Los bonaerenses que ingresen al país desde el exterior deberán a partir del jueves 1 de julio hacer un aislamiento obligatorio durante cuatro días en un hotel, con costo a cargo de la viajante y, luego, completar el período de siete días en su domicilio.
Así lo anunciaron este martes en conferencia de prensa en La Plata el gobernador Axel Kicillof; su jefe de Gabinete, Carlos Bianco; y el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak.
En ese marco, los funcionarios indicaron también que se denunciará penalmente y se aplicará multas de más de cuatro millones de pesos a quienes no cumplan con la medida.
El mandatario provincial justificó esa decisión ante la necesidad de «retrasar» lo más posible el ingreso de la variante Delta de coronavirus al país, para que «el esfuerzo» que se está haciendo «no vuele por los aires».
«Se trata de una cuestión de consciencia y solidaridad. Son medidas de cuidado y prevención razonables», dijo al defender la medida de restringir a 600 personas el ingreso de argentinos que provienen del exterior y rechazó las críticas en ese sentido de «los que militan los contagios y la falta de cuidado, y luego se rasgan las vestiduras» ante el aumento de los casos.
«No se trata de molestar sino de cuidar a la gente», remarcó Kicillof.
Desde el sábado pasado rige en el país una prórroga del cierre de fronteras al turismo hasta el próximo 9 de julio y un cupo de 600 pasajeros diarios para el ingreso al país, en el marco de la emergencia sanitaria.
Desde el Gobierno nacional también se precisó que se trata de una «necesidad sanitaria» que tiene como prioridad evitar la llegada de la variante Delta y un eventual rebrote de contagios de coronavirus, que obligue a restringir con más severidad las actividades en el país.
En ese marco, el gobernador Kicillof planteó que la variante Delta «es un 70% más contagiosa», por lo que pidió «evitar que ingrese o demorar su ingreso», para lo cual, dijo, «hay que lograr que quienes van al exterior, cuando regresen no esparzan el virus en nuestra población».
Expresó que, por eso, «quienes vuelven al país desde afuera deben permanecer siete días aislados porque aún vacunados y asintomáticos, pueden portar esa variante del virus».
Kicillof subrayó que en distintos controles se detectó que más del 30% de los bonaerenses que regresaron al país del exterior en las últimas semanas, no cumplió con el aislamiento obligatorio, actitud que calificó de «poco solidaria».
«Desde ahora, quienes regresen del exterior y no den positivo en el PCR, deberán permanecer cuatro días en un hotel y luego tres días más en su domicilio», insistió.
A su turno, Bianco indicó que los equipos legales y técnicos de la provincia trabajan en la normativa para que toda aquella persona que ingrese del exterior deba aislarse cuatro días en hoteles y tres más en su domicilio.
El funcionario detalló que se estima que unos 270 de los 600 viajantes que podrán regresar por día al país desde el exterior son bonaerenses.
Sostuvo que «de los siete días de aislamiento, cuatro serán en un hotel -a costo de aquellas personas que regresan del exterior- y luego tres días más en su domicilio».
Asimismo, detalló que los turistas también deberán firmar una declaración jurada específica antes de salir del país en donde se comprometen, a su regreso, a cumplir con el aislamiento a su regreso del viaje.
Expuso que, en caso de detectar incumplimientos a la medida de aislamiento obligatorio, desde la provincia se radicarán denuncias penales, y se aplicarán multas «por infracción a la normativa de prevención de Covid-19, que de acuerdo al Decreto 1 de este año, prevé multas de hasta 4.300.000 de pesos».
«Son medidas para seguir cuidando a los bonaerenses en un contexto complejo a pesar del avance de la campaña de vacunación.
«Comenzamos en las últimas semanas a hacer el seguimiento en el territorio de los bonaerenses que ingresaron del exterior y fuimos a buscar esas personas a su domicilio . De 314 casos, 104 estaban ausentes, lo que representa el 33 por ciento», dijo Bianco.
Posteriormente, consideró que esa situación es «gravísima» y agregó: «No podemos poner un policía en la puerta de cada una de las personas», por lo que llamó a la «reflexión de la sociedad y a tener conciencia social».
Por su parte, Kreplak exhortó a tener «conciencia social» ante la preocupación por el posible ingreso de nuevas variantes de coronavirus, e insistió que hay «variantes del coronavirus, como la Delta, que causan mucha preocupación».