En los once meses de gestión de Jorge Macri hubo 13 evasiones de personas que estaban detenidas. El incremento de inseguridad que denuncian los vecinos y la opinión de los especialistas.
En materia de inseguridad, Jorge Macri instauró un nuevo récord: en los primeros once meses de su gestión hubo 13 fugas de presos en distintas sedes policiales. La última ocurrió el domingo pasado precisamente en Barracas.
A la luz de estos hechos : ¿qué se esconde detrás de la inseguridad y las fugas? El único argumento que brinda la Ciudad es la superpoblación de presos. Según datos oficiales, CABA tiene capacidad para 1041 detenidos pero aloja a casi el doble. Para custodiar a esos presos hay más de 1500 policías, que son alrededor del 10% de los 19 mil que están en las calles para neutralizar los delitos.
Alberto Aguilera, de la Red de Vecinos de la Manzana 66, desde hace años lucha por la seguridad en los barrios y para terminar con la droga en “el Polo Falopero”, sostiene que “hasta la propia policía está disconforme. Tenés a 30 o 40 oficiales en la comisaría local para cuidar a los presos. Mandás a la calle los recién salidos de la escuela, en vez de enviar a los de mayor experiencia, que conocen el barrio, para que hagan presencia de verdad”, asegura, y suma: “Yo ya dejé de pensar que son ineptos. Es casi un hecho que lo hacen a propósito”.
En ese sentido, una fuente de la cartera de seguridad que conduce Waldo Wollf reconoció a este medio que existe un fuerte reclamo interno de los uniformados. “Apenas asumimos nos plantearon que no quieren cuidar más a los presos y que hagamos lo que tengamos que hacer”.
Desde diferentes instituciones especializadas en materia de seguridad, ratifican que la Policía de la Ciudad no está capacitada para el cuidado de las personas privadas de su libertad.
Para la abogada Natalia D´Alessandro, integrante de la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI), el tema central es que “ninguna policía, ni la de CABA, ni la Federal, ni las provinciales, tiene entre sus funciones la custodia de detenidos. Si la tienen es por un tiempo muy corto, por un plazo de 24 o 48 horas, que es el tiempo que la mayoría de los códigos procesales autorizan al Poder Judicial para resolver la situación de una persona. La función primogénita de las policías no es el cuidado y la custodia de detenidos”.
Para la especialista, después existe otra cuestión “el Servicio Penitenciario Federal depende de (Patricia) Bullrich y está la decisión política de que la Ciudad tenga su propio servicio penitenciario, que es lo que tiene que pasar. Tiene que tener cárceles propias en donde tenga al cuidado de las personas que estén detenidas bajo su jurisdicción y no que estén dentro de las comisarías”, agrega.
Si bien Jorge Macri avanza en transferir las competencias del servicio penitenciario, el bloque de Unión por la Patria en la Legislatura emitió un comunicado por la falta de claridad sobre su implementación. Solicitaron “un informe detallado” acerca las transferencia de Nación a Ciudad “en especial sobre lo concerniente al traspaso de competencias del Servicio Penitenciario”, dado que se desconoce si “vendrán con los recursos necesarios”, asegurando que “autonomía sin recursos no es autonomía: es obediencia”.
Respecto al incremento de la inseguridad y la creciente fuga de presos en la Ciudad, hay quienes analizan otras cuestiones, pero tampoco obvian el mal desempeño.
“No se descarta la ineptitud, pero me parece que juegan más las complicidades”, analiza en diálogo con Tiempo María del Carmen Verdú, titular de la Correpi. Para la abogada especialista en Derechos Humanos, la inseguridad en la CABA no se debe a la falta de oficiales. “Acá tenemos entre 800 y 900 policías cada 100.000 habitantes, mientras que la ONU sugiere 300 cada 100 mil. El hecho es que si tenés gente presa en lugares no preparados, todo puede fallar. Más del 90% de las personas alojadas en comisarías y alcaidías de CABA están a disposición de la justicia federal. Tenés gente cumpliendo preventivas y hasta condenas en comisarías y alcaidías que están destinadas a permanencias breves”, remarcó Verdú. Y remató: “las comisarías de CABA no están pensadas para alojamiento. Las celdas no tienen baños. Los policías llevan y traen presos de a uno, cruzando varias oficinas para ir a los baños. Así todo puede fallar”. «
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