El periodista Leonardo Marcote es el autor del libro sobre la joven desaparecida durante La noche de los lápices. “Al segundo día de ingresar al bachillerato de Bellas Artes, con 13 años, empezó a militar en la UES", señaló.
Resulta imprescindible poner en claro por qué es necesario mantener la memoria como ejercicio de reivindicación. La obra busca recuperar la vida de aquella estudiante comprometida y la historia de una generación llena de jóvenes con gran compromiso político y social. A partir del testimonio de amigas y amigos, reconstruye la vida de la joven militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, desaparecida por la dictadura en diciembre de 1976.
Distintas organizaciones de derechos humanos, estudiantes y militantes se dieron cita en el ex centro clandestino de detención Pozo de Banfield, declarado en 2010 Centro para la Memoria, la Verdad y la Justicia para la presentación del libro.
“Mi primer acercamiento con Claudia fue a través de la película La noche de los lápices, a mis 13 años. Luego leí el libro en el cual se basa la película pero en mi imaginario me había reconstruido a una Claudia más parecida a Juana Azurduy. El desafío era encontrar el equilibrio entre la María Claudia sin compromiso político, ingenua, que sólo había luchado por el boleto estudiantil, de La noche de los lápices, y la María Claudia mártir”, contó Marcote, quien estudió periodismo en la Universidad Popular de las Madres y actualmente escribe en la revista digital Resistencias.
“Pasó el tiempo, empecé a pensarla diferente cuando conocí a su familia y me encontré que Nelva, su madre, había sido delegada regional cuando Evita impulsó el voto femenino. Jorge Falcone, su padre, fue el primer intendente de la ciudad de La Plata por el peronismo, entonces entendí que creció en un ambiente familiar que después, cuando fue al secundario, estalló políticamente porque era lo que quería ser”, recordó.
“Al segundo día de ingresar al bachillerato de Bellas Artes, en 1974, con tan solo 13 años, lo primero que hace es ingresar a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), la agrupación peronista que mayores adherentes tenía en ese entonces. La UES era el brazo estudiantil de Montoneros “, agrega.
El Pozo de Banfield fue uno de los centros de detenciones clandestinas que funcionó en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura militar. Allí funcionaba la Brigada de Investigaciones de Banfield y dependió del Regimiento de Infantería Mecanizada N°3. El predio también era conocido como “La Maternidad” porque un gran número de mujeres embarazadas detenidas fueron trasladadas y dieron a luz en ese lugar.
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