El presidente Javier Milei echó a la canciller Diana Mondino luego de votar a favor de levantar el embargo que Estados Unidos mantiene con Cuba desde hace más de 60 años. El cargo pasará a ser ocupado por el embajador en Estados Unidos, Gerardo Werthein, de quien hace semanas se especula sobre su arribo a la gestión nacional.

La decisión la tomó en persona el primer mandatario luego de que se conociera la postura que adoptó la ministra de Relaciones Exteriores y Culto en la Asamblea General de la ONU. Durante la jornada, la canciller sumó su firma a la de los 187 países que, casi de manera unánime, pidieron poner fin a la sanción económica. Los únicos votos en contra fueron del propio gobierno estadounidense e Israel. En tanto, el estado de Moldavia se abstuvo.

La votación en la ONU. Solo Estados Unidos e Israel votaron a favor del bloqueo a Cuba

La tajante medida llega días después de que las oficinas de la Cancillería sean empapeladas con una carta escrita por el propio Milei. “Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado”, rezaba el comunicado.

Milei-Mondino: una relación desgastada

En tanto, la salida de la canciller llega una semana después del escándalo que supuso la publicación de un comunicado oficial en el que se refería como “Falklands” a las Islas Malvinas. Aquel escándalo, que involucró también al Ministerio de Defensa, implicó la apertura de un sumario para averiguar el responsable de esta acción, a la que en muchos despachos califican como una “avivada” de un trabajador de planta al que califican como “zurdo”.

La eyección de Mondino le puso el moño a una relación ya desgastada. Por meses, las imprudencias de la ahora ex canciller enfurecieron al entorno presidencial que en julio decidió intervenir de hecho la Cancillería. Por decisión expresa de Karina Milei, se designó como asesora a Úrsula Basset, una abogada de extrema confianza de la hermana presidencial, a quien se le ordenó seguir de cerca los pasos de la ex ministra. La defensa personal no fue suficiente.

En estricto hermetismo, no son pocas las fuentes que afirman que la postura de Mondino ante la ONU había sido previamente consensuada y acordada con las primeras líneas de la gestión libertaria, una versión que contradice por completo el final que tuvo la ministra. Con este cambio repentino de planes, razonan en algunos despachos cercanos a Mondino, la decisión de la mesa chica del gobierno podría tratarse de una sanguinaria devolución de favores a la canciller que trajo más de un dolor de cabeza al oficialismo.

Milei y Mondino, en tiempos donde todo era sonrisas.

Según reconstruyen fuentes libertarias, el sentido de la votación de Mondino en la ONU se lo comunicó el propio Werthein a Karina, quien inmediatamente se comunicó con su hermano para ponerlo en actas. El movimiento de la canciller habría enfurecido al presidente, quien se encontraba en la Quinta presidencial de Olivos tras disertar en un evento de la Fundación Mediterránea en Córdoba. La resolución fue inmediata.

En Casa Rosada el clima era de absoluta tensión. La decisión del presidente, que se tomó en absoluta soledad y sin anticipar ningún movimiento a sus más estrechos colaboradores, llegó en medio de una jornada agitada en Balcarce 50.

Minutos antes de que estallara la noticia, el oficialismo estaba por anunciar la eliminación de las PASO para las elecciones del próximo año. La medalla se la colgarían los diputados oficialistas, quienes también contarían con el apoyo del PRO y el resto de los bloques aliados.

Es la cuarta salida de un ministro en menos de once meses de gestión. A Mondino la antecedieron el ex ministro de Salud, Mario Russo; el ex jefe de gabinete, Nicolás Posse; y el ex ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro. A todos los une la misma razón: «traicionar» los lineamientos que imparte el presidente.