Télam presentó hace pocos días un archivo de casi 300 fotos inéditas que retratan la guerra de Malvinas. Recuperadas de su extenso archivo, se trata de una selección entre las casi 2250 imágenes que tiene la agencia de noticias sobre el conflicto de 1982.
“La idea de esta publicación es abrir este archivo a la audiencia. Ir un pasito más allá del rol de agencia propiamente dicho y llegar a la gente con esto”, explica Martiniano Nemirovisci, una de las 14 personas que confeccionaron este especial, repartido en diez galerías temáticas disponibles en la web de Télam.
La historia del Archivo Malvinas comienza en 2012, cuando la agencia firmó un convenio con el Archivo General de la Nación para digitalizar su archivo de imágenes y también para sumarlas al Archivo General de la Memoria.
“Nosotros lo que hicimos fue reobtener las fotos desde lo que hizo el AGN y hacer un trabajo de selección. Se juntó esto con algún que otro negativo que había quedado en Télam con fotos de la guerra”, explica Nemirovisci.
El trabajo de selección revela una práctica por parte de la dictadura: construir una verdad alternativa de lo que pasaba en aquellos días de combate. Nemirovisci ejemplifica: “La carpeta del desembarco en Malvinas tiene fotos producidas y difundidas por la Armada. Hay una que es un montaje que se realizó en la ex ESMA, que es la reproducción de una imagen histórica de soldados estadounidenses sosteniendo una bandera en Iwo Jima, en la Segunda Guerra Mundial”.
En esos negativos inéditos se ve que no solo se construían imágenes, también se montaban eventos. Para la asunción de Mario Benjamín Menéndez como gobernador de las islas, el 7 de abril de 1982, y con la premisa de demostrar el consenso nacional en torno a la causa Malvinas, la dictadura llevó a las islas a una serie de personajes del arco político, sindical y cultural: se los ve a Jorge Rafael Videla con Saúl Ubaldini, a René Favaloro con Jorge Triaca, Abelardo Ramos, Manuel Solanet.
“Cuando vas a los sobres con los negativos, ves que hay tachones que dicen esta sí o esta no. Había toda una voluntad de editorializar, una muestra cabal de un intento de censura”, analiza Nemirovisci. «