La Corte Suprema de Justicia anuló este martes un fallo de la Cámara Federal de Casación Penal y volvió a activar el expediente por crímenes de lesa humanidad contra el empresario Marcos Levín, ex dueño de La Veloz del Norte.
Levín fue el primer empresario condenado por crímenes de lesa humanidad. En 2016 recibió la pena de 12 años de prisión como partícipe del secuestro y tormentos sufridos por el delegado de la UTA Víctor Cobos. Pero la sentencia del Tribunal Oral Federal de Salta fue rápidamente revocada por la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, que consideró que ese hecho no estaba vinculado con el plan generalizado y sistemático de represión, sino que se trataba de un delito común y, por lo tanto, prescripto.
La Corte Suprema de Justicia se tomó su tiempo y cinco años después revirtió esa decisión. Los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, con la disidencia de Carlos Rosenkrantz, hicieron lugar al pedido de la fiscalía y dejaron sin efecto la resolución de Casación, que ahora deberá rectificar su fallo.
La decisión de la Sala III de Casación, entonces integrada por Eduardo Riggi, Juan Carlos Gemignani y Carlos Mahiques, le permitió ganar un tiempo valioso a Levín, de 83 años. Una situación similar a la de Carlos Blaquier, de Ingenio Ledesma, quien logró dilatar ochos años las causas en su contra por los crímenes de lesa humanidad y ahora espera una nueva pericia médica para determinar si está en condiciones de ser juzgado. La Sala II de Casación que en 2015 lo sobreseyó irregularmente estaba también compuesta por Riggi y Gemignani.
Las investigaciones de la responsabilidad empresarial suelen avanzar más lento que el resto de las causas por el terrorismo de Estado. Los imputados civiles y empresarios encuentran en amplios sectores del Poder Judicial un amparo para lograr impunidad, como es el caso también de Juan Tasselkraut, exgerente de producción de Mercedes Benz Argentina.
Tras demorar siete años su citación a indagatoria, en abril de este año la jueza federal Alicia Vence lo sobreseyó por considerar que no había pruebas que los vincularan con el secuestro de siete trabajadores de la fábrica que tenía la automotriz alemana en Buenos Aires.
La semana pasada, la Cámara Federal de San Martín revocó ese sobreseimiento y lo procesó por el secuestro de dos trabajadores, Héctor Ratto y Diego Núñez. Los camaristas Juan Pablo Salas, Marcelo Fernández y Marcos Moran valoraron el testimonio de Ratto, que Vence había puesto en duda, y analizaron que había suficientes pruebas para avanzar hacia un juicio oral.
Ratto fue el único sobreviviente de ese grupo de trabajadore. Fue secuestrado en la oficina de Tasselkraut en agosto de 1977. Relató que, tras intentar que saliera de la fábrica, fue llamado a su despacho y desde ahí se lo llevaron en un camión del Ejército. Contó también que escuchó cuando el exgerente, quien era la máxima autoridad de la fábrica, aportó la dirección de su compañero Núñez para que fuera secuestrado.
El exgerente estaba también imputados por su responsabilidad en el secuestro de otros cinco obreros. Sin embargo, la Cámara de San Martín confirmó su sobreseimiento por esos hechos.