Otro día de furia con gases, balas de goma y detenciones al voleo

Grupos aislados de manifestantes fueron reprimidos por la Policía frente al Congreso. Luego, la violencia se extendió a la 9 de Julio y otras calles céntricas. La mayoría de los manifestantes repudió los incidentes. Hubo heridos y detenidos.

«Flaco, así no», le gritó uno de los manifestantes a un hombre que, con campera de cuero, llevaba una bolsa de piedras hacia la Plaza de los Dos Congreso, donde un grupo aislado de personas sin identificación partidaria o gremial le tiraba piedras a la Policía de la Ciudad, que reprimía con gases lacrimógenos, balas de goma y carros hidrantes. Había heridos, corridas y policías cazando gente en las calles.

La escena se lleva a cabo un rato después de que se desataran los enfrentamientos, que comenzaron pasadas las 14:15, cuando se supo en la calle que Cambiemos había conseguido el quórum para iniciar la sesión en la que busca aprobar el recorte a los jubilados y a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.

No bien empezaron los actos violentos, la mayoría de los manifestantes decidió correrse del centro de los enfrentamientos, en clara demostración de que no estaban dispuestos a alimentar ese tipo de actos. Por eso, las grandes columnas, como la de ATE, la de La Cámpora, la de Suteba, la de Nuevo Encuentro o la de PTS decidieron alejarse de la plaza, donde quedaron grupos reducidos de violentos siendo reprimidos por las fuerzas de seguridad.

https://twitter.com/valeriafgl/status/942825083101380608?ref_src=twsrc%5Etfw

A pesar de haberse replegado, la mayoría pacífica no tenía la intención de abandonar el reclamo. Por esto cantaba «El pueblo no se va/el pueblo no se va», e inemtana volver a ganar la plaza en oleadas, cada vez que la represión y los piedrazos cesaran. Pero la violencia no pareció aflojar y por eso la mayoría de los manifestantes permanecía en las calles aledañas, a resguardo, hasta que las fuerzas de seguridad (la Policía Federal y la Gendarmería se sumaron al operativo de la Policía de la Ciudad) y la violencia se trasladó a las calles cercanas al Congreso hasta la Avenida 9 de Julio.

Por los incidentes, se suspendió la conferencia de prensa de gobernadores con funcionarios y diputados oficialistas y se decidió evacuar el Senado. Una vez que la sesión entró en cuarto intermedio, se anunció que el bloque de diputados del Frente para la Victoria-PJ iba a sumarse a la manifestación en la calle.

https://twitter.com/FedGandlf/status/942822095528038407?ref_src=twsrc%5Etfw
La desesperación, por Martín Piqué

Eran las 16:15. El cielo azul, el sol, gritos confusos, advertencias con apuro. Nerviosismo. Estampidos. De pronto, la multitud comprobó que los cartuchos de gas comenzaban a formar una parábola que terminaba sobre ella. Desde las alturas, en una estela blanca que parecía el hilo de un cometa descontrolado, hasta el centro mismo del gentío.

Era la señal que temían los manifestantes. Tras horas de batalla campal, de intercambio de piedras por balas de goma, de avances y retrocesos, la policía había resuelto irrumpir sobre el predio público que delimitan las calles Hipólito Yrigoyen, Rivadavia, Rodríguez Peña y Luis Sáenz Peña.

Empujada por los gases que irritaban los ojos y dejaban temporalmente ciego, la muchedumbre comenzó a correr, o a caminar ligero. Cada uno dentro de sus posibilidades. La sensación colectiva era tener el rostro ardiendo. Eran centenares, quizá miles, de personas que intentaban huir hacia Avenida de Mayo. Hacia la 9 de Julio.

Pero las limitaciones de la física tenían reservado un problema grave para quienes huían. Con el espacio no se puede hacer magia. La multitud que había ocupado buena parte del paseo con faroles y canteros quería desconcentrarse toda junta, y al mismo tiempo, por el ancho de la Avenida de Mayo. Cuya calzada es mucho más angosta que la plaza frente al Parlamento.

