Teodora Olloa, de 59 años, cocinera del merendero «Juana Azurduy» en el Barrio 31 de Retiro, murió hoy por coronavirus en el Hospital Fernández, donde se encontraba internada, y tras despedir a su compañera los integrantes de la agrupación Somos Barrios de Pie volvieron a reclamar que el GCBA incorpore a los trabajadores comunitarios al calendario de vacunación.
Olloa había nacido en Perú, emigró a la Argentina con sus hijas hace unos años y se estableció en el Barrio 31 de Retiro, donde residía en un nuevo sector de viviendas nuevas mientras cocinaba para el merendero, emplazado en el sector YPF, a dos cuadras de la nueva sede del ministerio de Educación porteño.
Sus dos hijas, una de ellas de nombre Rosario, también colaboran con el merendero, contaron a Télam desde Somos Barrios de Pie, mientras que la propia Teodora, ya internada en el hospital pero antes de agravarse su estado, estaba preocupada por quién la reemplazaría en su tarea cotidiana, de dar la copa de leche a decenas de niños y niñas.
Sobre el fallecimiento de Olloa, el coordinador de Somos Barrios de Pie Capital, Walter Córdoba, contó que la noticia impactó muy fuerte «a la mayoría de las compañeras, que están muy golpeadas por la situación, ya que Teodora era una persona muy activa».
«Teodora era una compañera de Perú, que participaba hace algunos años en el movimiento como cocinera del merendero, y hasta los últimos momentos en que podía hablar, cuando ya estaba en el Hospital Fernández, estaba preocupada por quién la iba a reemplazar en su tarea», relató Córdoba en diálogo con esta agencia.
Tras el fallecimiento de Olloa, que se sumó a las muertes de otros integrantes de organizaciones sociales del Barrio 31 como Ramona Medina, representante de La Poderosa en el barrio, o Víctor «Oso» Giracoy, referente del comedor «Estrella de Belén», desde Somos Barrios de Pie insistieron con su reclamo de que la Ciudad incluya en el plan vacunatorio a los responsables de comedores, ollas populares y merenderos.
«Queremos que el Gobierno porteño reconozca el rol de las promotoras barriales, de las cocineras y cocineros, de los responsables de intervenciones culturales», planteó Córdoba sobre esa demanda, tras lo cual subrayó que la posición de esas organizaciones es que «se los reconozca como trabajadores esenciales y se los vacune».
En el mismo sentido, el coordinador nacional de Somos Barrios de Pie, Daniel Menéndez, remarcó a Télam que «los comedores y los espacios comunitarios son un lugar de enorme valor para los barrios populares y hay que sostener su funcionamiento, y para eso hay que cuidar a quienes llevan adelante esa tarea, fuertemente afectadas por los contagios».
«Por eso -insistió Menéndez- hay que cuidar a los trabajadores comunitarios y avanzar más que nunca en la vacunación de todos ellos, ya que, como dijo el presidente Alberto Fernández, los movimientos populares somos parte de la solución y no de los problemas», subrayó el dirigente social, quien además es subsecretario de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.