Aníbal Fernández, Jorge Ballestero, Julio Alak y Martina Forns dieron su mirada sobre el escándalo.
El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, aseguró: «Hubo una asociación de gente preparada para el mal y para hacer lo que hicieron. Necesitaban mansos, sindicatos que se callaran y miraran para el costado, pero eso no sucedió porque -aunque pueden gustarte o no- todos los gremialistas tienen como eje central la defensa de los trabajadores. Entonces, no han hecho otra cosa que eliminar a los sindicatos», afirmó el funcionario en declaraciones a Radio 10.
Además, el ministro afirmó que hubo gente a quien le ha tenido «mucho respeto», como al extitular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Alberto Abad, pero que ahora le «dan ganas de vomitar» por las cosas que ha hecho «con tal de lastimar» a quienes consideró sus amigos, como los empresarios Cristobal López y Carlos Fabián De Souza.
En tanto, Fernández sostuvo que la exgobernadora María Eugenia Vidal «comenzó haciéndose la tonta, mirando para un costado», pero sostuvo que no puede porque sucedió en lo que era «parte de su terreno».
«Ahora ves por qué (el operador judicial) Fabián ‘Pepín’ Rodríguez Simón está (prófugo) en Uruguay. Es un ser nefasto que ha hecho todo el daño posible. Solo basta ver cómo actuó con el fiscal Gabriel de Vedia para lograr la renuncia de la entonces Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Le dijo que iban a ir presas las hijas. Ellas primero para que le doliera en lo más profundo. Una cosa de una crueldad y algo impresentable para alguien de bien», completó.
El exmiembro de la Cámara Federal porteña Jorge Ballestero afirmó que durante el Gobierno de Mauricio Macri «se montó un plan sistemático, clandestino y criminal» de espionaje ilegal y sostuvo que funcionó una mesa judicial nacional y otra bonaerense que estuvieron «interconectadas».
«Nunca vi algo parecido a la mesa judicial nacional y la provincial en la democracia. Eran dos cosas que funcionaban interconectadas. Hubo un plan sistemático, clandestino y criminal dispuesto por las máximas autoridades del país. Bueno, eso es lo que pasó cuando se juzgó a los miembros de la Junta Militar. Si se empieza a ver, esto más o menos lo mismo», afirmó Ballestero en relación a las causas de espionaje ilegal que involucran a exfuncionarios del gobierno de Cambiemos.
En una entrevista dada ayer a la radio AM 750, el exjuez sostuvo que las denuncias de la mesa judicial macrista fueron parte de «un plan sistemático de violación de todas las garantías constitucionales» que buscaba «garantizar la impunidad».
Además, el excamarista recordó la persecución desde Asuntos Internos de la Policía Bonaerense que sufrió mientras se desempeñaba como camarista federal.
«Estamos tratando de determinar si me pidieron el Nosis a mí porque aparentemente en el juzgado número 1 de La Plata se investigó solo una de las cuatro hipótesis que hay de información ilegal. No sé para qué, si estaba todo en mi declaración jurada, nunca oculté nada. Estas cosas se usaban para apretar, o para carpetas o denunciar, pongamos todos los verbos o adjetivos que conocemos», afirmó.
En tanto, Ballestero enumeró otras personas que fueron perseguidas durante el gobierno de Macri como «la doctora (María del Carmen) Falbo, la exprocuradora (Alejandra) Gils Carbó, la doctora (Gabriela) Boquin y el doctor (Eduardo) Freiler» y «cada persona que le hacía algo al Ejecutivo anterior que podía disgustarle».
«Fui juez 15 años, estuve diez como camarista, también fui fiscal. Uno como funcionario judicial tiene presiones. Me han puesto bombas, me han seguido, han seguido narcotraficantes a mis hijas, y no renuncié. Tenía otra edad y otra salud. Me han pedido juicio político y llenado de tapas de diarios. He hecho cosas que no han gustado», explicó sobre su renuncia en relación a que «la situación familiar» y su salud, que se vieron comprometidas. Y agregó que «una cosa son las presiones y otra es que también empiece la prensa».
En tanto, recordó que la presentación judicial que hizo con el exjefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, en la causa por persecución a distintos dirigentes «escenifica perfectamente lo que estaban haciendo las máximas autoridades de la provincia de Buenos Aires».
«No lo puedo creer, no lo puedo entender. Se imaginan que yo he estudiado y he visto muchas cosas. He visto causas tremendas. Pero esto no, es inexplicable. Y ayer por televisión veo en una foto al prófugo que está en Uruguay (el operador judicial macrista Fabián Rodríguez Simón), a la exgobernadora (María Eugenia Vidal) y la denunciante de Pérez (Elisa Carrió) saliendo de la casa del procurador de la provincia (Julio Conte Grand). ¿Qué garantías podía tener mi cliente de que su expediente fuera por cauces normales? Imposible que pudiera tener un juicio justo», afirmó.
Finalmente, Ballestero sostuvo que no todas las causas deberían concentrarse en los juzgados federales de Comodoro Py porque los efectos sustanciales denunciados por él fueron «dentro de la provincia».
«Es como si a Videla solo lo hubieran juzgado en la Capital Federal. En este caso, los efectos eran hacia sindicalistas, políticos y funcionarios, todos de la provincia. Hay hechos que se deben juzgar en provincia, otros serán en Capital y tal vez en otras provincias si siguen apareciendo mesas judiciales. Porque no descarto que aparezcan otras mesas judiciales», completó.
El ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, se hizo eco de las palabras de Ballesteros, a través de Twitter. Alak analizó que se trata de «otro testimonio relevante que confirma que la ‘Gestapo’ fue planificada y ejecutada por los máximas autoridades nacionales y provinciales».
Finalmente, la jueza federal y secretaria de Justicia Legítima, Martina Forns, consideró como «muy duro y descarnado ver cómo operaban» las mesas judiciales constituidas por los gobiernos de Mauricio Macri en Nación y María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires para perseguir sindicalistas y empresarios durante esas gestiones.»Es muy duro y descarnado ver cómo operaban, si bien ya lo sabíamos», dijo en declaraciones a AM750 la magistrada, que se presentó como testigo en la causa sobre la mesa judicial a nivel nacional.
Forns recordó que «ya en lo que fue la investigación de la mesa (judicial) nacional conté no sólo todos los ataques personales recibidos (tras su fallo contrario al aumento de tarifas durante la gestión de Macri) sino también el mecanismo que utilizaban el poder hegemónico, y el Poder Judicial, que anticipaban sus resoluciones en la prensa».
En este sentido, añadió que «era muy llamativo que la prensa supiera de antemano lo que iba a resolver la Corte. O que adelantaran las denuncias que se iban a presentar en el Consejo de la Magistratura», ejemplificó.
«Ahora entendemos y vemos descarnadamente, y seguimos viendo… porque hay muchas pruebas más, cómo era la manera en que operaban estas tres patas del lawfare», sostuvo.
Celeste López y Mariano Gorini serían los nombres de los agresores.
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