Apenas ingresó a la Casa Rosada, el flamante presidente Alberto Fernández saludó a algunos viejos funcionarios que lo conocían de su paso anterior. Luego de los abrazos y los reencuentros almorzó con su familia, y mantuvo un momento de intimidad mientras sus ministros se concentraron en el salón Eva Perón del primer piso, muy cerca del Salón Blanco.
Cuando entró a su despacho, se encontró con dos portarretratos sobre el escritorio que ocupará por los próximos cuatro años: uno contiene una foto del 4 de marzo de 2005, cuando Luis Alberto Spinetta tocó en el Salón Blanco de la Casa Rosada por iniciativa del entonces jefe de Gabinete. El otro tiene un retrato suyo con el entonces presidente Néstor Kirchner. Ambas fueron la primera sorpresa que se encontró el flamante presidente apenas retornó a un despacho que visitó casi todos los días entre 2003 y 2007.
Después de la sorpresa, compartió su primer almuerzo en la Casa de Gobierno sólo con su familia. Antes de concluirlo se reunió con el presidente del bloque de diputados, Máximo Kirchner. Fue un momento íntimo, confiaron a Tiempo los funcionarios recién llegados a sus despachos.
Mientras Fernández se mantenía reunido con su familia, los ministros estuvieron junto a sus familiares y miraron por los televisores los saludos de protocolo a los invitados extranjeros.
Para entonces la planta baja de Balcarce 50 bullía de artistas que preparaban sus instrumentos para tocar frente a la plaza. Entre los músicos y los visitantes, algunos pasillos del Palacio fueron el escenario de reencuentro de una decena de trabajadores que volvieron al Gobierno a colaborar con la nueva administración.
Los ministros se concentraron en el Eva Perón a la espera del llamado para la jura de ministros y aprovecharon el momento para encontrarse con viejos mozos que conocían a algunos de los flamantes funcionarios de la época en la que trabajaron en la Casa Rosada, entre 2003 y 2015.