emergencia y generar condiciones para revertir las causas estructurales. «Ahora los pueblos indígenas estamos más informados y tenemos nuestros médicos formados en universidades del NOA y el NEA. Tenemos generalistas, pediatras, epidemiólogos, terapistas y enfermeros. Yo esperaba que por un tema de humildad hubiera interés desde el gobierno nacional y provincial y convocaran a una mesa con médicos de nuestra comunidad, que manejan la realidad indígena. No se nos puede excluir así», lamentó Zamora.
AntecedentesLos departamentos que fueron incluidos en la emergencia «socioambiental» son parte de una región muy golpeada por la crisis económica que empeoró su situación a partir de la privatización de YPF en 1992. En esos mismos años la zona afrontó una epidemia de cólera que hizo estragos en Santa Victoria Este, una de las localidades donde ahora se registró la mayor cantidad de casos de decesos por desnutrición.
La tragedia similar más reciente sucedió hace dos años. Entre diciembre de 2016 y enero de 2017 se registraron 26 muertes en las comunidades wichis por una ola de calor: cinco adultos y 21 menores de dos años.
* Con la colaboración de Alexis Miranda, cronista de FM Noticias, Salta capital.