Y entonces ocurrió lo esperable. El efecto Puerta 12. Algunos manifestantes se cayeron al piso. Producto de la ceguera del gas, de la conmoción o del miedo. Y la multitud en estampida, concentrada en una suerte de embudo, pasó por encima de los caídos. En el piso yacían unas diez personas, entre ellas este cronista de Tiempo Argentino.

Hubo pisotones, rodillazos, golpes frenéticos con el codo. La primera reacción de quienes lograban mantener la vertical era no caerse y seguir corriendo. A cualquier costo. Incluso al de pisar y empujar más a los caídos. Los manifestantes que estaban en el piso, tapados de gente, no podían respirar. Ni siquiera veían el cielo.

Era la desesperación.

Había que buscar aire. Aunque fuera un pequeño hueco. Oxígeno. No perder la calma. “Tranquilo, por ahora buscá aire y seguí respirando”, era el mantra que varios repetían en silencio. Hasta que se abrió un espacio. Una mano anónima tomó por el antebrazo a un caído, lo empujó hacia arriba. Lo mismo con otro. Los caídos se incorporaron con el cuerpo entumecido y lleno de moretones, golpes en las costillas.

La situación se normalizó pero por Avenida de Mayo se profundizaba la cacería de manifestantes. Entonces apareció un salvador. El portero del portero del consorcio de Avenida de Mayo 1430, afiliado del Suterh, se apiadó de lo que veía a través de la puerta de su edificio. Facilitó el acceso e invitó a pasar al grupo que había sufrido la avalancha. Lo alojó en el angosto hall de entrada.

Fue una de las postales de una jornada atípica en el centro de Buenos Aires.

El precio de querer bajar los haberes de jubilados, familias que reciben la AUH, veteranos de guerra.

Compartir

Los maestros y los fascistas

Los grandes maestros teatrales enseñaron que el análisis de la estructura dramática es fundamental para…

2 mins hace

Arrancó el Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires: programación para todos los gustos y muchos shows gratuitos

La 17° edición del evento abarca conciertos de artistas nacionales e internacionales, presentaciones de discos…

25 mins hace

Netanyahu cierra filas con aliados y rechaza la orden de detención de la CPI

El primer ministro de Israel dijo que se trata de "un moderno caso Dreyfus" de…

44 mins hace

Mariano Hamilton: «Quise hacer en un libro al Perón agobiado y que extraña el empuje de Evita»

El periodista acaba de publicar Días Malditos, una novela histórica que indaga en el fatídico…

47 mins hace

Bolsonaro y un asesor de Milei, involucrados en un complot antidemocrático en Brasil

El plan contemplaba el asesinato de Lula para impedir su vuelta al poder tras las…

1 hora hace

Guerra de mentiras 2: la batalla de Milei contra la ciencia argentina

En una nota del domingo pasado desmonté algunas de las mentiras que el gobierno salió…

1 hora hace

Empresa Pública de Alimentos: ponen en marcha la primera planta de fraccionamiento en Rosario

Con capacidad de procesar hasta 400 toneladas mensuales, la Empresa Pública de Alimentos inauguró una…

2 horas hace

Buscan derogar la ley de Manejo del Fuego en el Senado

Hay dictamen de mayoría para eliminar la ley de Manejo del Fuego. Los propietarios podrán…

2 horas hace

Darío Aranda: “No hay grieta entre el extractivismo y el agronegocio, que es su pata fundamental”

“Radiografías del agro argentino” es una obra coordinada por el periodista Darío Aranda. “Nos propusimos…

2 horas hace

Jazz argentino: partituras al alcance de la mano

El músico y compositor Esteban Sehinkman al frente de un gran equipo creó algo que…

3 horas hace

Willy Quiroga, la voz de los suburbios que se transformó en un ícono del rock local

La muerte del mítico bajista, cantante y compositor de Vox Dei deja un legado imperdible…

14 horas hace

Crece la interna del gobierno: Villarruel apuesta a un espacio de centro-derecha para disputar las listas del 2025

La vicepresidenta sigue con su armado territorial. En su entorno sostienen que puede representar a…

15 horas hace