En medio del cierre de las candidaturas, la vicepresidenta Cristina Fernández habló desde su pago político-Río Gallegos-para dejar en claro que quiere gobernantes “con experiencia en la gestión pública». El más elogiado fue Axel Kicillof, a quien le reconoció que había advertido sobre el Fondo Monetario Internacional. Estos días de rosca caliente volvieron a señalar al gobernador doctor en Economía como la posibilidad más certera para representar el programa del espacio pankirchnerista. También criticó duro al ministro de Seguridad Aníbal Fernández, a quien volvió a acusar de no poner voluntad en la investigación de su atentado y de querer llevar la interna peronista al “Partido Judicial”, luego de las actuaciones que tuvo la justicia en las provincias.
Tras el discurso oficial, Cristina habló sobre el ventoso escenario a las afueras de la Casa de Gobierno de Santa Cruz junto a la dirigencia a la que ponderó para ocupar cargos públicos. A su izquierda aplaudía el ministro de Obras Públicas de la Nación y dirigente bonaerense Gabriel Katopodis, que recibió alto elogio. La vicepresidenta aprovechó el contexto de la inauguración de la ampliación del Hospital de Río Gallegos, ciudad natal y política de Néstor Kirchner, para elogiar a Katopodis como uno de “los funcionarios que sí funcionan” y advertir que, aunque estuvo en el armado electoral de Alberto Fernández y Florencio Randazzo en 2007, lo quería mucho.
Es que el exintendente de San Martín nunca había caminado por la misma vereda que el kirchnerismo. Sin embargo, esta nueva relación que se tejió a partir del acuerdo con Máximo Kirchner en la provincia de Buenos Aires dio este fruto de escenario compartido
Una de las preocupaciones manifestadas por Axel Kicillof para dejar atrás la gobernación y pelear por la presidencia es su sucesor en la gestión. Y el ministro, con similar perfil académico, empezó a sonar como un potencial reemplazo en medio de las distintas versiones que corren en días de cierre de fórmulas.
Otro de los que estuvo en ese escenario fue Pablo González, presidente de YPF, una empresa de capital mixto pero de gestión estatal que es el modelo que propone Cristina para la explotación de los recursos naturales, tal como dijo el 25 de Mayo. El santacruceño suena para reemplazar a Alicia Kirchner, que ya lleva dos mandatos al frente de la provincia. El nombre de Alicia sirve para acompañar una fórmula encabezada por un varón del AMBA y que comparte sus iniciales: Axel Kicillof.
El que el gobernador bonaerense tiene la ventaja por sobre el resto de los nombres que circularon, de compartir la misma estrategia que Cristina a la hora de negociar la deuda externa, ya sea con acreedores privados u organismos internacionales de crédito, ya que Kicillof se formó en la práctica política económica como ministro de Cristina en plena pelea contra los fondos buitres, ante los que nunca cedió. “Kicillof lo advirtió y hoy estamos ahí, en el FMI, con una terrible deuda. Además, hay sobretasa de interés por la magnitud del préstamo acordado”, señaló Cristina Kirchner, y apuntó: “El país es uno solo, pero el FMI también es uno solo, porque no van a decir que Kristalina Gorgieva no tiene nada que ver con Christine Lagarde. Es una responsabilidad compartida, que siempre tienen que pagar los más vulnerables”.
En el capítulo de las críticas, los elegidos fueron dos de sus exministros que hoy quieren enfrentarla en la interna peronista. Con una clara alusión a Aníbal Fernández, dijo: “Me han criticado por no querer hacer amigos en la política, pero cuando uno escucha que por ahí desde el propio espacio político amenazan con ir al partido judicial, con todo lo que nos ha pasado. Acá me permito un poquito de personalismo: me ha pasado. Y ya no hablo de causas, condenas, sino de intentos de asesinato e impunidad para los que planificaron y borraron. Hay algunos que no pusieron tanto empeño en eso pero sí en querer ir al Partido Judicial”, lanzó la ex mandataria. Este miércoles, el ministro de Seguridad y jefe de campaña de Daniel Scioli, Aníbal Fernández, había amenazado con ir a la justicia si no le daban el porcentaje pedido por el sector de la minoría en las PASO de la flamante Unión Patriótica.
El otro destinatario fue Alberto, quien enfrentará al cristinismo por segunda vez. La primera había sido como jefe de campaña del randazzismo en 2017. “Cuando uno tiene responsabilidades de gobierno, la responsabilidad de gobernar y que haya la menor conflictividad”, dijo, en relación a la decisión de romper con la idea de candidato único que pidieron los gobernadores y la CGT.
Pero Alberto y Martín Guzmán también ligaron críticas por el acuerdo con el Fondo. “Yo recuerdo ese diciembre de 2021 cuando dije ‘cuidado con lo que se firma’ y me dijeron ‘tranquila Cristina, está todo bajo control’”, comenzó diciendo CFK. Y siguió: “Cuando el FMI irrumpe en un país después de un préstamo de la magnitud que le dieron a Argentina, hay que decirle a la sociedad la verdad. Si tenés que firmar porque tenes la 45 en la cabeza, tenes que decirles que te hacen firmar. Porque, después de todo, ese préstamo no es responsabilidad de este gobierno. La sufre este gobierno y la sociedad argentina, pero creo que es hora de comenzar a hablarle con la verdad a la sociedad”, dijo.
Al comienzo del discurso Cristina contó en primera persona lo que había sido la estructura de salud en la provincia y bajó línea sobre la presión que ejercen los privados para que el sistema público, en este caso de salud, no le haga sombra. A la salida, en ese escenario ventoso, la vicepresidenta se mostró contenta y tranquila de estar en Santa Cruz, rodeada de sus antiguos compañeros. Quizá la antorcha ya está siendo pasada de manos.