Los cinco candidatos presidenciales participaron del cruce discursivo en la Facultad de Derecho de la UBA.
Todos los candidatos comenzaron a llegar pasadas las 19:30 de la tarde aunque no tuvieron tiempo de cruzarse en la zona mixta de medios. Las figuras de Juntos por el Cambio fueron de las primeras en llegar. Con un aire de confianza, que se fue calmando acorde avanzaba la performance de su candidata, los principales nombres de la coalición opositora hicieron especial hincapié en el estado gripal de la ex ministra en el debate pasado y advirtieron que para este encuentro se sentiría mejor. “Entró a boxes esta semana” dijo a este medio un diputado opositor. Al finalizar la jornada, Patricia Bullrich debió ser atendida por el personal del SAME que se encontraba en la facultad por una molestia en el ojo. El titular del sistema de Salud, Alberto Crescenti, sostuvo que se trató de un caso de conjuntivitis. La dirigente del PRO, por su parte, salió a aclarar que sólo se le metió una pestaña en el ojo. Hasta el momento, no está clara cuál fue la verdadera razón.
En la previa del encuentro, las figuras de Unión por la Patria se reunieron en un hotel de Luz y Fuerza para replicar el clima de arenga que se vivió la semana pasada en Santiago del Estero. Agustín Rossi, Gabriel Katopodis, Victoria Tolosa Paz, Leandro Santoro, Juan José Bahillo, entre otros, acompañaron a Sergio Massa y llegaron en manada a la facultad de la calle Figueroa Alcorta.
Luego de que cada una de las fuerzas desfilara por los distintos stands de medios audiovisuales, cerca de las 20:30 comenzaron a trasladarse al primer piso de la facultad, donde se encuentra el auditorio. Una vez dentro del recinto, las fuerzas estuvieron marcadamente divididas. Como si fuese un guiño cómico en el guión de esta historia, Unión por la Patria y el Frente de Izquierda Unidad se sentaron a la izquierda del espacio con capacidad para más de 700 personas, en tanto, Juntos por el Cambio, Hacemos por Nuestro País y La Libertad Avanza a la derecha.
Este fue el último dardo para conquistar a sus potenciales votantes que tuvieron los candidatos y la tensión en el aire daba cuenta de ello. Si bien quedó a la vista el recrudecimiento de todos los discursos y la segmentación de rivales, todos los candidatos transitaron el debate con una fuerte carga de rigidez, en particular cuando el candidato de La Libertad Avanza desplegaba su discurso “anti casta” y dejaba en evidencia los déficits de ambos espacios mayoritarios.
En los cortes, como de costumbre, la magia sucedía. El jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta fue uno de los primeros en ocupar su asiento y, casi como cumpliendo una orden, no se movió del mismo durante las dos horas que duró el encuentro. El ex precandidato presidencial, quien se encuentra reapareciendo en la vida pública tras el golpe que le significó no haber superado las PASO, mantuvo escaso diálogo con sus compañeros de partido, quienes tampoco se le acercaron a hablar, y se acató a sumergirse en su celular cada vez que pudo. Casi como una reacción involuntaria de su cuerpo, Larreta sólo despegaba la vista de la pantalla cuando hablaban el cordobés y el tigrense.
Sentado en primera fila y de frente a su ex rival, el alcalde porteño tuvo a su lado una silla vacía que tenía nombre y apellido: Mauricio Macri. El ex presidente acompañó a su ex funcionaria hasta la puerta de la facultad pero se negó a entrar a acompañarla. “La llevó hasta la puerta del cementerio”, bromeó un opositor.
Del otro lado del auditorio, las figuras de Unión por la Patria se mostraron confiados y abiertos al diálogo. Tanto así que el candidato a jefe de gobierno porteño, Leandro Santoro, mantuvo un cálido diálogo con el gobernador electo de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, con quien mantiene un vínculo desde que el actual diputado formaba parte de las filas del radicalismo.
Lo mismo ocurrió con el ex senador y posible canciller, en caso de que JxC acceda al gobierno, Federico Pinedo, quien durante tres cuartas partes de la duración del debate se sentó entre Victoria Tolosa Paz y Daniel Scioli. No fue hasta después de la segunda tanda comercial que el abogado reaccionó y se sentó en la silla vacía al lado del alcalde.
Como si estuviesen presentando su unipersonal humorístico, Juan Schiaretti y Myriam Bregman pasaron todo el debate siendo celebrados por sus aplaudidores. Los dos candidatos fueron los encargados de inyectar las dosis de distensión musicalizadas por la risas que recorrían al unísono por el auditorio. A la vuelta del último corte, Javier Milei fue el primero en regresar nuevamente a su atril. Sólo en el escenario iluminado, el candidato a presidente de la Libertad Avanza miró hacia donde estaban ingresando tardíamente sus rivales y les dijo entre risas: “No me dejen sólo acá.”
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